República Centroafricana: Un ataque nos obliga a terminar nuestras actividades en Bangassou

Un paciente en la sala de cirugía del hospital de Bangassou es transportado, por personal de MSF y local, de vuelta a su cama. ©Natacha Buhler/MSF

Evacuamos a 50 trabajadores nacionales e internacionales en Bangassou, una ciudad al sureste de la República Centroafricana (RCA). La ciudad está mayoritariamente bajo control de grupos armados afiliados a las facciones anti-Balaka.

Después de un robo a mano armada el pasado lunes 20 de noviembre que puso en peligro las vidas de nuestros trabajadores, cesamos sus actividades médicas y evacuamos a 50 trabajadores nacionales e internacionales en Bangassou, una ciudad al sureste de la República Centroafricana (RCA). La ciudad está mayoritariamente bajo control de grupos armados afiliados a las facciones anti-Balaka.
 

«Teníamos la voluntad y los medios para permanecer en esta zona, pero no podemos poner las vidas de nuestro personal en riesgo cuando las estructuras médicas en las que trabajamos están amenazadas», dijo Frédéric Lai Manantsoa, representante de país de MSF en RCA. 

 
En la región de Bangassou, medio millón de habitantes dependen casi por completo de los servicios de MSF para acceder a la asistencia médica. Después de los ataques la mayoría de centros médicos de la zona que no cuentan con el apoyo de la organización quedaron vacíos, sin personal, sin medicamentos y sin los suministros médicos más básicos.
 

“Hoy, los 30 niños menores de cinco años que están en cuidados intensivos en el hospital de Bangassou no podrán ser visitados por doctores ni enfermeras, tampoco los 26 pacientes con necesidad urgente de intervención quirúrgica,” dijo Frédéric Lai Manantsoa

 
«Los únicos testigos externos de lo que está pasando sobre el terreno son las tropas de las Naciones Unidas y algunos misioneros. La población de Bangassou empieza a huir de la ciudad, incluso los enfermos en estado crítico del hospital«, aseguró Lai.
 
«Ante necesidades tan grandes y desesperadas, una organización humanitaria internacional como la nuestra debería permanecer en la zona tanto tiempo como sea posible, dejar a la población abandonada es algo difícil de asumir, ya que no podemos ayudar en una de las crisis humanitarias más graves del mundo a consecuencia de los ataques a nuestro personal», concluyó.
 
Médicos Sin Fronteras (MSF) opera en la República Centroafricana desde 1997 y continúa trabajando en 10 localidades del país ofreciendo asistencia médica a la población en Bria, Bambari, Alindao, Batangafo, Kabo, Bossangoa, Boguila, Paoua, Carnot y Bangui.
 
En 2016, MSF realizó un millón de consultas médicas, vacunó a 500,000 niños contra varias enfermedades, realizó 9,000 cirugías y asistió 21,000 partos en el país. Sin embargo, desde principios de 2017, con la intensificación del conflicto armado en el país, la organización ha tenido que transformar 4 de sus 16 proyectos médicos (incluyendo el de Bangassou y Zemio) que anteriormente brindaban atención a la población general y después se enfocaron en brindar atención de emergencia a personas afectadas directa o indirectamente por el conflicto. 
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