La terrible noticia de un gravísimo naufragio ocurrido el jueves 25 de julio frente a las costas de Joms, en Libia, no hace más que volver a dejar de manifiesto el elevadísimo costo humano de la situación que vive ese país y de la necesidad de operaciones de rescate en el Mediterráneo central. Más de 100 personas permanecen desaparecidas y se teme que muchas de ellas se hayan ahogado, según reportan los supervivientes que han sido tratados por nuestros equipos en Libia.
Los supervivientes fueron rescatados por pescadores y devueltos a Joms. Según el testimonio de algunas de las personas que participaron en el rescate, había al menos 70 cuerpos en el agua.
Nuestros equipos dieron atención médica a dos grupos de 82 y 53 personas, respectivamente. Estabilizaron los casos más urgentes y refirieron a siete de ellos para recibir atención médica vital. Los pacientes están en shock y sufren de hipoxia e hipotermia al haber estado a punto de ahogarse.
Se necesita una respuesta urgente para garantizar la capacidad de las operaciones de búsqueda y rescate en el mar, así como las evacuaciones fuera de Libia de quienes intentan huir de allí, y evitar así que se pierdan más vidas.
Hace dos días, 38 personas interceptadas en el Mediterráneo central por la Guardia Costera de Libia fueron llevadas de vuelta al centro de detención de Tayura, que hace tan solo tres semanas recibió un ataque aéreo que dejó 60 muertos y 70 heridos. Fue una tragedia completamente evitable.
Estamos extremadamente preocupados por los supervivientes de este último naufragio. No pueden ser llevados de ningún modo a centros de detención donde sus vidas correrían peligro. Esto ya ha sido alertado por la OIM, el ACNUR y los líderes de la UE que se unieron a nuestra organización en el llamamiento a la evacuación inmediata y urgente de todos los refugiados y migrantes detenidos en centros de detención en Libia.
