Desde Médicos Sin Fronteras hemos puesto en marcha desde el pasado sábado un programa de actividades médicas en el punto de recepción cercano a Al Walid, en la gobernación de Dohuk (Irak), en la frontera con Siria. Además, hemos evaluado las necesidades en salud mental del campo de Bardarash en la región del Kurdistán iraquí.
El responsable de nuestro proyecto, Marius Martinelli, explica que “inmediatamente después de que comenzaran los combates en el noreste de Siria, evaluamos rápidamente diferentes lugares, incluidos los puntos de recepción en la frontera entre Irak y Siria, así como los campamentos donde supimos que los refugiados iban a ser acogidos.
En este tipo de evaluaciones analizamos la infraestructura existente, los servicios disponibles y nos coordinamos con otros actores y autoridades para determinar e implementar lo más rápidamente posible las actividades más relevantes para atender las personas que llegan«.
En el punto de recepción, nuestros equipos han iniciado actividades con dos clínicas móviles que brindan atención primaria, primeros auxilios psicológicos y evalúan el estado nutricional de la población. Además, hemos llevado a cabo un estudio de las necesidades en salud mental en el campo de Bardarash, mientras nos prepara para, si fuera el caso, un aumento en el número de llegadas.
“En el punto de recepción, las personas desplazadas han estado llegando en condiciones de salud relativamente aceptables. Hasta ahora, no hemos registrado heridos de guerra y, en general, las condiciones nutricionales son buenas tanto en niños como en adultos. Vemos problemas de salud relativamente menores relacionados principalmente con los largos viajes a pie: problemas de la piel, infecciones respiratorias, diarrea leve y dolor corporal generalizado. La mayoría de las personas examinadas por nuestro equipo de salud mental en su primer día presentaron signos de depresión y ansiedad”.
El campo de Bardarash se abrió originalmente para las personas que huían del Estado Islámico en Mosul, en 2014, y se cerró en 2018 cuando sus residentes regresaron a esa zona en relativa calma. El asentamiento se abrió de nuevo la semana pasada, esta vez para recibir a personas que vienen de Siria. Algo que indica las interminables oleadas de desplazamiento en esta región.
Desde el comienzo de los combates en el noreste sirio, más de 5.300 personas han cruzado la frontera entre Siria e Irak, con más de 500 recién llegados todos los días durante los últimos seis días. La mayoría de ellas proceden de Ras al Ayn y Qamishli.