Els Torreele, directora de la Campaña de Acceso a medicamentos de MSF, valora el lanzamiento del Centro de Colaboración Global en I+D sobre Resistencia a los Antimicrobianos coincidiendo con la Asamblea Mundial de la Salud.
La creación del centro arrancó bajo la presidencia alemana del G20 en 2017 y persigue coordinar las inversiones financieras presentes y futuras en iniciativas de I+D sobre la resistencia a los antimicrobianos. Este Centro Global tiene el potencial para constituir una parte importante en la respuesta internacional que este problema requiere con urgencia.
«MSF es testigo, con alarmante regularidad, de los problemas ocasionados por la resistencia a los antimicrobianos en nuestras clínicas: desde pacientes con heridas de guerra en Siria que son sometidos a cirugía reconstructiva en Jordania, hasta pacientes quemados en Haití; desde recién nacidos en Pakistán hasta enfermos de tuberculosis multirresistente (TB-MDR) en Sudáfrica, India y Europa del Este”, destaca Els Torreele, directora ejecutiva de la Campaña de Acceso a medicamentos de MSF.
“El lanzamiento del Centro – continúa Els Torreele – nos anima y estimula. Este centro puede ser un importante catalizador que nos ayude a abordar la urgente necesidad de herramientas médicas al servicio de los pacientes en condiciones de vida reales para combatir una crisis global. Con más de medio millón de nuevos casos y unos 250.000 de fallecimientos al año, la tuberculosis resistente a los medicamentos debe constituir una prioridad para el centro como lo reconocieron sus fundadores originales”.
“Para ofrecer una respuesta realmente efectiva, el centro debe ir más allá de lo habitual y promover un ecosistema de I+D rentable y sostenible que maximice el rendimiento público de la inversión y ofrezca nuevos y efectivos tratamientos para las personas que los necesitan. Estos deben estar adaptados a los contextos de salud, estar disponibles y tener un precio al alcance de los pacientes. Un nuevo diagnóstico, medicamento o vacuna no servirá de mucho si queda fuera del alcance de la mayoría de las personas que lo necesitan», concluye Els Torreele.
MSF ha elaborado propuestas para que el centro responda a las necesidades de los pacientes y aborde la crisis de la resistencia a los antimicrobianos de una forma equitativa, rentable y sostenible:
- Prioridades centradas en los pacientes:
El centro debería promover una respuesta verdaderamente global a la RAM y cubrir las necesidades no satisfechas de los pacientes y de los sistemas de salud en todo el mundo.
El centro debe definir una agenda de investigación basada en la lista de patógenos prioritarios de la Organización Mundial de la Salud, incluida la tuberculosis resistente a los medicamentos. Deben situarse como prioridad los microbios que causan enfermedades con un alto impacto en la salud pública. En términos de la administración del tratamiento, las formulaciones orales, en lugar de las inyectables, y las combinaciones de dosis fijas de medicamentos mejorarían la capacidad de los pacientes de cumplir con los complejos regímenes de tratamiento.
También se requieren formulaciones pediátricas simples para tratar mejor a niños y niñas. Los productos termoestables que no requieren cadena de frío son igualmente indispensables.
- Coherencia con los principios y políticas de I+D:
El centro debe promover la I + D que cumpla con los principios acordados por todos los países en virtud de la Declaración de Alto Nivel 2016 de la ONU sobre la RAM.
La declaración afirmaba que «todos los esfuerzos de I+D deberían estar impulsados por las necesidades, basados en la evidencia y guiados por los principios de asequibilidad, efectividad, eficiencia y equidad«.
Los productos médicos y las tecnologías resultantes del nuevo centro deben considerarse bienes públicos. La OMS debe desempeñar un papel importante en el asesoramiento para el establecimiento de prioridades y en las discusiones y decisiones relacionadas con la financiación del centro.
- Incentivar la I + D en base a la necesidad, no a los beneficios:
Los nuevos mecanismos de incentivos para financiar la I+D no deben depender de las ventas del producto, ni de los precios elevados ni de grandes volúmenes. Los mecanismos de financiación deben abordar las necesidades de salud de las personas, incluso si no hay potencial para obtener beneficios significativos. Además, los incentivos de I + D deben fomentar la colaboración y acelerar el tiempo de entrega de un nuevo producto desde el laboratorio al paciente. Todo ello acelerará el desarrollo, reducirá los costes y aumentará la eficiencia. Los altos precios no son una herramienta efectiva para promover el uso apropiado de antibióticos; por el contrario, los precios elevados socavan la capacidad de los países para implementar medidas de gestión adecuadas.
MSF considera que el objetivo de «equilibrar la innovación y el acceso», como lo plantea el centro recién lanzado, crea una falsa dicotomía entre los dos objetivos cuando, de hecho, tanto la innovación como el acceso son posibles. Una herramienta médica nueva y efectiva no proporciona beneficio alguno a las personas que la necesitan si no pueden pagarla.
- Incluir la voz de los países en desarrollo:
Para que las discusiones y la toma de decisiones estén mejor informadas, se deben garantizar las perspectivas y la orientación de los países de ingresos bajos y medios. El centro también debe involucrar a las organizaciones de la sociedad civil, incluidos grupos de pacientes y proveedores de tratamiento no gubernamentales como MSF. La inclusión de la voz de estos actores no solo es importante por su experiencia y conocimientos, sino porque también ayuda a asegurar que la respuesta del centro a la RAM sitúe las necesidades de las personas en el centro de todos los esfuerzos.