La Franja de Gaza atraviesa una emergencia médica a cámara lenta. Y es que los heridos que recibieron disparos por parte del Ejército israelí durante las protestas necesitan tratamiento urgente.
La gran mayoría de los 3.117 pacientes que hemos tratado entre el 30 de marzo y el 31 de octubre, de un total de 5.866 heridos por fuego activo, recibieron disparos en las piernas. Es decir, casi la mitad padece fracturas abiertas y gran parte del resto de los pacientes sufre daño en sus tejidos blandos.
Se trata así de lesiones complejas y severas que no sanan rápidamente. Su gravedad y la falta de tratamiento adecuado en el debilitado sistema de salud de la Franja de Gaza hacen que corra el riesgo de infecciones, sobre todo en el caso de pacientes con fracturas abiertas.
Actualmente, la Franja de Gaza carece de la capacidad para diagnosticar adecuadamente las infecciones óseas. Según nuestras estimaciones, al menos el 25% de los pacientes con fracturas sufren infecciones. De unas 3.000 fracturas abiertas, es probable que más de 1.000 estén infectadas.
De acuerdo a un análisis preliminar de nuestros pacientes en la Franja de Gaza, al menos el 60% del total de lesionados atendidos por todos los proveedores de salud (unas 3.520 personas), necesitarán también cirugía, fisioterapia y rehabilitación.
Además, una parte significativa de esos pacientes requerirá algún tipo de cirugía reconstructiva para curarse adecuadamente, pero las infecciones no tratadas evitarán que eso suceda. Una carga demasiado pesada para el actual sistema de salud de la Franja de Gaza, ya de por sí debilitado a causa de un bloqueo de más de una década.
Esta cantidad tan elevada de lesiones no solo afecta a los heridos, también dificulta la provisión de atención médica regular en la Franja de Gaza. Las consecuencias de estas heridas, especialmente si no se tratan, serán discapacidades de por vida para muchos. Si las infecciones no se tratan, estaríamos hablando de riesgo de amputación o de incluso muerte.
Necesidades abrumadoras
Aunque MSF y otras organizaciones trabajamos arduamente para brindar tratamiento a estos pacientes, las necesidades son enormes y aumentan a una velocidad abrumadora, desafiando nuestra capacidad de respuesta continua. La situación también empeora a medida que más personas reciben disparos: la carne y los huesos heridos mueren y el riesgo de infección aumenta. Una respuesta adecuada costará millones de euros, dinero que se necesita urgentemente.
«MSF ya ha triplicado su capacidad en la Franja de Gaza, pero la cantidad de cirugías, antibióticos, cuidados intensivos de enfermería, fisioterapia y rehabilitación a largo plazo que se necesitan es impresionante», explica Marie-Elisabeth Ingres, nuestra coordinadora general en Palestina.
«Esta cantidad de pacientes sobrepasa a los de los mejores sistemas de salud del mundo. Es un golpe aplastante para la Franja de Gaza», comenta.
“Ahora se requiere que las autoridades israelíes y palestinas hagan todo lo posible para facilitar el acceso gratuito y el trabajo de todos los proveedores de atención médica en la Franja de Gaza para atender a estas personas. Además, deben facilitar que otros países tanto de la región como del resto del mundo den un paso adelante y ofrezcan financiación y espacio en sus hospitales con recursos avanzados de cirugía. También que las autoridades de Palestina e Israel faciliten la transferencia de estos pacientes al extranjero”, prosigue Ingres.
«La alternativa es dejar que miles de pacientes lidien solos con lesiones terribles, muchos de ellos con discapacidades permanentes y dependientes de sus familias. Es irreprochable cuando el tratamiento adecuado está al alcance de todo el mundo«.