El 28 de marzo de 2025, un fuerte terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar.
El terremoto de Myanmar devastó las regiones de Mandalay, Naipyidó, Sagaing y el estado de Shan.
Hasta el 8 de abril, las cifras oficiales informaban de más de 3.600 muertos, más de 5.000 heridos y unos 17 millones de damnificados, muchos en estado grave.
Las principales infraestructuras —como hospitales, carreteras y sistemas de abastecimiento de agua— sufrieron daños considerables. Además, las continuas interrupciones en las telecomunicaciones siguen obstaculizando las labores de socorro.
El terremoto sacudió un país que ya sufría varias crisis sanitarias y conflictos, lo que ha agravado los problemas de las comunidades afectadas. La escasez de recursos, personal y suministros ha dejado a algunos centros desbordados y con dificultades para responder a las crecientes necesidades sanitarias.

Inmediatamente después del terremoto, reafirmamos nuestro compromiso y nuestra capacidad para brindar asistencia médica de emergencia a gran escala en todas las zonas afectadas.
MSF priorizó su respuesta en Mandalay y Naipyidó, las ciudades más afectadas y actualmente accesibles. Persiste la preocupación por las zonas remotas, como Sagaing, donde el acceso sigue siendo muy limitado.
Nuestros equipos informaron sobre graves daños. Muchos residentes permanecen a la intemperie por temor a las réplicas. Los monasterios abrieron sus puertas para acoger a familias desplazadas, y las comunidades locales demuestran una notable solidaridad.
El impacto las consecuencias del terremoto en Myanmar en la salud

En las ciudades más afectadas, los daños en las infraestructuras interrumpieron servicios esenciales como agua, electricidad y saneamiento. Esto impactó gravemente la capacidad de funcionamiento de los hospitales.
En algunos casos, los daños estructurales obligaron al personal médico a atender en el exterior por temor a nuevos derrumbes.
En Naipyidó y Mandalay, donde los hospitales se vieron especialmente afectados por el terremoto, nuestros equipos realizaron evaluaciones y entregó suministros médicos. También estamos en contacto con las principales partes interesadas, incluido el Ministerio de Salud.
Agua y saneamiento, refugio y bienes básicos

En Mandalay, los equipos de MSF se movilizaron rápidamente para mejorar las condiciones de agua, saneamiento e higiene en los hospitales dañados. Instalaron depósitos de agua y lavamanos adicionales.
También reforzaron la gestión de residuos con docenas de contenedores e instalaron ventiladores en refugios temporales. Esto ayuda a que los pacientes soporten el calor extremo, que alcanza los 40ºC, mientras esperan tratamiento fuera de las instalaciones dañadas.
Al mismo tiempo, equipos médicos móviles comenzaron a realizar consultas en refugios improvisados, incluidos monasterios. Tratan desde enfermedades comunes hasta dolencias crónicas como la diabetes y la hipertensión.
En el sur de Shan, los equipos móviles distribuyeron artículos no alimentarios de primera necesidad y restauraron fuentes de agua potable. También continúan las evaluaciones en comunidades afectadas y desplazadas.
Impacto psicológico

La salud mental es una parte clave de la respuesta de MSF. En Mandalay, equipos formados por personal cualificado y estudiantes voluntarios visitan a los pacientes hospitalizados en salas de cirugía, ortopedia y traumatología. Allí, prestan primeros auxilios psicológicos.
Estos esfuerzos son esenciales en un contexto de alto estrés psicológico. Los sobrevivientes del terremoto en Myanmar enfrentan secuelas de la catástrofe, temor a réplicas y las consecuencias del conflicto en curso que afecta a muchas partes del país.
Impacto medioambiental

Con la llegada de la temporada de lluvias, las inundaciones y corrimientos de tierras podrían agravar los problemas de acceso, especialmente en zonas remotas.
La estación lluviosa también aumenta el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, y por vectores, como la malaria o el dengue. Esto se debe a la posible contaminación de las ya escasas fuentes de agua potable, a causa de las inundaciones.
Para mitigar estas amenazas adicionales, son esenciales medidas inmediatas como:
- el aumento del suministro de agua potable,
- instalaciones sanitarias seguras,
- la distribución de mosquiteras
- y la promoción de la higiene.
Para hacer frente a las inmensas necesidades, es crucial que la ayuda humanitaria llegue sin obstáculos a todas las zonas afectadas por el terremoto, incluidos los lugares de difícil acceso.
Se necesita urgente un aumento significativo de la ayuda y del acceso a la asistencia sanitaria en todas las áreas impactadas.
Esto es clave para evitar consecuencias nocivas a largo plazo en las personas que enfrentan las secuelas del terremoto.