Tras 14 días varados en el mar con 356 hombres, mujeres y niños vulnerables a bordo, acogemos con alivio el ofrecimiento de un lugar seguro para el desembarco en Malta. Si bien una coalición de países ha dado un paso adelante para dar una respuesta humana a las 356 personas rescatadas, los Gobiernos europeos deben detener estos retrasos prolongados y las pequeñas negociaciones ad hoc, y establecer con urgencia un mecanismo de desembarco para las personas rescatadas en el mar.
“Es un alivio que este largo suplicio para las 356 personas que llevamos a bordo finalmente haya terminado. ¿Era necesario imponer dos semanas de una espera insoportable para que desembarcaran? Hablamos de personas que huyeron de circunstancias desesperadas en sus países de origen y que sufrieron abusos horribles en Libia”, dice Jay Berger, coordinador de proyecto de Médicos Sin Fronteras a bordo del Ocean Viking que la organización opera conjuntamente con SOS Méditerranée.
Heridas de guerra, golpizas, torturas y violencia sexual
«Hemos tratado a heridos de guerra que estaban atrapados en la primera línea del conflicto en Trípoli y hemos visto las cicatrices de quienes vivieron los ataques aéreos del centro de detención de Tayura. Hemos hablado con supervivientes de naufragios e intercepciones. Hemos escuchado historias de palizas brutales, descargas eléctricas, torturas (incluso empleando plástico derretido), y violencia sexual. Ni los menores están exentos de estos horrores. Los Estados europeos deben analizar detenidamente su implicación en las situaciones en que quedan atrapadas estas personas”, afirma Berger.
A pesar de que llevamos pidiendo una respuesta humana desde la decisión de Italia de cerrar sus puertos a los buques humanitarios en junio de 2018, en estas últimas dos semanas nos hemos encontrado exactamente en la misma posición en la que estábamos hace un año: varados en el mar con cientos de personas vulnerables a bordo a la espera de Estados europeos paralizados por la política.
La necesidad de un mecanismo de desembarco rápido
“Es triste que tengamos que repetir el mismo mensaje a los líderes europeos una y otra vez sin asistir a cambio alguno. Ya no pueden alegar que desconocen el desastre que se desarrolla en el Mediterráneo. Tras cientos de muertes en el mar e innumerables historias de sufrimiento, es hora de que los líderes europeos reconozcan este desastre humanitario por lo que es y den, finalmente, un paso adelante estableciendo soluciones humanas, comenzando con la creación de un mecanismo que permita el desembarco rápido«, añade Berger.
Es imperioso que los Estados europeos:
- Establezcan un sistema de desembarque sostenible y predecible que proteja los derechos de los supervivientes.
- Pongan fin a su apoyo político y material al sistema de retornos forzosos a Libia, donde refugiados y migrantes son detenidos de forma arbitraria e inhumana. Las personas que huyen de Libia no deben ser devueltas de ninguna manera allí.
- Respondan proactivamente a la necesidad urgente de operaciones de búsqueda y rescate.
- Detengan la criminalización de las ONG que intentan facilitar asistencia vital a falta de una respuesta liderada por los Gobiernos ante esta crisis.
Próximos pasos: volvemos al mar
“Tras el desembarco, haremos una escala en puerto para realizar labores de reabastecimiento, cargar combustible y cambiar de tripulación. Mientras las personas se ahoguen y sigan huyendo de Libia, seguiremos comprometidos con salvar vidas en el mar”, agrega Jay Berger.