Cada año, brindamos atención médico-humanitaria a miles de personas en situaciones de crisis en todo el mundo.
Brindar una asistencia de alta calidad basada en la evidencia y en entornos llenos de desafíos y con recursos limitados significa que las nuevas ideas forman parte de nuestro ADN. Estos entornos a menudo requieren enfoques no convencionales, ya sea desarrollando nuevas tecnologías y adaptando las existentes o encontrando nuevas y mejores formas de trabajar.
Sea cual fuere el enfoque, el objetivo siempre es facilitar el trabajo para salvar vidas y reducir el sufrimiento.
1. Cómo la energía solar puede ayudar a los pacientes más vulnerables
El oxígeno concentrado, vital en el cuidado de algunos de los pacientes más enfermos que atendemos en nuestros proyectos, es difícil de transportar y costoso de producir. Pero puede salvar vidas. Mientras que el aire que respiramos tiene alrededor de un 20% de oxígeno, el oxígeno concentrado ronda el 90%. Esto significa que, ya sea para bebés prematuros cuyos pulmones no se han desarrollado por completo, niños y niñas con neumonía o hipoxemia o pacientes con muchos otros problemas de salud, el oxígeno concentrado es una herramienta vital para los médicos de todo el mundo.
Pero los concentradores de oxígeno consumen una gran cantidad de energía. Para alimentar un solo concentrador de oxígeno se necesitan continuamente más de 100 litros de diésel al mes. Requieren tanta energía que, en muchos de proyectos, son los principales consumidores de energía.
El uso de oxígeno en nuestros proyectos está aumentando exponencialmente, ya que nuestros médicos y enfermeras adoptan nuevas técnicas para tratar a los recién nacidos, por ejemplo. Esto significa que proporcionar un suministro adecuado de oxígeno de grado médico es un desafío cada vez mayor.
2. Epidemiología con un smartphone
En agosto de 2017, 700.000 personas huyeron de la terrible violencia en Myanmar y comenzó uno de los mayores éxodos modernos. Actualmente, más de un millón de refugiados rohingya viven en precarios asentamientos improvisados en el sureste de Bangladesh. A medida que se desarrollaba la emergencia, llegaron organismos internacionales, se construyeron centros de salud, se crearon puntos de distribución; pero, ¿cuánto saben realmente las organizaciones que brindan ayuda sobre los refugiados?
“En julio de 2018, llevamos a cabo encuestas epidemiológicas en dos campos de refugiados en Cox’s Bazar, Bangladesh. El objetivo era conocer las tasas de natalidad y mortalidad, los niveles de desnutrición infantil y cuáles son las principales enfermedades en las comunidades”, explica María Simón, coordinadora de emergencias en Bangladesh. “También queríamos saber si las personas estaban usando nuestras instalaciones de salud y qué las mantenía alejadas si no lo hacían”.
Usando una aplicación para teléfonos inteligentes, nuestros equipos lograron centralizar una gran cantidad de datos mientras visitaban los hogares en los campamentos. Los hallazgos de las encuestas llevaron al personal a abrir una nueva clínica móvil en un gran asentamiento donde las largas distancias y las condiciones del suelo, particularmente durante la temporada de lluvias del monzón, estaban socavando el acceso a la atención médica.
3. Formas más seguras de cocinar en las zonas de conflicto de Nigeria
En el volátil noreste de Nigeria, hemos desarrollado adesarrollado una herramienta de cocina alternativa: las briquetas.
“Al salir de los enclaves controlados por el ejército para buscar leña, las personas se exponían a ataques, secuestros o abusos sexuales”, dice Ana Santos, jefa de la Unidad de Desplazamiento, un departamento con sede en Nairobi que se enfoca en brindar asistencia a las personas desplazadas.
Las briquetas son bloques de combustible que se fabrican prensando residuos biológicos, como la cáscara de caña de azúcar o la corteza de maní, con papel. “Hoy alrededor de 600 hogares han reemplazado la leña por briquetas y muchas más personas de la comunidad están replicando el proceso por su cuenta”, dice Ana Santos. “Esto mantiene a las personas más seguras”.
4. Las ambulancias urbanas de tres ruedas que salvan vidas
En todo el mundo, los vehículos de tres ruedas ofrecen un medio económico de transporte urbano. En Gwoza, una ciudad en el noreste de Nigeria, estos pequeños vehículos de tres ruedas, conocidos localmente como keke napeps, son más que un simple medio de transporte público, son un medio para salvar vidas.
Cada mes, alrededor de 260 pacientes son transportados al hospital en keke napeps, los cuales son utilizados por nuestros equipos como ambulancias improvisadas para evitar las restricciones de movimiento en una ciudad controlada por el ejército nigeriano tras años de conflicto. En Gwoza, brindamos consultas de urgencia, atención nutricional y hospitalaria, y servicios de salud sexual y reproductiva.
5. Drones: una herramienta humanitaria útil
Los drones también sirven en el mundo humanitario. A pesar de su reputación, estos «vehículos aéreos no tripulados» (UAV) se utilizan cada vez más para salvar vidas. Para nuestra organización, los drones han cambiado las reglas del juego.
Al crear mapas informativos mejorados con la tecnología del sistema de información geográfica (GIS), estos dispositivos tienen una multitud de usos, ya sea para planificar el diseño de un campo grande, identificar la ubicación de los pozos en un brote de cólera o rastrear una vacunación a medida que se implementa.
En el distrito de Nsanje, en el sur de Malaui, nuestro equipo utilizó recientemente un pequeño dron para realizar un ejercicio de mapeo aéreo de Makhanga, un área de 60 kilómetros cuadrados que quedó parcialmente aislada de la ayuda durante las grandes inundaciones de 2015. Existían pocos mapas detallados de Makhanga y los equipos de emergencias querían estar preparados en previsión de la próxima temporada de lluvias.
6. Telemedicina: llevar atención avanzada a lugares donde los especialistas no siempre pueden ir
La telemedicina permite a los equipos médicos remotos consultar con toda una red de expertos cada vez que se enfrentan a casos que van más allá de sus capacidades inmediatas. Sin acceso a herramientas de diagnóstico avanzadas o experiencia especializada, los trabajadores médicos en lugares como Kimbi a menudo tienen habilidades limitadas para comprender completamente muchos de los síntomas más complejos de sus pacientes y, por lo tanto, no necesariamente siempre pueden brindar atención avanzada para salvar vidas.
Para el médico canadiense Dr. Raghu Venugopal, la telemedicina puede ayudar a cambiar esto y «llevar algunos de los mejores medicamentos a algunos de los pacientes más desfavorecidos del mundo», algo que vio de primera mano mientras trabajaba con nuestros equipos en República Democrática del Congo.
“Había una mujer que estaba experimentando un fuerte dolor abdominal”, dice. El dolor era paralizante, pero la causa no estaba clara, por lo que realizó una serie de ecografías. Los recursos en el hospital de Kimbi eran limitados, y el hecho de que el personal médico tuviera acceso a una máquina de ultrasonido era un lujo de diagnóstico relativamente raro en el área. Pero aunque el Dr. Venugopal pudo ver en las imágenes de ultrasonido que la mujer tenía algunos nódulos inexplicables en el hígado, no tenía la experiencia para saber lo que significaban y no había otros especialistas calificados en el hospital o en la región.
Entonces, el equipo subió los archivos de imágenes a la plataforma de telemedicina de MSF, a través de la cual un voluntario de una red de especialistas clínicos podía brindar su opinión experta. Un radiólogo en los EE. UU. pudo decirle que la situación no era de importancia crítica para la salud del paciente.
“Este ejemplo ilustra muy bien el uso de la telemedicina”, dice el Dr. Venugopal.
7. Impresión 3D
Nuestra organización imprime prótesis de plástico para personas que han sufrido amputaciones. Son más económicas que las tradicionales, los equipos las fabrican en dos días y pueden adaptarlas a las necesidades del paciente y a las actividades que querría retomar, como conducir o trabajar en el campo. Utilizamos esta sorprendente tecnología en nuestro proyecto para víctimas de guerra en Amán, Jordania.
8. Mochila para huir
Las personas que huyen quedan sin atención médica cuando más la necesitan, ya que pueden estar heridas o contraer enfermedades. Este botiquín lo llevan los sanitarios locales que hayan decidido acompañar a los desplazados. Lleva material de sutura, vendas, toallitas antisépticas, antibióticos, antiinflamatorios, antimaláricos y sales de rehidratación, entre otros insumos básicos necesarios para atender a entre 10 y 50 personas. Es estanca y tiene un compartimento aislado para fármacos que necesitan frío.