La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la epidemia de Ébola en el este de la República Democrática del Congo como “emergencia de salud pública de importancia internacional”. Joanne Liu, presidenta Internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF) declaró:
“Las señales son claras: la gente sigue muriendo en las comunidades, los trabajadores sanitarios continúan infectándose y la transmisión no se detiene. La epidemia no está bajo control y necesitamos un cambio de marcha, de velocidad: pero este cambio no debe realizarse a costa de las restricciones de movimiento ni del uso de medidas coercitivas sobre la población afectada. Las comunidades y los pacientes deben estar en el centro de la respuesta, deben ser participantes activos de la misma.»
Responder a este brote de Ébola es un desafío enorme. El país es escenario de un violento conflicto que dura décadas y los enfrentamientos entre distintos sectores de la población han llegado a afectar a nuestros centros de tratamiento, que han sido atacados en varias ocasiones.
Además, la violencia obliga a la población a huir en busca de refugio, lo que dificulta aún más controlar potenciales casos de infección y realizar el seguimiento de los contactos de los casos positivos, esencial para cortar la cadena de transmisión de la enfermedad.
«MSF ha sufrido de primera mano lo difícil que es responder a esta epidemia. Necesitamos hacer balance de lo que funciona y de lo que no. En un contexto donde el seguimiento de contactos no es plenamente efectivo y no se llega a todas las personas afectadas, requerimos un enfoque de mayor envergadura para la prevención de la epidemia, lo que significa un mayor acceso a la vacunación de la población para reducir la transmisión».
En esta terrible carrera contrarreloj, necesitamos involucrar a la comunidad y adaptar la intervención a las expectativas de la población, integrar las acciones de atención al Ébola en el sistema local de salud y ofrecer a las personas opciones a la hora de cuidar de su salud, incluyendo la posibilidad de ser vacunados contra el virus.
© Alexander Wade/MSF