Más de 2.500 solicitantes de asilo y migrantes siguen detenidos en condiciones inhumanas en Lituania, nueve meses después de haber cruzado la frontera desde Bielorrusia. Desde nuestra organización alertamos del grave impacto que provoca una detención tan prolongada en la salud física y mental de las personas que se encuentran en los centros y pedimos a las autoridades lituanas que pongan fin de forma inmediata a estas detenciones arbitrarias.
«Los equipos de MSF han sido testigos de primera mano de los graves problemas que está provocando la detención en la salud física y mental de miles de personas«, explica Georgina Brown, representante institucional de MSF en Lituania. «La gente no tiene acceso a un proceso de asilo justo y no hay apoyo especializado para aquellos que sufren trastornos psiquiátricos. Tampoco para los sobrevivientes de tortura y de violencia sexual. La detención arbitraria prolongada de migrantes y solicitantes de asilo en Lituania debe terminar inmediatamente y todas las solicitudes de asilo deben ser evaluadas de manera justa lo antes posible».
Nuestros equipos prestan atención médica y de salud mental en dos centros de detención de Lituania. En ellos, las personas permanecen retenidas durante meses sin saber cuándo serán liberadas. La mayoría fueron arrestadas en 2021, cuando se produjo un fuerte aumento del número de personas, la mayoría procedentes de Irak, República Democrática del Congo, Siria, Camerún y Afganistán, que intentaban cruzar desde Bielorrusia a Polonia, Lituania y Letonia. Muchos de ellas han revelado a nuestros equipos de que temen ser perseguidos o morir si regresan a sus países.
Las políticas migratorias de la UE, destinadas a restringir la migración primando la detención por encima de la protección, tienen un impacto perjudicial en la salud mental y el bienestar de las personas. Entre enero y marzo de 2022, los psicólogos de nuestros equipos trataron a 98 pacientes en estos centros de detención. El 60% de las personas atendidas relataron sufrir problemas de ansiedad y la mayoría de ellas declararon que esa ansiedad estaba relacionada con las condiciones de detención en las que estaban. La incertidumbre y el acceso limitado a la asistencia jurídica son también algunos de los principales factores de estrés. «Necesito saber qué pasará con nosotros», explicó a nuestro personal de salud un hombre detenido en Kybartai «[…] Estamos atrapados».
«He intentado suicidarme varias veces sin éxito», explicó un detenido que se identifica como miembro de la comunidad LGBTQI+. Algunas de las personas de este colectivo, que está especialmente expuesto a la discriminación, han visto comprometido su bienestar mental de una forma especialmente grave durante estos meses de detención.
Las condiciones de detención en los centros son completamente inadecuadas y no responden a las necesidades de salud y de protección que presentan aquellos que han llegado hasta Lituania buscando seguridad. Muchas personas denuncian también haber recibido un trato degradante y haber sufrido violencia por parte de los guardias que gestionan los dos centros de detención en los que trabajamos. En marzo, una enfermera de nuestra organización fue testigo de cómo los guardias fronterizos lituanos tiraban violentamente al suelo y esposaban a un paciente psiquiátrico para posteriormente aislarlo del resto de personas.
«Lo encerraron en una celda de aislamiento», afirma la enfermera de nuestro equipo. «Pedí entrar en su celda para verle, pero me denegaron la entrada. En aquella celda había un objeto punzante. Al poco de entrar en ella, se hizo con él y lo usó para autolesionarse».
© Diala Ghassan/MSF
Recientemente, nuestro personal de salud mental prestó apoyo psicológico a tres personas que fueron agredidas sexualmente mientras estaban detenidas; un caso que apareció en los medios de comunicación locales. Nuestra organización abogó por el traslado de las tres personas a un centro más apropiado, algo que finalmente se consiguió, pero el proceso fue largo y tedioso y llevó más de dos semanas conseguir que fueran trasladadas a otro lugar.
Para aquellas personas identificadas como especialmente vulnerables, no existe actualmente ninguna alternativa adecuada. Tienen que permanecer en los centros de detención igual que el resto de las personas. Desde enero de 2022, hemos identificado y apoyado a más de 50 personas que sufrieron tortura o violencia sexual y de género en su país de origen antes de huir. Nuestros equipos han identificado y derivado al ACNUR varios casos de personas que necesitan de una especial protección, incluidos varios pacientes psiquiátricos que carecen de una atención adecuada.
Reclamamos que se ponga fin a la detención arbitraria y prolongada de solicitantes de asilo y migrantes en Lituania. Exigimos que se garantice una protección real y efectiva para todas las personas migrantes y solicitantes de asilo que llegan a Lituania y pedimos que se busquen urgentemente alternativas a la detención. Afirmamos también que, si las detenciones arbitrarias continúan, empeorarán los abusos, la violencia y los problemas de salud mental de los detenidos.