Eyad ha sido aceptado para recibir tratamiento en el hospital quirúrgico especializado de MSF en Amman, Jordania, pero para las personas que viven en Franja de Gaza, solicitar la autorización de las autoridades israelíes para poder salir es un proceso largo y difícil que a menudo termina con una negativa.
“Todavía recuerdo vívidamente el día en que me dispararon: la bala entró en mi pierna como una inyección y luego sentí una sensación de calor en mi otra pierna. Miré hacia abajo y vi mucha sangre, y me di cuenta de que había sido herido. Tenía mucho dolor.
Después de que la bala entró en mi pierna comencé a temblar y sentí como si la electricidad estuviera recorriendo mi cuerpo. Al principio, me sorprendió lo que vi. Pensé que iba a perder mi pierna y convertirme en amputado.
Me dispararon el 14 de mayo de 2018. Como a muchos palestinos, me dispararon en la pierna. Esto desmuestra cuan violento fue el ejército israelí hacia nosotros ese día.
Fui a las manifestaciones porque amo a mi país e intento defenderlo. Quería mostrar a todos que tenemos derecho sobre nuestras tierras y derecho a recuperar nuestros hogares. La manifestación fue pacífica. Pero entonces el ejército israelí comenzó a disparar. Sabía que iba a ser peligroso, así que asistí solo. No quería ver a ninguno de mis amigos herido o muerto.
Quería liberar nuestra tierra, nuestro hogar, nuestros lugares sagrados. Israel puede tomar todo lo que quiera; yo solo quiero que nos devuelvan nuestra tierra.
Mi madre intentó convencerme para que no fuera y me rogó que me quedara en casa. Llamó a mis abuelos para que intentaran persuadirme. Pero no pudieron detenerme. Estaba decidido.
Desde que me dispararon he tenido problemas para dormir. Cuando duermo, siento como si unos cuchillos se movieran dentro de mi pierna, y que hay electricidad corriendo por mi cuerpo. No me muevo mucho, no salgo, sólo lo hago si debo hacerlo. Prefiero no moverme mucho porque es muy doloroso.
Mis padres y hermanos están cuidándome, me cuidan muy bien. Me traen todo lo que necesito.
“Toda lo que espero es poder volver a caminar normalmente otra vez”
Acudo a la clínica de MSF en la Franja de Gaza tres veces a la semana para cambiar mis vendajes y para mis sesiones de fisioterapia. Mi condición comenzó a mejorar después de mi primera operación de desbridamiento, que realizaron para limpiar mi herida de bala y extraer la sangre infectada.
He tenido alrededor de seis operaciones, incluyendo el desbridamiento de la herida, la aplicación del fijador externo para estabilizar el hueso y un injerto de piel, para el que tomaron el tejido de mi pierna para cubrir la herida de bala.
Las siguientes etapas de mi tratamiento deben realizarse en Jordania, en el hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Amman. Planean tomar un injerto de hueso para arreglar el hueso destruido, y un cirujano plástico reconstruirá mi pierna herida.
Cuando escuché que querían enviarme a Jordania, tuve mucho miedo porque pensé que el ejército israelí no iba a querer dejarme salir de la Franja de Gaza. Pensé que tendrían que amputar mi pierna. Pero cuando escuché que el hospital de Amman me había aceptado, comencé a recuperar la esperanza. Comencé a ver que las cosas podrían terminar bien. Ahora solo estoy esperando para saber si me permitirán salir de Franja de Gaza.
“He perdido todo”
Dejé de asistir a la escuela cuando me encontraba en el bachillerato, y no tengo un trabajo. Fui a la frontera para manifestarme porque no tengo trabajo y no tengo nada que hacer. Me gustaría poder trabajar, pero no hay trabajo en Franja de Gaza. Soy músico, no es una profesión rentable pero amo tocar instrumentos como la batería y la flauta.
¿Que si he regresado a manifestarme? Es una pregunta vergonzosa…no, no lo he hecho. Después de experimentar este gran dolor y haber perdido tanto de mi vida debido a lo que pasó…no, no quiero regresar.
He perdido amigos, he perdido la habilidad de salir y moverme como desee.
Me resulta difícil tocar mis instrumentos. He perdido todo. Mi única esperanza es regresar a lo que solía ser. Pero sé que eso no sucederá…ya no puedo nadar ni jugar fútbol. Era un gran jugador de fútbol. No puedo correr cómo solía hacerlo. Solo espero que con las cirugías adicionales, podré caminar normalmente de nuevo sin ningún dolor. Es todo lo que espero.
“Es abrumador ver morir a tus amigos”
Mis amigos siguen asistiendo a las manifestaciones, algunos de ellos también han sido heridos. Uno de mis amigos también recibió un disparo y ahora tiene casi la misma herida que yo. Otro amigo que me ayudó cuando estaba herido ahora está muerto. Se encontraba en una manifestación ayudando a otra persona herida cuando murió.
Estoy intentando convencer a otras personas de que no vayan a las manifestaciones. No quiero que experimenten el dolor que tengo. Los aspectos negativos de la protesta superan los aspectos positivos. Ir allí es tan peligroso: la gente puede perder su esperanza y su futuro. Necesitan mantenerse alejados: el ejército israelí es realmente violento.
Como palestinos, queremos que estas protestas sean pacíficas. Pero Israel ve esto como una violación de su libertad. Todo lo que queremos es volver a nuestras tierras.
Protestamos para mostrar a todos que somos árabes, que estamos todos juntos en esto y que nos apoyamos mutuamente. Por eso vamos a las manifestaciones.»