En este preciso momento, en Ucrania, el mismo hospital que fue bombardeado el martes en la región de Kherson, lo que causó la muerte de un médico y heridas a cinco miembros del personal sanitario, se encuentra de nuevo bajo fuego de artillería.
El hecho de que el primer ataque fuera ampliamente denunciado y condenado no parece haber cambiado en nada la forma en que el hospital y sus alrededores están siendo bombardeados. Hemos pedido en repetidas ocasiones que se protejan los hospitales y las infraestructuras civiles en Ucrania, y condenamos una vez más este indignante ataque contra un centro médico.
Mientras las sirenas señalaban la llegada de fuego de artillería, un miembro del personal de nuestra organización trabajaba en el búnker del hospital, búnker que nuestros equipos logísticos siguen rehabilitando.
«Sentí una fuerte explosión cuando un proyectil cayó en las instalaciones del centro médico donde trabaja MSF. En el momento de la explosión, me encontraba dentro del refugio antiaéreo, supervisando los trabajos de reparación general. Nuestro equipo ha habilitado un búnker en este hospital para el personal y los pacientes del Ministerio de Salud.
Cuando el polvo se asentó, subí y vi que el proyectil había impactado en el depósito de cadáveres, lo que causó daños en las estructuras de hormigón y en las tuberías de gas. En el momento del bombardeo había unas 150 personas en el centro médico, entre personal y pacientes.
Afortunadamente, tanto el personal como los pacientes resultaron ilesos. Quiero subrayar que el hospital está situado en una zona residencial, con una escuela y edificios de apartamentos cerca», relata Andrii Dobravskyi, nuestro asesor operativo en la región.
Guerra Ucrania-Rusia: los ataques no cesan
Situado a pocos kilómetros de la línea del frente, en territorio retomado por las fuerzas ucranianas el año pasado, el hospital ha sido bombardeado dos veces en 72 horas.
Desde el 24 de febrero de 2022, hemos pedido repetidamente la protección de las instalaciones médicas tras presenciar su destrucción en las provincias de Jersón, Donetsk, Dnipropetrovsk, Járkov y Mikolaiv.
Este último ataque a un hospital es coherente con un patrón que hemos observado en esta guerra y en particular con respecto al continuo bombardeo de infraestructuras civiles, zonas residenciales y estructuras médicas por parte de las fuerzas rusas.
«¿Cuántas veces tenemos que ver lo mismo? ¿Qué significa ser cuidador o paciente en esta guerra? ¿Qué hace falta para quienes manejan las armas muestren un mínimo de respeto por la vida humana?
Independientemente de la intención, hemos visto repetidamente al personal médico y a los civiles bajo el fuego en esta guerra. El mensaje es simple: dejen de bombardear hospitales«, concluye Cyril Cappai, coordinador general de nuestra organización en Ucrania.