Por la enfermera pediátrica Alison Moebus.
Había una sensación de entusiasmo en el ambiente que no se podía negar.
Una oleada de enfermeros con uniformes azules se apuraban para prepararse. De pie en el fondo, había dos médicos muy entusiasmados, que trataban por todos los medios de parecer relajados, intentando contener sus sonrisas radiantes. El responsable del equipo médico los alentaba desde afuera.
No era un día cualquiera en la enfermería neonatal de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Yemen.
Después de meses planificando, haciendo pedidos de farmacia, consiguiendo esto y aquello, redactando directrices y entrenando, ¡por fin estaba ocurriendo!
Estábamos implementando un nuevo tratamiento para nuestros pacientes más pequeños y vulnerables; un tratamiento que sin ninguna duda podría salvar vidas.
24 horas antes
Apenas 24 horas antes habíamos admitido a una bebé de dos semanas de edad con neumonía. Se llamaba Khadeja.
Khadeja tosía y se ahogaba; luchaba por respirar y se ponía de un color azulado preocupante mientras trataba de recuperarse de sus ataques de tos.
Su caso no es el único, ni en Yemen ni en muchas otras partes del mundo. La neumonía es la causa principal de muerte en niños menores de cinco años y es la responsable de 1.3 millones de muertes por año porque el oxígeno y los antibióticos siguen siendo un lujo inalcanzable en muchos países.
Lo que cambió las reglas del juego
Sin embargo, en el hospital respaldado por MSF en el distrito de Khamer, en Yemen, estábamos implementando algo que podía llegar a marcar una gran diferencia para pacientes como Khadeja.
La oxigenoterapia de alto flujo con humidificación (también conocida simplemente como “alto flujo”) brinda más apoyo respiratorio que la oxigenoterapia tradicional que se recibe por una mascarilla o por cánulas nasales.
Ha cambiado el juego en la atención de niños enfermos de todo el mundo y se está usando en muchos departamentos pediátricos y neonatales, pero no se había usado nunca antes en Yemen, y muy pocas veces dentro de MSF.
Los frutos del esfuerzo
Mientras la pediatra hablaba con los padres, que se encontraban muy nerviosos, en un costado de la habitación, los enfermeros preparaban a nuestra paciente de dos semanas en otra. No podría haberme sentido más orgullosa de este equipo, del que formo parte en mi sexta asignación con MSF.
Hace un mes, los enfermeros nunca habían oído hablar de la “oxigenoterapia de alto flujo por cánula nasal con humidificación”, y mucho menos habían visto un aparato de alto flujo. Pero allí estaban, comenzando con confianza el tratamiento, que aumentaría sin ninguna duda las posibilidades de vida de esa hermosa bebé.
Las horas que pasó el equipo preparándose, revisando principios básicos y luchando con los conceptos nuevos, rindieron sus frutos.
Un mejor color
Después de la conmoción de la tarde, nuestra primera paciente en alto flujo se calmó y comenzó a mejorar.
Nuestra pequeña paciente ya no tenía que esforzarse tanto que el pecho se le encogía al respirar. La piel de la bebé se tornó un poco menos azul.
Durante los 10 días siguientes, ella comenzaría a mejorar de a poco, no solo con la oxigenoterapia de alto flujo, sino también con el cuidado y la atención que le daban los enfermeros y el personal médico, junto con su propia familia.
Trabajo no reconocido
La implementación de nuevos estándares de atención solo es posible con el compromiso y la voluntad del personal para intentar cosas nuevas.
Las nuevas intervenciones requieren perseverancia de muchos trabajadores no reconocidos. Ellos pueden ser enfermeros, médicos, farmacéuticos, expertos en logística y traductores que trabajan en el área, como también coordinadores de equipos médicos y especialistas que brindan su apoyo desde lugares lejanos en todo el mundo.
Con suerte, la implementación del alto flujo no solo disminuirá cuánto se enferman nuestros pacientes más pequeños, sino que también, en definitiva, significará que este equipo humano puede salvar más vidas.
El éxito de este proyecto, y la diferencia que marcará para pacientes como Khadeja, se deben solo al compromiso de los equipos de enfermería y medicina que trabajaron juntos para hacerlo posible.