En un año de grandes desafíos para el mundo, tuvimos también buenas noticias para celebrar:
1. Hepatitis E: se llevó a cabo la primera campaña mundial de vacunación masiva
En marzo y abril de 2022, realizamos junto con ell Ministerio de Salud de Sudán del Sur, por primera vez en el mundo, una campaña de vacunación contra la hepatitis E en el campo para personas internamente desplazadas en Bentiu, en Sudán del Sur. Alrededor de 25.000 personas, incluyendo mujeres embarazadas, recibieron la vacuna.
La hepatitis E es la causa más común de la hepatitis aguda vital, y causa aproximadamente 20 millones de infecciones y 44.000 muertes cada año. No hay un tratamiento específico para la hepatitis E, cuya tasa de mortalidad es del 25% entre las mujeres embarazadas.
“En las últimas dos décadas, hemos respondido a brotes de hepatitis E en campos para personas desplazadas, intentando controlar la enfermedad en condiciones desafiantes y viendo el devastador impacto que tiene en las comunidades vulnerables. Con la experiencia de esta campaña de vacunación, esperamos cambiar la forma en que combatimos la hepatitis E en el futuro”, explicó la Dra. Monica Rull, nuestra directora médica.
© Peter Caton.
2. Honduras incluyó la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia para la atención a víctimas de violencia
Este diciembre, la Secretaría de Salud (SESAL) comunicó una buena noticia a las mujeres hondureñas: el Protocolo de Atención Integral a Víctimas de Violencia Sexual incluyó la Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE). De esta manera, el país dio un paso importante para mejorar la respuesta a quienes sufren de esta violencia. Los vacíos en el sistema de salud hondureño a falta de este Protocolo traían consigo graves consecuencias a nivel físico y de salud mental.
“Honduras es el único país del continente americano que tiene prohibida la PAE. Con el levantamiento de la prohibición para casos específicos de violencia se contribuye a reducir la barrera a la que se enfrentaban miles de hondureñas. Creemos que es una victoria y esperamos que en un futuro cercano este medicamento esté al alcance de todas las mujeres”, señaló Tess Hewett, nuestro oficial de asuntos humanitarios en Honduras.
Desde hace ya muchos años, nuestros equipos brindan atención médico-humanitaria a la población hondureña. En Tegucigalpa, proporcionan atención médica integral (médica, psicológica y de trabajo social) a víctimas y sobrevivientes de violencia y violencia sexual. Por su parte, en Choloma, además de esta asistencia médica integral, también brindan atención en salud sexual y reproductiva a nivel comunitario. Y en San Pedro Sula, otorgan atención integral a personas trabajadoras del sexo y comunidad LGBTIQ+.
3. Fin de la política migratoria “Quédate en México”
Celebramos el fin del Migrant Protection Protocol (Protocolos de Protección a Migrantes), uno de los instrumentos represivos en la política migratoria de los Estados Unidos y México. Desde que este programa, también conocido como “Quédate en México”, fue instalado en 2019, denunciamos en reiteradas oportunidades las amenazas y consecuencias médicas que generan este tipo de políticas para la vida de las personas migrantes y refugiadas.
Nuestros equipos trabajan en distintos puntos de la ruta migratoria entre Centroamérica y EEUU brindando respuesta a las necesidades médicas y humanitarias de las personas en tránsito. Cada día, son testigos de las condiciones extremadamente difíciles en las que viven, con dificultades de acceso a suministros sanitarios, cuidados médicos y psicológicos, y de lo dañinas que son estas decisiones políticas. Mientras fracasan en su propósito de detener los flujos migratorios violando los derechos humanos y limitando el acceso a servicios básicos, tienen un efecto perverso adicional: obligan a las personas a recurrir y estar más expuestos a las poderosas redes criminales que operan en toda la región.
El Título 42, una orden de salud pública que se ha utilizado indebidamente durante la pandemia de COVID-19 para cerrar efectivamente la frontera sur de EEUU a las personas solicitantes de asilo, es otro ejemplo de una política cruel que tiene efectos terribles en la salud física y emocional de las personas que buscan asilo. Si bien de momento aún se debate si se mantiene activo, migrantes, refugiados y solicitantes de asilo siguen expuestos a peligros graves en ciudades fronterizas mexicanas que no tienen suficientes albergues, servicios básicos y que se encuentran bajo riesgo de extorsión, violencia y secuestro.
“Cuando el Título 42 llegue a su fin debe de ser reemplazado por políticas que sostengan el derecho a pedir asilo”, sostiene Avril Benoît, nuestra directora ejecutiva en EEUU. “Nuestra petición es simple. Lo que necesitamos es un aumento de humanidad. Para que refugiados y migrantes en México –y en cualquier lado del mundo– sean tratados como humanos, con dignidad y compasión”.
© MSF/Yesika Ocampo.
4. VIH en República Democrática del Congo: en medio de enormes retos, también hubo progresos
Se cumplieron 20 años desde que inauguramos nuestro primer centro de tratamiento ambulatorio de VIH en Kinshasa, capital de República Democrática del Congo.
Cuando se abrieron las puertas del centro en mayo de 2002, la situación era crítica: más de un millón de hombres, mujeres, niñas y niños vivían con VIH en este país, pero el tratamiento antirretroviral (ARV) era escaso e inasequible en el país. A principios de la década de los 2000, el virus mataba entre 50.000 y 200.000 personas cada año, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA).
Al ser el primer centro de salud en ofrecer antirretrovirales gratuitos a pacientes en Kinshasa, el centro sanitario pronto se vio abrumado por la gran cantidad de personas que necesitaban tratamiento. Para aumentar el acceso a la atención, comenzamos a apoyar a otros centros de salud y hospitales con el suministro de pruebas de detección, acceso al tratamiento y a la atención gratuitos. Solo en Kinshasa, alrededor de 30 centros de salud se beneficiaron de este apoyo durante las últimas dos décadas.
«Este apoyo médico fue, por supuesto, esencial, pero no suficiente», afirma la Dra. Mashako, nuestra coordinadora médica en República Democrática del Congo. “Tuvimos que limitar la saturación en los establecimientos de salud y acercar el tratamiento a las y los pacientes. Por eso trabajamos con la red nacional de asociaciones de pacientes para poner en marcha puestos de distribución de ARV, gestionados directamente por los pacientes”.
El enfoque tuvo tanto éxito que acabó integrándose en el plan nacional de lucha contra el VIH/SIDA.
Sin embargo, si bien a lo largo de los años se han logrado grandes avances en la lucha contra el VIH/sida en el país y la situación actual es incomparable con la de 2002, aún siguen existiendo brechas importantes en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad, que provocan miles de muertes evitables cada año.
5. Nuestro ensayo clínico sobre un nuevo tratamiento para la tuberculosis resistente logró el respaldo de la OMS
Llevamos a cabo un ensayo clínico, TB-PRACTECAL, a través del cual identificamos un nuevo régimen de tratamiento oral de seis meses, más seguro y más efectivo para la tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-MDR). A raíz de estos resultados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó las directrices sobre el tratamiento de esta enfermedad.
La OMS ahora recomienda el uso programático del régimen BPaLM de 6 meses, -compuesto por bedaquilina, pretomanid, linezolid (600 mg) y moxifloxacina en pacientes con TB-MDR, en lugar de los existentes regímenes más prolongados-. También aconseja otro tratamiento más corto; la combinación BPaL en pacientes con mayor resistencia a los medicamentos, ya que ambos regímenes de tratamiento mostraron un gran éxito.
“Cuando nos embarcamos en este viaje hace nueve años, las y los pacientes con TB-MDR de todo el mundo se enfrentaban a un tratamiento prolongado, ineficaz y agotador que perturbaba sus vidas”, afirma Bern-Thomas Nyang’wa, nuestro director médico e investigador principal del ensayo. “Los pacientes nos decían lo difícil que era cumplir con el tratamiento, pero apenas se avanzaba en una búsqueda de alternativas más amables porque las enfermedades más prevalentes en los países de ingresos bajos y medios no atraen la inversión. Por lo tanto, nos vimos obligados a buscar nosotros mismos nuevas opciones. Estos resultados darán a las y los pacientes, sus familias y trabajadores de la salud en todo el mundo, esperanza en el futuro del tratamiento de la TB-MDR”.
© MSF.