Alertamos de que el número de víctimas en el asediado enclave de Guta Oriental, en Siria, se intensifica más allá de lo imaginable mientras la capacidad de brindar atención médica está llegando al límite.
Los hospitales y clínicas que apoyamos en la zona han atendido a más de 2.500 heridos y han contabilizado 520 muertos tras cinco días de intensos bombardeos desde la tarde del domingo 18 hasta la tarde del viernes 23 de febrero. Estas cifras son una subestimación dado que el número de centros que logran reportar sus cifras está disminuyendo. Además, hay otras infraestructuras sanitarias en el área, que no reciben apoyo directo de nuestra organización y que también han recibido heridos y fallecidos, de las que no disponemos de datos.
Muchas de las víctimas son mujeres y niños. El viernes 23 de febrero, las mujeres y los niños representaron el 58% de los heridos y el 48% de los fallecidos registrados por las nueve instalaciones médicas apoyadas por MSF que lograron transmitir información.
Entre el domingo y el viernes, 13 instalaciones médicas que apoyamos total o parcialmente han sido alcanzadas por bombas o proyectiles. Los médicos en Guta oriental, que ya estaban al borde del colapso, llevan trabajando seis días seguidos, sin interrupción y sin una esperanza realista de poder tratar adecuadamente a sus pacientes en tan extremas circunstancias. Por todo ello, pedimos un alto el fuego inmediato para permitir el acto humano básico de asistir a los enfermos y heridos.
«Como enfermera que ha trabajado en conflictos extremadamente duros, me resulta devastador escuchar a médicos y enfermeros de Guta oriental decir que tienen a 100 pacientes heridos y ningún hospital disponible porque los bombardeos los han reducido a escombros», afirma Meinie Nicolai, nuestra directora general.
«Hay un nivel de desesperación y agotamiento producto de trabajar día y noche, sin tiempo para dormir, sin tiempo para comer, permanentemente rodeados de bombardeos, y todo ello en medio de una angustia absoluta. La adrenalina solo puede mantenerte activo durante cierto tiempo. Si el personal médico colapsa, la humanidad se derrumba. No debemos permitir que esto suceda».
En el tercer día de la ofensiva actual, los médicos que apoyamos pidieron más suministros médicos. Ahora, después de seis días de incesantes bombardeos, nos dicen que, incluso con suministros, no tendrían capacidad física para atender a los heridos y van más allá: hacen un llamamiento para que el bombardeo se detenga.
A medida que la guerra en Siria ha aumentado en intensidad, los frecuentes llamamientos de MSF y de otros actores para que se respete el Derecho Internacional Humanitario (DIH) – las reglas de la guerra – han sido ignorados. MSF no cesará en sus llamamientos para que se respete el DIH, pero ahora añade una demanda específica: para que los médicos puedan hacer su trabajo, los bombardeos del Gobierno de Siria y de los grupos armados de oposición en Guta oriental deben detenerse inmediatamente.