A medida que Etiopía atraviesa una grave crisis de desplazamiento simultáneamente en varias partes del país, alertamos de que se necesitan esfuerzos continuos para garantizar que las personas que huyen de sus hogares debido a la violencia puedan acceder a servicios básicos como alimentos, refugio y atención médica.
Este llamamiento se produce cuando nuestros equipos concluyen una respuesta de emergencia en el sur del país y se preparan para responder donde sea que surja la próxima crisis.
La respuesta de emergencia en la zona de Gedeo de la Región de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNPR) y en el área de Guji en la región de Oromia comenzó en julio de 2018 después de que la violencia étnica se intensificara en mayo y cientos de miles de personas huyeran de sus hogares, quedándose sin servicios básicos y poniendo en riesgo su salud.
«Miles de personas vivían hacinadas», afirma el coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), Josh Rosenstein. «Las familias dormían al raso en edificios vacíos, sufrían diarreas, parásitos intestinales, infecciones del tracto respiratorio e infecciones de la piel causadas por las condiciones de vida precarias y de hacinamiento y por falta de agua potable».
Casi tres millones de litros de agua limpia
Nuestros ingenieros comenzaron a trabajar de inmediato para mejorar el saneamiento y proporcionar agua potable limpia. Entre agosto y diciembre de 2018, transportaron en camiones más de 2,8 millones de litros de agua limpia a varios lugares, repararon varios sistemas de suministro de agua e instalaron y repararon numerosas bombas manuales.
Entretanto, nuestros equipos médicos apoyaron dos hospitales, nueve centros y puestos de salud y 11 clínicas móviles en las áreas de Gedeo y Guji. Entre julio y diciembre, llevaron a cabo casi 80.000 consultas y trataron a unos 6.000 niños menores de cinco años por desnutrición aguda severa.
En agosto, los equipos de MSF en Gedeo vacunaron a más de 103.000 niños menores de 15 años contra el sarampión en colaboración con el Buró Regional de Salud. Nuestro personal también brindó apoyo en salud mental, trató a sobrevivientes de violencia sexual y distribuyó artículos de socorro esenciales.
Seis meses después, los indicadores de salud en estas dos zonas se han estabilizado y MSF transfiere las actividades médicas a las autoridades sanitarias de Etiopía y otros actores.
«En las últimas semanas, la gravedad de las enfermedades ha disminuido de manera constante, los centros de salud que apoyamos están admitiendo un menor número de niños con desnutrición aguda severa y la cosecha de café ha permitido a las personas generar algunos ingresos», explica Mohamed Morchid, jefe de misión de MSF para Etiopía. «Con el final de la temporada de lluvias, el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas también se ha reducido«.
A medida que concluye la intervención, hemos donado suficientes suministros médicos y logísticos para los próximos dos meses, incluidos kits para tratar las enfermedades más comunes.
Pendientes y listos
Sin embargo, a pesar de que la situación en Gedeo y Guji ha mejorado sin duda, muchas personas desplazadas aún viven en condiciones precarias en campos y recintos de iglesias o se refugian con familiares y amigos. Al mismo tiempo, las continuas tensiones étnicas y reportes de violencia esporádica han llevado a más personas a huir de sus hogares en las últimas semanas.
Continuaremos monitoreando la situación y en disposición de lanzar una nueva respuesta de emergencia si así es requerido a causa de un brote mayor de violencia, un deterioro significativo en el estado de salud de la población o un nuevo aumento en la desnutrición infantil, ya sea en Gedeo, Guji o en cualquier otro lugar del país.