La Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos es una campaña mundial para promover la concientización sobre la resistencia a los antimicrobianos y fomentar las mejores prácticas para reducir la aparición y propagación de patógenos farmacorresistentes. Se celebra todos los años del 18 al 24 de noviembre.
¿Qué es la resistencia a los antibióticos?
Los antibióticos son medicamentos que atacan a las bacterias. La resistencia a los antibióticos es un atributo de algunas bacterias que han desarrollado resistencia a uno o más tipos de este medicamento. Esto significa que el antibiótico no destruirá esas bacterias, o no en la misma cantidad ni a la misma velocidad, como ocurriría en condiciones normales.
Si las bacterias tienen la resistencia suficiente a un antibiótico determinado, esto hará que el antibiótico no funcione: las bacterias sobrevivirán al tratamiento y la infección no sanará. Si las bacterias se han vuelto resistentes a varios tipos de antibióticos, se puede volver muy difícil, y en ocasiones imposible, tratar la infección.
En resumen, no son los pacientes ni las infecciones los que tienen resistencia a los antibióticos, sino las bacterias. Si un paciente elimina las bacterias resistentes, es posible que su próxima infección bacteriana se pueda tratar de nuevo con antibióticos normales.
Existe el mismo problema con otros agentes microbiológicos, como los virus, los hongos o los parásitos, pero en otra escala. Cuando se habla de la resistencia de todos estos patógenos, se suele usar el término “resistencia a los antimicrobianos”. El término «resistencia a los antibióticos» se usa solo para hablar de la resistencia de las bacterias. Por lo tanto, la resistencia a los antibióticos es un subgrupo de la resistencia a los antimicrobianos.
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¿Cuál es el origen de la resistencia a los antibióticos?
Cuando los antibióticos atacan a una población de bacterias, las más resistentes son las que sobrevivirán más tiempo. Por lo tanto, tendrán más probabilidades de transmitir sus genes resistentes, y la siguiente generación tendrá una mayor proporción de bacterias resistentes. De esta forma, las bacterias se vuelven cada vez más resistentes cuando se exponen a los antibióticos.
Es un proceso natural y es imposible detenerlo. Pero se lo puede retrasar limitando la exposición de las bacterias a los antibióticos y garantizando que, si se usan antibióticos, se destruyan todas las bacterias.
Es absolutamente esencial utilizar los antibióticos de forma adecuada. Un paciente debe tomar el tipo correcto de antibióticos, en la dosis correcta y durante el período correcto. Cada vez que eso no ocurre, existe el riesgo de que las bacterias sobrevivan al tratamiento y desarrollen resistencia a los antibióticos. El uso inadecuado de los antibióticos ha acelerado en gran medida el problema de la resistencia.
¿Por qué es un problema tan grande?
Los antibióticos tienen una importancia considerable en la medicina moderna. Las bacterias provocan muchas infecciones peligrosas y, con mucha frecuencia, los antibióticos son la única opción para tratar dichas infecciones, como la osteomielitis (una infección del hueso) o la septicemia (una infección de la sangre). Además, los antibióticos no solo se utilizan como tratamiento curativo, sino también como tratamiento preventivo, por ejemplo, para los pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas.
Si no pudiéramos usar más los antibióticos, la vida de millones de personas estaría en riesgo. Las heridas pequeñas infectadas podrían volverse potencialmente mortales; las enfermedades como la neumonía bacteriana o las infecciones del tracto urinario podrían ser imposibles de tratar. Además, una gran variedad de intervenciones quirúrgicas, desde las cesáreas hasta las cirugías ortopédicas, se volverían muy peligrosas.
¿Cuáles son las consecuencias de la resistencia a los antibióticos para los pacientes?
Si los pacientes tienen una infección causada por bacterias resistentes, puede haber muchas consecuencias:
- Estadía más prolongada en el hospital: las y los pacientes afectados por bacterias resistentes suelen necesitar un tratamiento más largo, por lo que deben permanecer más tiempo en el hospital. Esto suele repercutir en la situación social y económica de un paciente.
- Tratamiento más tóxico: ya sea porque se debe administrar otro antibiótico más tóxico, o porque se debe prolongar el tratamiento con el antibiótico normal, lo que podría reforzar sus efectos secundarios.
- Mayores gastos: una estadía más prolongada en el hospital y un tratamiento más largo aumentarán los gastos. Cuando no se les cobran estos gastos a los pacientes (como en nuestros proyectos), el hospital debe cubrirlos.
- Muerte: si un paciente tiene una infección causada por bacterias que son resistentes a todos los antibióticos (a las que a veces se las llama “superbacterias”), y la infección es mortal, el paciente morirá.
¿Cómo estamos trabajando para combatir la resistencia a los antibióticos?
Nuestra política respecto de la resistencia a los antibióticos tiene tres pilares:
- Prevención y control de infecciones: para evitar la propagación de bacterias resistentes en los hospitales, es necesario contar con protocolos estrictos de higiene. La prevención consiste en la higiene de las manos, el uso de material estéril, la limpieza, entre otros. La prevención y control de infecciones suele considerarse el más importante de los tres pilares porque sin ella, o con una implementación deficiente, los otros dos pilares pierden gran parte de su impacto.
- Programas de administración de antibióticos: es muy importante que haya normas estrictas en cuanto a la venta de medicamentos sin receta en las farmacias y en cuanto al uso de los antibióticos. Sin embargo, cuando un lugar está afectado por la guerra, es muy difícil implementar estas normas o hacer que se cumplan. Por eso, nos aseguramos de que todo el personal médico entienda cómo se deben usar los antibióticos,
- Laboratorios de microbiología: la única manera de descubrir qué bacterias exactamente provocan una infección, y hasta qué punto son resistentes a determinado antibiótico, es a través de pruebas en un laboratorio de microbiología. Luego, el equipo médico puede usar esta información para encontrar el mejor tratamiento para un paciente.
Además de estos pilares, la promoción de la salud tiene un rol fundamental. Es primordial que nuestras y nuestros pacientes comprendan el problema de la resistencia a los antibióticos, dado que deben cumplir con nuestras medidas. Cuando tienen un buen conocimiento de la resistencia a los antibióticos pueden difundir la importancia del uso adecuado de los antibióticos en sus propias comunidades y también pueden aumentar las probabilidades de recuperarse más rápido, al poner en práctica nuestros consejos.