Por Yusuf Toba, MD
«Mi nombre es Achmad Yusuf Toba, pero a menudo me conocen simplemente como Yutub. Soy un médico indonesio y esta es la primera vez que trabajo en el terreno con Médicos Sin Fronteras (MSF).
Realmente no sabía qué esperar cuando empecé, pero estaba decidido a responder a las necesidades de salud de mi gente después del desastre en la Provincia de Célebes Central. Escuché y leí que muchas personas perdieron no solo sus hogares, sino que desgarradoramente, también a sus seres queridos.
Cuando me enteré de que MSF estaba buscando médicos para responder a la tragedia, me ofrecí de inmediato como voluntario. Soy originario de la ciudad de Makassar, en la Provincia de Célebes Meridional, a dos horas de vuelo de Palu, en la Provincia de Célebes Central. Mi experiencia como trabajador en el departamento de emergencias de un hospital del gobierno en el distrito de Jeneponto me preparó para manejar casos médicos de emergencia.
La gravedad de lo que sucedió en Palu con el triple desastre de un terremoto, un tsunami y una licuefacción sucediendo al mismo tiempo es devastadora.
Paralizó el sistema de salud: muchos hospitales fueron destruidos y no podían funcionar. Las comunidades se vieron profundamente afectadas, incluyendo al distrito de Donggala, que quedó aislado del resto y sin acceso a la atención médica básica.
Cuando llegué, supe que MSF había estado brindado atención médica a las víctimas de los desastres en Palu y Donggala. Lo hicieron desde el segundo día en que la organización llegó a la zona.
Mi deber principal consistió en tratar a los pacientes en la clínica móvil de MSF. En su mayoría, atendí a pacientes con trauma, como a una mujer que se quemó con agua hirviendo cuando salió corriendo de su casa durante el terremoto. También vi a muchos pacientes que sufrían fracturas (huesos rotos) y heridas de diferente gravedad, moretones, laceraciones y lesiones.
Parte de lo que hago también consiste en evaluar los campamentos de evacuación o los puestos de salud que el equipo ha establecido, y realizar la vigilancia de las enfermedades y el seguimiento individual de los pacientes para asegurarnos de prevenir las enfermedades transmisibles como la diarrea, problemas de la piel y las infecciones del tracto respiratorio.
El equipo de MSF proporcionó un centro de salud temporal en Baluase, en el Sub-distrito de Dolo Sur, para reemplazar su centro de salud que resultó gravemente dañado por el terremoto. Todo esto para asegurar la provisión continua de servicios médicos a las personas afectadas en el área.
El equipo también se enfrentó a algunos desafíos tras la instalación del centro de salud temporal, porque la gente todavía tenía miedo de ingresar al edificio y quedarse para consultas que les permitieran obtener diagnósticos y tratamientos adecuados.
Sin embargo, el equipo siguió alentándolos y motivándolos a entrar y recibir la atención médica que necesitaban.
Otro reto fue el idioma local. Me costó mucho comunicarme con los lugareños. Fue difícil encontrar a alguien que pudiera hablar el idioma nativo indonesio. Afortunadamente, nuestro conductor era local y podía entender y traducir nuestras conversaciones con los pacientes, lo que nos ayudó a cerrar las brechas y establecer una relación no solo con nuestros pacientes, sino también con la comunidad.
El tiempo que pasé con MSF en la Provincia de Célebes Central me abrió los ojos sobre cómo funciona el equipo. Todos los integrantes no solo trabajaban arduamente, sino que también disfrutaban hacerlo.
Nadie se quejó de la difícil situación en la que nos encontrábamos, hacían lo que podían para servir a las personas. Nos cuidamos el uno al otro, como una familia.
Por lo tanto, disfruté mucho mi tiempo en la Provincia de Célebes Central y definitivamente aprovecharé la oportunidad de ser un trabajador de terreno de MSF en el futuro. Con MSF, sé que puedo llegar a las personas que necesitan mi ayuda.»