Se cumple un año desde que estalló la guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en Sudán.
A partir del 15 de abril de 2023, millones de personas han vivido intensos combates, incluidos ataques aéreos, bombardeos, tiroteos y asaltos. Los saqueos han sido generalizados y los ataques contra las personas, incluida la violencia sexual, siguen siendo una característica definitoria de la guerra.
Se calcula que 8.5 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse, según Naciones Unidas.
Muchas de ellas viven en campos con escasos recursos y servicios en Sudán y los países vecinos. La situación es extremadamente grave.
¿Qué está pasando actualmente en Sudán?
En la actualidad, la situación humanitaria en Sudán es alarmante. Alrededor de todo el país se observan niveles extremadamente altos de necesidades médicas.
En los focos de violencia, el número de personas heridas directamente en los combates no cesa de crecer. Hemos atendido más de 22.800 casos de lesiones traumáticas y realizado más de 4.600 intervenciones quirúrgicas.
Las consecuencias sanitarias indirectas de la guerra siguen siendo igualmente devastadoras. Entre el 70 y el 80% de los hospitales de las zonas afectadas por el conflicto ya no funcionan.
Muchas personas tienen que recorrer largas distancias, a menudo en condiciones de extrema inseguridad, para buscar atención médica. Más de medio millón de personas han acudido a consultas médicas en hospitales, centros de salud y clínicas móviles de nuestra organización o apoyados por nosotros.
Consecuencias de la guerra en Sudán
El conflicto en Sudan afecta gravemente la seguridad y salud de cientos de miles de personas.
Las malas condiciones de vida en la región, la falta de acceso a agua potable, vacunación y atención sanitaria se combinan y crean las condiciones para la aparición de brotes y enfermedades. Hemos atendido más de 100.000 casos de malaria, tratado a más de 2.000 personas de cólera y varios miles de casos de sarampión.
A su vez, las mujeres embarazadas se ven especialmente afectadas por la falta de acceso a la atención sanitaria. El año pasado, asistimos más de 8.400 partos y practicamos 1.600 cesáreas.
Otra situación crítica y creciente que se suma a las mencionadas es la desnutrición. En un año, hemos apoyado el tratamiento de más de 30.000 casos de desnutrición aguda.
Una reciente evaluación nutricional en un campo de desplazados del norte de Darfur reveló que casi una cuarta parte de los niños examinados sufrían desnutrición aguda, y el 7% desnutrición aguda severa. Entre los niños de seis meses a dos años, las cifras eran aún más alarmantes, con casi el 40% de este grupo de edad desnutridos, el 15% con desnutrición aguda severa.
Estos son sólo algunos indicadores médicos de las inmensas necesidades según las pocas zonas a las que podemos acceder y responder. Pero sabemos que esto es sólo la punta del iceberg. Las necesidades en todo el país son enormes y en gran medida no están cubiertas.
Obstrucciones a la ayuda humanitaria en Sudán
Nuestros equipos trabajan y brindan apoyo a más de 30 centros de salud en 10 estados de Sudán:
- Estado de Jartum.
- Estado de Al Jazirah.
- Estados del Nilo Blanco y Azul.
- Estado de Al Gedaref.
- Estado de Darfur Occidental.
- Estados de Darfur Norte, Sur y Central,
- Estado del Mar Rojo.
También han intervenido en el estado de Kassala en respuesta a las necesidades de las personas desplazadas.
La respuesta humanitaria es sólo una gota en este océano de necesidades increíbles. Durante toda la guerra, pero especialmente en los últimos seis meses, ha habido una obstrucción sistemática de la ayuda, incluido al personal y los suministros, a las zonas más necesitadas, especialmente en las partes del país controladas por la RSF.
Fue muy difícil y llevó mucho tiempo conseguir visados para que el personal humanitario entre en el país y permisos de viaje para que se desplacen por Sudán.
Los permisos para cruzar la línea del frente, por ejemplo desde Port Sudan a las zonas controladas por la RSF, han sido denegados en repetidas ocasiones.
También se ha intentado impedir que la ayuda entre en el país a través de las fronteras, por ejemplo desde Chad y Sudán del Sur.
Superar estos obstáculos y sortear una situación de inseguridad sin protección adecuada para civiles y trabajadores humanitarios ha sido una lucha constante y sigue siendo uno de nuestros principales objetivos.
Exigimos un aumento masivo de la respuesta humanitaria
A pesar de las dificultades, nuestra presencia en la región y la atención médica que hemos podido prestar, demuestran que es posible llevar a cabo labores humanitarias en Sudán. Sin embargo, muy a menudo nuestros equipos se encuentran como únicos actores humanitarios en las zonas donde trabajamos.
Ante las inmensas necesidades, se necesita desesperada y urgentemente un aumento masivo de la respuesta humanitaria.