Kiribati, una remota nación del Pacífico Central, enfrenta una de las tasas de mortalidad más altas en menores de cinco años a nivel mundial.
Con el objeto de paliar aquella alarmante proporción, el Ministerio de Salud y Servicios Médicos se comunicó con nuestra organización a fines del año pasado con una solicitud urgente de apoyo pediátrico temporal.
Su fin era ganar tiempo para que el país pudiera contratar a una persona que les diera asesoramiento en materia pediátrica, ya que todos los profesionales del área que quedaban se habían ido de la región.
Según el acuerdo al que se llegó, una pediatra de nuestra organización formada en Australia, la Dra. Joanne Clarke, estuvo trabajando en el hospital de derivación nacional, el Hospital Central de Tungaru, desde que llegó a la capital de Kiribati, Tarawa, a mediados de enero.
Kiribati: sin apoyo pediátrico y con crecientes casos de desnutrición infantil
La falta de apoyo pediátrico en el país se combina con un aumento de casos de desnutrición aguda severa infantil.
La Dra. Clarke, que anteriormente estuvo asignada por nuestra organización en Sudán del Sur y Afganistán, afirmó que es difícil eludir la fuerte conexión que existe entre el creciente impacto de la crisis climática en Kiribati y el deterioro de la salud infantil del país.
“La invasión del mar en Tarawa en particular implica que, incluso en la capital, la gente vive en condiciones cada vez peores de hacinamiento e insalubridad.”
“La alta salinización del agua significa que las personas no pueden cultivar verduras frescas o acceder fácilmente a agua limpia y, a su vez, la mala alimentación contribuye a altas tasas de diabetes, que coexisten con tasas crecientes de desnutrición, especialmente en la población infantil”, agregó.
Asimismo, la Dra. Clarke comentó que, debido al bajo nivel freático y los pozos a nivel del suelo, las fuertes lluvias recientes habían provocado un brote de diarrea pediátrica que ponía en gran riesgo a algunos niños desnutridos.
“La población pediátrica con desnutrición es tan vulnerable que un episodio de diarrea es suficiente para que sea necesario brindar atención hospitalaria”.
Nuestra asistencia médico-humanitaria en Kiribati se formalizó en octubre del año pasado. Desde entonces, apoyamos la salud materna y neonatal en la isla principal de Tarawa, así como en las remotas islas Gilbert del sur.
Brindamos asistencia médica ante un sistema de salud cargado de obstáculos
Dado que el país abarca un área geográfica inmensa —en su mayoría de océano—, el acceso a la atención médica a menudo es difícil.
Kiribati tiene una de las tasas más bajas de acceso a la atención primaria, lo que hace que las mujeres embarazadas y los niños sean particularmente vulnerables.
Sumado a ello, la lejanía del país también demostró ser un obstáculo para el personal médico de Kiribati que desea acceder a la educación de posgrado y actualizarse en áreas especializadas como la pediatría, a la que solo se puede acceder a un gran costo en el extranjero.
Guiados por el principio de ética médica y humanitaria, continuamos prestando ayuda sanitaria en una lejana región del Pacífico Central cuyo sistema de salud pediátrica resulta sumamente frágil debido a la falta de recursos médicos y la inexistencia de pediatras especialistas.
El acceso a una atención medica de calidad es un derecho humano fundamental. Por ello, desde fines de 2022, trabajamos en Kiribati con el afán de que todos los niños, niñas y madres embarazadas puedan disponer de dicha asistencia de forma sencilla y rápida.