La necesidad de apoyo a la salud mental de las personas ha aumentado considerablemente en los dos meses transcurridos desde que una explosión masiva golpeó la ciudad de Beirut.
En los barrios afectados por la explosión, dos de cada tres pacientes que acuden a nuestras consultas de salud mental presentan síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión; y más de la mitad citaron la explosión del 4 de agosto como la causa. De los pacientes con problemas de salud mental preexistentes, el 82% dice que sus síntomas han aumentado severamente desde la explosión.*
«Dos meses después de la explosión, estamos viendo un aumento en el número de consultas», dice nuestra psicóloga Sara Tannouri. «Aunque a estas alturas muchas personas han sido tratadas por sus heridas físicas y han asegurado sus necesidades básicas de vivienda, electricidad y agua, muchos siguen llorando por la noche o se sobresaltan ante el más mínimo sonido».
Los síntomas citados por nuestros pacientes incluyen ataques de pánico, insomnio, pérdida de apetito, olvido, falta de concentración, pérdida de interés y pensamientos negativos.
Inmediatamente después de la explosión, muchos asumieron que se trataba de un ataque aéreo israelí en Beirut, lo que volvió a desencadenar los síntomas y el pánico entre las personas que habían experimentado este tipo de ataques aéreos en el pasado.
Como los hospitales de la ciudad se vieron rápidamente desbordados por las víctimas el 4 de agosto, algunos de los heridos tuvieron que caminar durante horas para llegar a otros centros médicos, exponiéndose a la magnitud de los daños, a la vista de las personas atrapadas bajo los escombros y de las calles atestadas de muertos y heridos.
Una mujer de 70 años, que perdió la vista en ambos ojos después de ser golpeada por los escombros de la explosión, ahora dice regularmente que desearía estar muerta. «Sigue diciendo que debería haber sido ella la que muriera en la explosión, en lugar de los jóvenes y mujeres que perdieron la vida», dice Tannouri.
Los síntomas entre los niños que hemos atendido incluyen un aumento de la agresión física y verbal y de mojar la cama. Muchos niños mayores tienen miedo de estar solos e insisten en dormir con la luz encendida o en la cama de sus padres.
«Algunos niños ahora tienen responsabilidades más allá de su edad», dice Tannouri. «Un niño tuvo que llamar a su padre para que viniera a rescatar a su madre que estaba atrapada bajo un muro caído«. Otra joven paciente se sintió abrumada por la culpa después de que su hermana resultara herida, pero salió ilesa, mientras que otros dos jóvenes pacientes se han negado a salir de su casa desde la explosión por temor a otro incidente similar.
Tannouri cree que el aumento del número de personas que buscan atención de salud mental también está relacionado con el hecho de que ya no pueden contar con el apoyo de sus familiares y amigos, que a su vez están abrumados por la situación en Líbano.
«En el pasado, en Beirut, la sociedad y las redes comunitarias (familia, amigos, vecinos) normalmente habrían sido el primer punto de apoyo informal para una persona con problemas», dice. «Actualmente, estas redes se ven igualmente afectadas, y las personas recurren a especialistas en salud mental«.
«Lo que la gente está pasando hoy, es una reacción normal a eventos anormales», dice Tannouri.
«Debemos empezar a vincular lo que está pasando en el país con el bienestar mental de las personas. Desde una perspectiva de salud mental, las personas necesitan un cierre antes de poder seguir adelante. Desafortunadamente, a menudo escuchamos de los pacientes que sienten que no existe un plan concreto para lidiar con las repercusiones del incidente y que las cosas continúan como si nada hubiera pasado. Esto es perjudicial ya que perpetúa sus sentimientos de desesperanza e impotencia«.
Para ayudar a cubrir las carencias de los servicios de salud mental en Líbano, estamos en conversaciones con el Programa Nacional de Salud Mental de Líbano (que forma parte del Ministerio de Salud Pública) con el objetivo de integrar nuestro apoyo en su plan nacional y asegurar una estrategia a largo plazo que satisfaga el aumento de las necesidades.
«La explosión en sí misma es un incidente traumático que genera sus propias consecuencias psicológicas agudas a corto plazo», dice Tannouri. «Pero si no se tratan, podrían erosionar el bienestar psicológico de las personas a largo plazo. Tenemos que ver la salud mental como una parte integral del bienestar de una persona. Incluso si la salud mental es un área especializada, debe formar parte de un paquete integral de atención que sea accesible a las personas en todo Líbano«.
* Las estadísticas sobre síntomas compartidas en el comunicado de prensa se basan en datos de 98 pacientes cuyos datos se capturaron entre el 14 de agosto y el 30 de septiembre. 17 de los 98 pacientes son niños (17%).