La Corte Suprema de Estados Unidos emitió el pasado 24 de junio una sentencia que anula la histórica decisión del caso Roe contra Wade, la cual reconoce el acceso a una atención segura del aborto como un derecho constitucional. Con esta decisión, 26 estados de ese país podrían movilizarse rápidamente para prohibir el aborto.
MSF ofrece servicios de aborto seguro como parte de sus servicios integrales de salud sexual y reproductiva. En nuestro trabajo hemos visto consecuencias devastadoras para la salud de las mujeres en aquellos países en donde no existe acceso al aborto seguro y legal.
La presidenta de MSF en Estados Unidos, Africa Stewart, ginecóloga basada en la ciudad de Atlanta, emitió esta declaración en respuesta a la decisión de la Corte Suprema:
“Cuando las mujeres y las niñas embarazadas no tienen acceso a una interrupción segura del embarazo, a menudo encuentran otras formas para interrumpirlo. He tratado a mujeres que se han sometido a procedimientos arriesgados porque pensaban que no tenían otra opción y he sido testigo de primera mano del dolor y el sufrimiento insoportable que nadie debería verse obligado a soportar.
Sabemos que el aborto no seguro es una de las principales causas de mortalidad materna en todo el mundo. Cerca de siete millones de mujeres y niñas de todo el mundo son hospitalizadas cada año por complicaciones derivadas de abortos no seguros. De hecho, algunas quedan permanentemente discapacitadas. Estas cifras son horribles, pero ni siquiera conocemos la magnitud del problema porque muchas mujeres ni siquiera pueden acceder a la atención médica que necesitan después de practicarse un aborto no seguro».
Criminalizar el aborto sólo causa más muertes y sufrimiento
Como organización médico-humanitaria presente en más de 70 países, queremos insistir en que penalizar el aborto sólo causa más muertes y sufrimiento. En los países en donde el aborto está más restringido, es más probable que sea más inseguro, pues se realiza en condiciones de clandestinidad y sin los requerimientos médicos pertinentes. Por el contrario, en los países en donde el aborto es legal y se disponen de servicios seguros, se reducen las muertes y las discapacidades derivadas de los abortos no seguros.
El acceso restringido a los servicios de aborto suele afectar de forma desproporcionada a las personas que viven en la pobreza y a las que viven en zonas remotas o rurales. Vemos con preocupación la forma en la que Estados Unidos retrocede en este aspecto, justo cuando muchos otros países están avanzando para ampliar el acceso a la atención del aborto seguro.
Los servicios de aborto seguro deberían ser accesibles para todo el mundo y en cualquier lugar.