Nuestra organización presta asistencia médico-humanitaria en acontecimientos mundiales importantes, brindando su ayuda a centenares de personas amenazadas por conflictos armados, violencia, epidemias o enfermedades olvidadas, desastres naturales y exclusión de la atención médica.
Terremoto de Haití 2010
En enero de 2010, un terremoto con una magnitud de 7.0 sacudió Haití. Decenas de miles de personas fallecieron o resultaron heridas. La infraestructura de la isla quedó diezmada. Se estima que el 60% del sistema sanitario quedó destruido, y el 10% del personal médico de Haití perdió la vida o abandonó el país.
Nuestros equipos, presentes en el país desde 1991, respondieron a las necesidades urgentes de la población, organizando una de las mayores operaciones de emergencia de nuestra historia. En sólo 10 meses, atendimos a más de 358.000 personas afectadas por el terremoto, asistimos más de 15.000 partos y realizamos más de 16.500 intervenciones quirúrgicas, la mayoría en tiendas de campaña improvisadas.
Las prioridades iniciales fueron estabilizar y gestionar la atención de los heridos, organizar el triaje y gestionar las salas de cirugía y cuidados terminales. Las condiciones de asistencia médica mejoraron a medida que llegaron los suministros.
El personal médico de nuestra organización también proporcionó apoyo psicosocial a más de 40.000 personas que habían perdido familiares y hogares. Asimismo, se establecieron clínicas fijas y móviles en Puerto Príncipe para brindar atención básica a los más vulnerables y se lograron distribuir alrededor de 85.000 kits de socorro y más de 28.640 tiendas para las personas sin hogar.
En los años siguientes se retiraron los escombros, se construyeron nuevas estructuras antisísmicas, se formó a más personal y mejoraron temporalmente la disponibilidad de suministros médicos. Sin embargo, en los últimos años, frente un escenario político y económico cada vez más crítico, el sistema médico de Haití está nuevamente al borde del colapso.
Los centros médicos luchan por prestar servicios básicos debido a la falta de personal y a la escasez de medicamentos, oxígeno, sangre y combustible. La situación de la mayoría de la población es cada vez más precaria debido a la inflación galopante, la falta de oportunidades económicas y los enfrentamientos armados.
En 2022, nuestros equipos enfrentaron grandes desafíos en el país debido a la escalada de violencia en la región y un resurgimiento de cólera. Pandillas rivales libraron batallas brutales en las calles, paralizando y aislando la capital. Hubo un aumento significativo de pacientes en nuestros hospitales, especialmente por heridas de bala y arma blanca y violencia sexual.
Si bien recientemente suspendimos muestras actividades en el hospital de Tabarre debido a un hecho grave de violencia, nuestros equipos continúan brindando atención medical vital en el país. Ofrecemos atención médica gratuita y de calidad las 24 horas del día, los siete días de la semana en centros de salud de Puerto Príncipe, el departamento de Sud y Artibonite.
Epidemia de Ébola en África Occidental
En 2014, la mayor epidemia de Ébola de la historia golpeó África Occidental. Para finales de dicho año, el virus se había cobrado alrededor de 8.000 vidas, incluidas las vidas de 13 miembros del personal de nuestra organización.
Para hacerle frente a esta grave epidemia, desplegamos durante el 2014 una respuesta sin precedentes. Miembros del personal internacional y el personal contratado localmente se abocaron a la asistencia en terreno para combatir la epidemia. Estos equipos trataron a un tercio de todos los casos confirmados en el país.
Nuestros equipos trabajaron a sabiendas de que no había tratamiento específico para el Ébola, enfrentando una mortalidad del 50%. A medida que el número de casos crecía, el tiempo que podía dedicarse a cada paciente se reducía más y más, y a veces ni siquiera había personal suficiente para cuidarles en condiciones seguras. El mayor problema, sin embargo, fue la débil voluntad política internacional para accionar frente a esta epidemia.
Nunca antes se había visto tal propagación transfronteriza de una epidemia de Ébola. La enfermedad se esparció con rapidez por Liberia, Guinea y Sierra Leona, por lo que alcanzó una extensión geográfica sin precedentes.
Intervinimos en los 3 países desde el principio de la epidemia, instalando centros de tratamiento, prestando servicios de apoyo psicológico y llevando a cabo actividades de promoción de la salud, vigilancia y seguimiento de contactos.
La epidemia de Ébola que arrasó África occidental infectó a 28.700 personas y provocó más de 11.300 muertes. El brote colosal de la enfermedad paralizó la economía y colapsó los sistemas de salud, lo que provocó aún mayor pérdida de vidas. Sumado a ello, el impactante coste humano de la epidemia se vio agravado por una dolorosamente lenta respuesta internacional.
La epidemia de Ébola en África Occidental finalizó en enero de 2016. Sin embargo, pese a su culminación en la región, nuestra organización contribuyó al desarrollo de una vacuna con el potencial de prevenir la propagación de la cepa Zaire del Ébola ante futuros brotes.
Luego continuamos trabajamos trabajando en otras epidemias de Ébola en el continente africano: en abril de 2022 se declaró una nueva epidemia en República Democrática del Congo, la cual fue limitada. El 20 de septiembre de 2022 comenzó la séptima epidemia de esta enfermedad en Uganda y luego fue declarada como finalizada en enero de 2023.
Crisis en el Mediterráneo
El 2015 fue el año en el que, hasta ese momento, murieron más personas ahogadas en el Mediterráneo intentando llegar a Europa: al menos 3.771. Los pasos fronterizos cerrados por las autoridades europeas, las condiciones de acogida inhumanas, y los complicados procedimientos de registro agravaban las ya de por sí miserables condiciones impuestas a las personas que buscaban llegar a Europa escapando de la guerra, la pobreza y la opresión.
Con su falta de voluntad política para proporcionar alternativas seguras y legales a esta mortal travesía, la Unión Europea y los Gobiernos europeos han empujado a cientos de miles de personas hacia las únicas vías de entrada que les quedan: traficantes y barcos destartalados y atestados.
Durante el 2015, se estima que más de 1.008.616 personas huyeron hacia Europa. El 84% procedían de países con conflictos bélicos o políticos.
Ante esta situación, como organización médico-humanitaria no podíamos quedarnos de brazos cruzados viendo a las personas morir mientras emprendían este arriesgado viaje, y por eso, a pesar de no contar con experiencia previa, decidimos aprender a realizar actividades de búsqueda y rescate marítimo, y lanzamos nuestros primeros barcos en el Mediterráneo.
A lo largo del 2015, nuestros equipos proporcionaron en total casi 100.000 consultas médicas a refugiados y migrantes a bordo de barcos de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, como también así en Italia, Grecia y los Balcanes.
Al comienzo, nuestro personal médico trabajó a bordo de tres barcos de rescate marítimo en el Mediterráneo. Entre mayo y diciembre de 2015, rescataron a 23.747 personas en el mar y trataron las consecuencias que tuvieron en su salud física y mental los terribles viajes experimentados, la falta de asistencia básica, y la violencia sufrida por muchos de ellos.
Cronología de nuestra actividad en el Mediterráneo
- 2015: inicio de las operaciones de búsqueda y rescate.
- 2018: tras 3 años de trabajo en el Mediterráneo, nos vimos obligados a finalizar nuestra actividad en la región como consecuencia de la campaña encabezada por varios estados europeos, para deslegitimar, desacreditar y obstaculizar a quienes proporcionan atención a las personas en peligro.
- 2019: retomamos nuestras operaciones de búsqueda y rescate, asistiendo a miles de migrantes huían de las condiciones violentas e inhumanas en Libia.
- 2020: con la pandemia COVID-19, debimos suspender momentáneamente nuestras actividades.
- 2021: reanudamos nuestras operaciones de búsqueda y rescate con un nuevo barco, el Geo Barents.
Desde el año 2015 hasta la actualidad, hemos realizado 539 operaciones de rescate y asistimos a 87.326 personas.
A lo largo de estos años, muchas de nuestras solicitudes por lugares seguros para desembarcar a los sobrevivientes fueron negadas o ignoradas sistemáticamente por las autoridades europeas.
En la actualidad, las personas forzadas a huir de sus hogares siguen sin contar con vías legales y seguras para llegar a Europa. En este contexto, la posibilidad de morir ahogado en el Mediterráneo continúa más presente que nunca.
Como organización médico-humanitaria, nuestro objetivo es aliviar las consecuencias de las políticas restrictivas en la salud y vida de las personas que se desplazan. Europa prioriza el control de fronteras y las medidas de disuasión sobre la salud y bienestar de quienes huyen de la violencia y la miseria. Son Europa y sus Estados miembros quienes pueden y deben actuar para dar prioridad a las vidas de estas personas.
Desde nuestra organización continuamos desarrollando actividades médicas de emergencia para atender a la población migrant y abogamos por vías legales y seguras, así como por un trato digno y humano de las personas que migran.
Pandemia COVID-19
El año 2020 se vio signado a nivel mundial por la pandemia COVID-19. El rápido avance del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ejerció una gran presión sobre los sistemas de salud en todo el mundo. La falta de tratamientos efectivos y el agotamiento de equipos de protección personal y suministros médicos esenciales llevaron a que los sistemas de salud estuvieran constantemente al borde del colapso.
Durante todo el 2020 respondimos al impacto del COVID-19 a través de más de 300 proyectos en 70 países. Nuestro enfoque consistió en brindar atención médica y asistencia a comunidades vulnerables, como personas en movimiento, residentes de centros para adultos mayores y personas sin hogar.
Hemos trabajado en instalaciones de salud y centros de tratamiento de COVID-19 en los cinco continentes, colaborando con el personal local para fortalecer las medidas de prevención y control de infecciones, proteger al personal y tratar a los pacientes. Además, nos hemos esforzado por mantener otros servicios de atención médica esenciales durante la pandemia.
Datos y cifras de Médicos Sin Fronteras durante el primer año de la pandemia COVID-19:
- Atendimos 112.000 consultas de casos sospechosos
- Realizamos 93.000 test de COVID-19
- Gestionamos 15.400 admisiones de casos sospechosos o confirmados
- Asistimos a 6.000 pacientes son síntomas severos
- Administramos 4.360 camas para pacientes con COVID-19
- 778 instituciones de salud recibieron soporte técnico, material o capacitación de nuestros equipos
- 156 instituciones de salud recibieron nuestro apoyo médico para tratar pacientes con COVID-19
- Brindamos asistencia a 983 residencias y centros de cuidado para adultos mayores
- Gestionamos 221 refugios para migrantes, refugiados y personas sin hogar
En 2021, mientras la pandemia continuaba en su segundo año, nuestros equipos ampliaron sus actividades para responder a brotes particularmente graves en Siria, Yemen, Perú, India, Brasil, Sudáfrica y Venezuela, entre otros. Con la llegada de las vacunas contra el COVID-19, nuestros equipos comenzaron a trabajar en campañas de vacunación en varios países.
Terremoto de Siria y Turquía
Tras los fuertes terremotos que sacudieron el sur de Turquía y el noroeste de Siria a principios de febrero de 2023, nuestras prioridades fueron apoyar a las instalaciones médicas para tratar a los pacientes con apoyo material y de recursos humanos, facilitar el transporte de pacientes apoyando a las ambulancias y proporcionar artículos de socorro inmediato a las personas afectadas.
Nuestra respuesta frente a los terremotos en Siria
Los terremotos en el noroeste de Siria causaron una gran devastación, lo que provocó miles de muertos y heridos, y dejó a decenas de miles de personas sin hogar, sin refugio y sin alimentos ni artículos de primera necesidad.
Nuestra organización, que ya prestaba apoyo a la población del noroeste de Siria, ha movilizado a sus equipos, juntamente con otros actores locales, para responder a las crecientes necesidades en la zona.
La catástrofe agravó una situación humanitaria que ya de por sí era desesperada. Más de 180.000 personas se vieron desplazadas, sumándose a los 2.8 millones que ya vivían en circunstancias muy difíciles y precarias tras haber sufrido repetidos desplazamientos durante los 12 años que ya dura la guerra en el país.
Frente a ello, ampliamos nuestros esfuerzos, ofreciendo ayuda inmediata de socorro, desplegando clínicas móviles, implementando actividades de agua y saneamiento y logística, y ofreciendo primeros auxilios psicológicos y apoyo en salud mental.
Además, apoyamos la rehabilitación de algunos de los centros de salud afectados: en Jindires, Alepo, colaboramos en la construcción de un nuevo centro de maternidad para reemplazar el que fue destruido y proporcionar un espacio seguro y conveniente en el que las mujeres puedan dar a luz.
Datos y cifras sobre nuestra actividad en Siria
- Distribuimos 84.810 artículos de socorro
- Realizamos 23.790 consultas en clínicas móviles
- Gestionamos 6.000 consultas de salud mental
- Donamos 35 toneladas de suministros médicos
- Apoyamos 32 hospitales
El devastador terremoto que sacudió el noroeste de Siria arrojó luz sobre la fragilidad y las deficiencias del acceso de la asistencia sanitaria a la región.
Nuestra respuesta frente a los terremotos en Turquía
Todas nuestras actividades en Turquía se llevaron a cabo apoyando a ONGs locales mediante diferentes acciones a medida que evolucionó la emergencia humanitaria: asistimos en la creación de espacios limpios, seguros y cálidos en donde las personas afectadas por los terremotos pudieran encontrar apoyo psicosocial, duchas, aseos y maquinaria de lavandería, entre otros servicios.
Asimismo, apoyamos con la donación y distribución de material médico, alimentos, agua y suministros logísticos, así como artículos de emergencias.
La ayuda humanitaria de Médicos Sin Fronteras
Nuestra organización trabaja brindando asistencia médico-humanitaria en graves crisis alrededor de todo el mundo, tanto conocidas como así también olvidadas y silenciosas. Esto fue posible gracias a la profunda dedicación de todo nuestro equipo y a los más de 7 millones de socios, socias y donantes que, con su ayuda, nos brindaron independencia financiara para decidir dónde y cuándo actuar con neutralidad e imparcialidad.