A simple vista, una donación de dosis de vacunas puede parecer una gran idea. Después de todo, necesitamos ese insumo para realizar las campañas para las poblaciones que más las necesitan. Sin embargo, este tipo de donaciones es en realidad una movida engañosa de parte de las grandes empresas farmacéuticas.
Cuando vamos a los hechos concretos, esto es lo que sucede con este tipo de donaciones:
- Las vacunas no siempre llegan a tiempo. Este tipo de donaciones conllevan una cantidad de negociaciones complicadas y largas, ya que los objetivos de las empresas no son necesariamente los nuestros. Toda demora en una campaña de vacunación implica la pérdida de vidas. Por eso es mejor contar con una cadena de suministro previsible.
- Estos acuerdos de donación siempre tienen condiciones. Cuando una empresa ofrece una donación, es normal que solicite algo a cambio, por ejemplo, comprometerse en del refuerzo de la patente de esa vacuna o que las vacunas solo se usarán con poblaciones determinadas en países específicos. Este tipo de exigencias no siempre son transparentes, ni siquiera públicas. Esto hace muy difícil evaluar cuidadosamente el costo real del ofrecimiento.
- Pueden contribuir al monopolio. Las donaciones pueden debilitar significativamente otras empresas o directamente sacar del mercado a los fabricantes de genéricos, que pierden sus ingresos si otros regalan transitoriamente el producto.
- Es una solución temporal que oculta el problema real. Estas donaciones son una falsa solución, que pueden distraer la atención política (en los países afectados y en la ONU) e impedir la búsqueda de una solución real y sostenible a largo plazo. Como consecuencia, el problema mundial de acceso a medicamentos vitales puede dejar de verse como un problema, con lo que las empresas ganan tiempo para seguir aplazando cualquier cambio real que comprometa su modelo de negocios.
- Su fin es mejorar la reputación de las empresas. Con las donaciones, las farmacéuticas buscan mostrar su compromiso social y su solidaridad, pero en realidad esconden todo lo contrario: la total falta de interés en el acceso sostenible a los medicamentos vitales para todas las personas que los necesiten.
- Se benefician pagando menos impuestos. Aunque son difíciles de evaluar, las donaciones representan exenciones de impuestos para las empresas. Esto es a su vez un poderoso incentivo para no bajar los precios.
- Reducen el margen de acción de los Estados en cuestiones de salud pública. Las donaciones son un poderoso instrumento que utilizan las empresas para influir o directamente controlar las decisiones gubernamentales sobre salud pública. Sin medicamentos y vacunas asequibles, los gobiernos no pueden desarrollar programas e iniciativas sostenibles y se enfrentarán a difíciles dilemas sobre sus escasos presupuestos.