Desde agosto de 2023, nuestros equipos han brindado atención primaria gratuita a comunidades sin hogar en Yau Tsim Mong y Shum Shui Po, Hong Kong. Estas comunidades están formadas mayoritariamente por personas mayores de 50 años y atender las necesidades de salud de estas personas requiere esfuerzos coordinados de distintos sectores de la sociedad.
Sin embargo, se ha observado una creciente conciencia sobre la atención médica integral en la comunidad. También se ha evidenciado una mayor capacidad para ofrecer este tipo de atención.
El desarrollo e implementación del proyecto ofreció aprendizajes específicos y podría ser una solución viable para otros actores locales en el futuro. Nuestros equipos identificaron dos grandes desafíos que enfrentan las personas sin hogar para recibir atención médica adecuada.
- En primer lugar, los servicios de salud no están diseñados considerando la realidad diaria de estas personas. Esto genera barreras inesperadas para acceder a ellos.
- En segundo lugar, su motivación para buscar atención antes de alcanzar un estado crítico suele ser baja. Esto se debe a la falta de recursos y a la necesidad de priorizar otras preocupaciones esenciales.
¿Cuál fue la respuesta de MSF?
Para responder a estas necesidades, implementamos un modelo de colaboración social-médica con organizaciones no gubernamentales (ONG) locales. Este modelo buscó ofrecer atención integral centrada en el paciente.
Proporcionamos chequeos de salud básicos de manera regular, sesiones de promoción de la salud y apoyo psicosocial. Por su parte, los socios locales asumieron el seguimiento continuo de los casos.
Estas organizaciones también recibieron capacitación para garantizar la continuidad de la atención cuando nuestro proyecto finalizó en diciembre de 2024.
Nuestros equipos se centraron en aumentar la conciencia de las personas sobre sus necesidades de salud. También buscó empoderarlas para que tomaran medidas al respecto, ofreciendo el apoyo necesario.
El objetivo de este enfoque era mejorar los conocimientos sanitarios de las personas y motivarlas a hacerse cargo de su salud y bienestar. Para ello, se las vinculó con la asistencia y los servicios disponibles.
Resiliencia y cooperación: historias de superación
Tras meses de actividades constantes y el apoyo sostenido del equipo de MSF, se notaron cambios en las actitudes de las personas.
Ming*, residente en un albergue gestionado por una de las ONG socias, la Sociedad para la Organización Comunitaria (SoCO), explicó que antes no prestaba mucha atención a su salud porque asumía que estaba bien.
“Un chequeo rápido de MSF en mayo mostró que mi presión arterial sistólica superaba los 200 mmHg”, relató Ming.
© MSF
La presión arterial normal es de 140/90 mmHg. Un nivel de 200 mmHg indicaba un riesgo grave de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares u otros problemas de salud potencialmente mortales.
Aunque al principio Ming dudaba en consultar a un médico, tanto nuestro equipo como los trabajadores sociales de SoCO lo animaron persistentemente. Al día siguiente acudió al hospital. En un chequeo posterior, trajo un registro de su presión arterial de tres meses que mostraba una mejora. Ming compartió que había cambiado su dieta, comenzado una rutina de ejercicios y estaba tomando medicación para mantener su salud.
Nuestros equipos realizaron actividades educativas y de sensibilización sobre salud y nutrición.
© MSF
Ming no fue la única persona sin hogar que, con la ayuda de nuestros equipos, se embarcó en la búsqueda de un mayor bienestar a pesar de las difíciles condiciones de vida. Wai*, quien asistía regularmente a los grupos de apoyo psicosocial semanales que brindaban nuestros equipos, comentó que rara vez se sentía cómodo para hablar de sus emociones y problemas con otros. El grupo, realizado en lugares frecuentados por la comunidad sin hogar, le ofreció un espacio seguro para hacerlo junto a personas con experiencias de vida similares.
En estas sesiones, los consejeros abordaron temas como la pérdida y la aceptación, el manejo del estrés y la conciencia social, cuestiones difíciles de afrontar en soledad.
“Empecé a venir porque era una oportunidad para ver a mis amigos. Después de algunas sesiones, me di cuenta de que la gente hablaba de sus problemas y cómo los enfrentaban. Eso me inspiró para manejar los míos”, dijo Wai. Otro participante, Fong*, coincidió: “Es bueno escuchar las experiencias de los demás, pero también darles apoyo y ánimo”.
Un legado de colaboración y empoderamiento
Durante los 16 meses del proyecto, nuestros equipos observaron un cambio positivo no solo en las personas sin hogar, sino también en la comunidad de apoyo. Eric Kwong, director adjunto de programas de desarrollo comunitario en ImpactHK, una ONG socia, destacó: “Hay un cambio cultural dentro de nuestro equipo en el centro comunitario”.
ImpactHK creó recientemente su propio equipo de rehabilitación para continuar algunas de las actividades médicas y psicosociales desarrolladas por nuestra organización, ampliando sus servicios para ofrecer atención integral a sus usuarios. “No creo que hubiéramos explorado servicios como estos sin la colaboración con el equipo de MSF”, afirmó Kwong.
A través de este modelo de colaboración social-médica, reconocimos que, para apoyar a esta población específica, es fundamental un enfoque integral y personalizado que ponga a los pacientes en el centro de la atención médica. Esto es clave para garantizar su aceptación y confianza, identificar necesidades específicas y facilitar el seguimiento y la referencia a servicios públicos existentes.
*Se han cambiado los nombres de los pacientes para garantizar su confidencialidad y privacidad.
