Salud sexual y reproductiva
Todas las personas tienen derecho a una salud sexual y reproductiva libre de miedos y exclusiones.
¿Qué es la salud sexual y reproductiva?
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud reproductiva es el estado de completo bienestar físico, mental y social, en los aspectos relativos a la sexualidad y la reproducción en todas las etapas de la vida.
Implica que las personas puedan tener una vida sexual segura y satisfactoria, la capacidad de tener hijos y la libertad de decidir si quieren tenerlos, cuándo y con qué frecuencia.
Tanto el hombre como la mujer tienen derecho a estar informados y tener acceso a métodos de regulación de la fertilidad seguros, eficaces y asequibles, así como a disponer de servicios accesibles de planificación familiar y salud pública que permitan la adecuada asistencia profesional a la mujer embarazada y garanticen que el parto se produzca de forma segura.
Adaptar los servicios a las necesidades
El objetivo de los servicios de salud sexual y reproductiva es reducir la morbilidad y mortalidad materna mediante el aumento de disponibilidad de servicios de calidad y el acceso a los mismos.
Las mujeres, especialmente aquellas que viven en países en desarrollo, sufren de forma desproporcionada:
- Complicaciones durante el embarazo y el parto
- Embarazos no deseados
- Enfermedades de transmisión sexual (incluyendo VIH)
- Violencia sexual y de género
- Otros problemas relacionados con la salud reproductiva.
La carga que supone un estado de salud débil es aún mayor entre ciertos grupos de mujeres, como las refugiadas, las migrantes y las trabajadoras sexuales. De esta manera, las estrategias para ofrecer servicios a estas poblaciones deben estar adaptadas a sus necesidades.
La aceptación y el acceso a los servicios mejoran si son gratuitos, sensibles a la cultura local y se ofrecen junto a mensajes de promoción de la salud, involucrando a la comunidad en la toma de decisiones.
Asimismo, es importante enfatizar la responsabilidad compartida con los hombres y promocionar su participación en la salud sexual y reproductiva, así como introducir servicios adaptados a las adolescentes ya que tienen necesidades médicas específicas en este ámbito.
Cuando hablamos de salud sexual y reproductiva, “acceso” es una palabra clave. Las mujeres deben tener acceso a una buena asistencia durante el parto y sus posibles complicaciones para poder reducir la mortalidad materna, sobre todo en contextos como conflictos armados o desastres naturales.
Este acceso se puede mejorar con innovaciones en los sistemas de referencia y, en lugares poco accesibles, estableciendo espacios donde las mujeres pueden instalarse a la espera de dar a luz.
Por otra parte, las víctimas de violencia sexual deben recibir asistencia médica rápidamente para atajar las posibles consecuencias de la agresión. También debe mejorar el acceso a la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo, a servicios de planificación familiar y a cuidados posparto y posaborto.
Atención integral a la mujer
En nuestros programas de salud sexual y reproductiva incluimos varios componentes:
- Asistencia obstétrica y neonatal de urgencia (partos, cesáreas, transfusión sanguínea, etc.) que incluye: atención a las principales complicaciones obstétricas relacionadas con la mortalidad materna, asistencia a las complicaciones derivadas de un aborto no seguro y acceso a un aborto seguro.
- Servicios preventivos de atención prenatal, posnatal y planificación familiar.
- Asistencia a víctimas de violencia sexual. En estos casos, administramos contraceptivos de urgencia, profilaxis antirretroviral para reducir el riesgo de transmisión del VIH/sida y antibióticos para prevenir otras infecciones de transmisión sexual. También les ofrecemos apoyo psicosocial.
- Prevención de la transmisión madre-hijo de la infección por VIH.
- Prevención y tratamiento de la fístula obstétrica.
- Atención a las consecuencias de la mutilación genital femenina.
- Detección y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual.
Respuesta de Médicos Sin Fronteras
Debido al gran impacto de los cuidados obstétricos en la supervivencia de las mujeres y los neonatos, nuestros equipos priorizan los servicios y actividades relacionados con el cuidado obstétrico de urgencia, que ataja las principales causas de mortalidad.
Muchos de nuestros proyectos regulares proporcionan servicios más amplios. Recomendamos a las mujeres la realización de varias visitas pre y posnatales, donde se les ofrecemos, cuando es necesario, tratamientos para la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo, anticonceptivos y servicios de aborto seguro (en algunos proyectos).
Una correcta atención pre y posnatal también puede prevenir la fístula obstétrica, una lesión derivada generalmente de partos prolongados y obstruidos que causa en la mujer incontinencia e infecciones, y que puede llevar al rechazo familiar y social.
Nuestra organización cuenta con programas especializados de cirugía reparadora de la fístula en áreas remotas.
Desde 2012, también proporcionamos pruebas y tratamiento del cáncer cervical, cuya principal causa es el virus del papiloma humano que afecta particularmente a mujeres con VIH.
Durante 2021, nuestros equipos en diferentes proyectos asistieron 313.300 nacimientos (incluyendo cesáreas), mientras que 18.300 mujeres y niñas fueron atendidas ante complicaciones por abortos no seguros.
También brindamos acompañamiento y atención a 34.800 personas que sufrieron violencia sexual.
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