Entre el 1 de enero de 2019 y el 26 de marzo de 2019, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha ingresado 7.938 pacientes con posibles casos de cólera en sus centros de salud en Yemen en las gobernaciones de Amran, Hajjah, Ibb y Taiz, el 50% de los cuales procedían de la provincia de Ibb. Durante este período, el número de pacientes de cólera tratados por MSF aumentó de 140 a 2.000 a la semana. Los resultados de las pruebas de diagnóstico rápido realizadas en los proyectos de MSF muestran que, en el mismo período, el porcentaje de casos positivos de cólera aumentó del 58 al 87%.
“Los equipos de MSF han abierto un centro de tratamiento de cólera con 50 camas en Khamer, han aumentado el número de plazas de la unidad de tratamiento de cólera en Taiz y han reforzado los centros en Ibb y Kilo. La tasa de afectación es particularmente alta en Huth, en la gobernación de Amran, donde MSF apoya a un centro de salud», explica Hassan Boucenine, coordinador general MSF en Yemen. «Fortalecer las actividades de agua y saneamiento es una prioridad, ya que son esenciales en la lucha contra el cólera».
En Saná, los equipos de MSF están renovando un departamento del hospital Al Kuwait para convertirlo en un centro de tratamiento de cólera. MSF ha entregado en Saná 30.000 litros de solución de lactato de Ringer, utilizada para reemplazar líquidos y electrolitos en pacientes deshidratados, y ha donado suministros médicos a centros de salud en la gobernación de Al Bayda, al noreste de Adén.
«El cólera se considera endémico en Yemen, pero el aumento de casos es preocupante ya que la temporada de lluvias, que podría agravar la situación general, aún no ha comenzado», dice Boucenine.
Entre 2016 y 2017, dos oleadas de cólera golpearon a Yemen. Aunque la enfermedad fue controlada con posterioridad, las autoridades sanitarias y las organizaciones médicas han continuado viendo casos en casi todas las gobernaciones del país.
Después de cuatro años de guerra, la presión sobre las estructuras de salud de Yemen es enorme y muchas personas no pueden acceder a una atención médica circunscrita a los pocos hospitales que aún funcionan. Además del cólera, los brotes de otras enfermedades prevenibles con vacunas, como la difteria y el sarampión, siguen siendo un riesgo para la salud y una causa de muerte para las personas que viven en el país devastado por la guerra.