Noroeste de Camerún: tras casi 8 meses de suspensión, nos vemos obligados a retirarnos

Collins consuela a su hija y la distrae para evitar que vea cómo nuestros equipos le extraen un pedazo de vidrio del pie en Bamenda, Camerún. Noviembre de 2020MSF

Nuestros equipos brindaban atención médica de emergencia y servicios de ambulancia gratuitos desde 2018, hasta que en diciembre de 2020 las autoridades camerunesas de la región suspendieron nuestras actividades. Casi ocho meses más tarde, no tenemos más remedio que marcharnos: no podemos mantener a nuestro personal en espera por más tiempo.

Después de casi ocho meses de suspensión por parte de las autoridades camerunesas, nos vemos en la obligación de retirar nuestros equipos de la región noroeste, una zona muy afectada por años de conflictos armados entre las fuerzas de seguridad y los grupos separatistas armados.
 
«No podemos quedarnos más tiempo en una región donde no se nos permite brindar atención a la población«, afirma Emmanuel Lampaert, nuestro coordinador de operaciones en África Central. «Desafortunadamente, no podemos mantener a nuestro personal en espera por más tiempo, así que no tenemos más remedio que retirar a nuestros equipos. Sin embargo, mantendremos una pequeña oficina de enlace en Bamenda, la capital regional, para continuar nuestro diálogo con las autoridades». 
 
Desde Médicos Sin Fronteras (MSF), brindábamos atención médica de emergencia y servicios de ambulancia gratuitos en la región noroeste desde 2018, hasta que, en diciembre de 2020, las autoridades camerunesas en la región suspendieron nuestras actividades.
 
Oficialmente, esto se mantendría hasta que se pudiera revisar el marco de colaboración de MSF con el gobierno. Sin embargo, esta decisión se produjo tras una serie de denuncias en las que se acusaba a la organización de apoyar a los grupos armados locales, las cuales MSF rechazó de forma sistemática y categórica, tanto en reuniones con las autoridades como en el ámbito público. A pesar de los meses de intercambios con las autoridades, estas no nos otorgaron permiso para reanudar nuestras actividades médicas vitales. 

El hospital Santa María Soledad en Bamenda fue la base de nuestro servicio de ambulancias en la región noroeste de Camerún. Allí, nuestros equipos  brindaban atención especializada, como cirugías de emergencia para heridas de bala y partos complejos, fisi

 
«Esta suspensión reduce considerablemente el acceso a los servicios médicos en una zona donde las comunidades se ven gravemente afectadas por el conflicto armado«, continúa Lampaert. «Esperamos que la asistencia médico-humanitaria siga siendo posible para todas las personas, sin distinción, pues están pagando un precio muy alto por esta situación. Si las autoridades deciden levantar nuestra suspensión, reanudaremos nuestras actividades médicas lo antes posible«.

Desde 2018, MSF ha sido una de las pocas ONG internacionales que brinda atención médica gratuita a las comunidades de la región noroeste de Camerún y gestiona el único servicio de ambulancias que funciona las 24 horas los 7 días de la semana de forma gratuita en la zona. Cada año, decenas de miles de pacientes se han beneficiado con este apoyo, en una región donde el acceso a la atención médica se ha visto reducida considerablemente por los conflictos armados.

Casi cuatro años de crisis han desplazado a cientos de miles de personas y dejado sin funcionamiento a muchos centros de salud. Un gran número de personas tienen dificultades para acceder a las instalaciones sanitarias que quedan abiertas debido a las limitaciones financieras, geográficas y de seguridad. 

En el hospital Santa María Soledad en Bamenda, nuestros cirujanos atienden a un hombre que fue atacado y recibió cinco disparos. Camerún, marzo de 2020

«Es fundamental que otras organizaciones intervengan para brindar apoyo adicional al Ministerio de Salud para garantizar la atención a las personas vulnerables», continúa Lampaert. «Esto debe realizarse con absoluto respeto a las instalaciones de salud, al personal y pacientes. Desde 2018, hemos sido testigos de numerosos ataques y actos de intimidación contra las instalaciones sanitarias, y MSF no fue la excepción. Si bien ahora nos vemos obligados a retirar nuestros equipos, pedimos a todas las partes de la crisis que respeten al personal sanitario, ya sean miembros de organizaciones no gubernamentales o del Ministerio de Salud. Cualquier amenaza o violencia contra el personal o sus pacientes es inaceptable«, concluye. 
 
En 2020 y hasta la suspensión de nuestras operaciones el 8 de diciembre, nuestros equipos en la región noroeste trataron a 180 sobrevivientes de violencia sexual, brindaron 1.725 ​​consultas de salud mental, realizaron 3.272 cirugías y trasladaron a 4.407 pacientes en ambulancia, incluyendo a más de 1.000 mujeres que se encontraban en labor de parto. 
 
El personal de salud comunitaria apoyado por MSF brindó 42.578 consultas, principalmente por enfermedades como malaria, diarrea e infecciones de las vías respiratorias. Nuestro personal médico también atendió a víctimas de violencia armada en la región, de acuerdo con los principios del Derecho Internacional Humanitario, Artículo 3 común a los Convenios de Ginebra y ética médica. 
 

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