Médicos Sin Fronteras (MSF) respaldamos la acción de dos activistas supervivientes de tuberculosis que han impugnado la primer semana de febrero de 2018 en la Oficina de Patentes de Bombay (India) la injusta patente de Johnson & Johnson (J&J) sobre la bedaquilina, el medicamento clave en el tratamiento para esta enfermedad.
Nandita Venkatesan, de Bombay (India), y Phumeza Tisile, de Khayelitsha (Sudáfrica), son dos sobrevivientes de tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR) que perdieron la audición por culpa de la toxicidad del tratamiento que recibieron. Ahora, ambas luchan para asegurar que nuevos medicamentos como la bedaquilina –mucho más segura y efectiva- se comercializan de forma accesible y barata para todos los pacientes de TB-DR. El objetivo, sustituir los dolorosos y tóxicos fármacos que millones de enfermos de tuberculosis en todo el mundo aún deben inyectarse.
De esta forma, ambos activistas buscan evitar que la compañía farmacéutica extienda su monopolio, en concreto sobre la forma salina de la bedaquilina. Y es que este compuesto no justifica una patente, según la legislación india. Si finalmente se le otorga, el monopolio de J&J sobre la bedaquilina se ampliaría desde 2023 a 2027, retrasando la entrada de genéricos cuatro años más.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la bedaquilina como parte central de un tratamiento totalmente oral para la TB-DR, y relegó los medicamentos que deben inyectarse y que causan efectos secundarios graves a la última opción.
La ampliación de las recomendaciones de la OMS por países aumentará de forma significativa el número de personas que deben recibir este medicamento. Hasta noviembre de 2018, solo 28.700 pacientes habían sido tratados con bedaquilina en todo el mundo, casi el 70% de ellas en Sudáfrica.
A pesar de los beneficios del medicamento, su elevado precio sigue siendo una barrera infranqueable. J&J anunció hace poco un precio reducido de 350 euros (400 dólares) por seis meses de tratamiento con bedaquilina para Sudáfrica y los países que adquieran el medicamento a través de Global Drug Facility. Sin embargo, no es suficiente para que el fármaco sea asequible en todos los países afectados por la epidemia de TB-DR.
«La mejoría en las tasas de curación y en las vidas que se han salvado para personas con TB-DR que usan bedaquilina es muy clara y está demostrada», explica Anja Reuter, nuestra especialista en TB-DR y trabajadora en Khayelitsha, Sudáfrica.
“La bedaquilina es crucial para que los pacientes puedan luchar sin los efectos secundarios tóxicos de medicamentos que requieren inyección. Esta revolución en el tratamiento ya es una realidad en Sudáfrica, pero los programas de TB-DR que desarrollan en otros lugares del mundo necesitan este fármaco a un precio asequible. Si se rechaza la solicitud de esta patente, las versiones genéricas de este medicamento podrían estar disponibles antes a precios reducidos, salvando cientos de miles de vidas y reduciendo el inmenso sufrimiento en todo el mundo«.
Reverdecimiento de patentes
J&J está tratando de obtener un ‘reverdecimiento’ de su patente. Se conoce así a la táctica a la que recurren las compañías farmacéuticas para extender los monopolios de sus medicamentos más allá del periodo estándar de 20 años, mediante el registro de una nueva forma, presentación o uso que no aporta mejoras terapéuticas.
Evitando esto, se espera que los fabricantes de medicamentos contra la TB de la India se incorporen al mercado con fármacos genéricos y suministren bedaquilina a precios más bajos a los programas nacionales de tuberculosis y a los proveedores de atención de esta enfermedad a nivel mundial.
Se estima que 558.000 personas desarrollaron esta forma de tuberculosis, pero solo una de cada cuatro recibió tratamiento. El tratamiento estándar de la TB-DR empleado en la mayoría de los países hasta ahora incluye medicamentos que deben inyectarse diariamente y que están asociados con varios efectos secundarios graves. Además, la tasa de curación es solo del 55%.
«Perdí la audición cuando tenía 24 años debido al brutal efecto secundario de un medicamento inyectable para la TB-DR», cuenta Nandita Venkatesan. «Me dejó devastada y supuso para mí un gran coste económico, emocional y mental. ¿Cuántas personas más tendrán que morir o quedarse sordas mientras esperan poder acceder a medicamentos como este, más seguros y efectivos y que pueden salvar sus vidas sin efectos secundarios? Con la oposición a la patente queremos evitar que este monopolio siga impidiendo el acceso a versiones genéricas y más asequibles de bedaquilina”, subraya.
«Sé lo que significa estar entre quedarse sordo o morir, porque los únicos medicamentos que pueden salvar tu vida también te robarán la audición», afirma Phumeza Tisile. Su tratamiento incluía fármacos inyectables tóxicos. «No quiero que nadie pase por lo que yo pasé. Las corporaciones farmacéuticas como J&J deben dejar de controlar el precio de este medicamento porque restringe el acceso de las personas a un tratamiento más seguro y más efectivo para la tuberculosis».
El desarrollo de bedaquilina se benefició de una considerable inversión pública y la evidencia de su potencial para mejorar las tasas de curación con menos efectos secundarios fue el resultado de un esfuerzo colectivo de la comunidad mundial que trabaja en la tuberculosis.
Instamos a J&J a abstenerse de los intentos de extender su monopolio, lo que retrasará aún más la disponibilidad de versiones genéricas de bedaquilina con calidad garantizada en la India, Sudáfrica y otros países.