El 30 de marzo, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) se movilizaron para brindar apoyo a las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza, para tratar a las personas que resultaron heridas durante las protestas en la valla que separa al bloqueado enclave de Israel.
Michel Sauer, un cirujano vascular de Médicos Sin Fronteras de nacionalidad francesa que se encuentra actualmente en Franja de Gaza, nos comentó lo siguiente:
“El 30 de marzo estábamos en el hospital Nasser. En el departamento donde estaba recibimos a tres personas jóvenes a quienes les dispararon en el abdomen, y a otras dos que recibieron disparos en la cabeza.
Asistí a los cirujanos locales en dos operaciones. El primero fue un caso realmente malo, la bala había hecho un agujero en la arteria y la vena principal del tórax. Las arterias no son tan difíciles de reparar porque son bastante gruesas, pero las venas son mucho más delgadas y mucho más frágiles. Es muy fácil hacer más daño al tratar de coserlas. Al final tuvimos éxito, pero el paciente había perdido toda su sangre; necesitaba una transfusión completa.
El Segundo caso fue el de un niño pequeño. Tuvimos que quitarle uno de sus riñones. Si hubiéramos intentando salvar su riñón, se habría desangrado hasta morir.”
Mohammed Abu Jasser, un enfermero de Franja de Gaza, estaba asistiendo a Michel. También trabajó durante los peores días de las protestas el año pasado, cuando cientos de personas recibieron disparos en unas cuantas horas. “Estaba nervioso sobre lo que sucedería. Pensamos que sería como el año pasado, pero en esta ocasión estábamos preparados. Al final, en comparación con el año pasado, no fue tan sangriento como temíamos.”
El Ministerio de Salud declaró que cuatro personas murieron y 64 recibieron disparos con munición real, por parte del ejército israelí durante las protestas.