Tras las catastróficas y repentinas inundaciones en la región de eThekwini, en la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal, nuestros equipos sobre el terreno están viendo que las comunidades vulnerables y los centros de salud se enfrentan a una crisis de suministro de agua potable y saneamiento adecuado. Los principales hospitales de distrito y decenas de clínicas se encuentran actualmente sin agua después de que las inundaciones dañaran los sistemas de suministro de agua.
40,000 personas se han quedado sin hogar y un gran número de personas desplazadas llevan días refugiándose en más de 20 escuelas, salones comunitarios e iglesias en la región de eThekwini alrededor de Durban, y pocas de estas estructuras cuentan con electricidad o acceso a agua corriente y saneamiento adecuado para los cientos de personas que se refugian allí.
Muchas de las personas desplazadas perdieron todas sus posesiones en las inundaciones, incluyendo sus medicamentos para enfermedades crónicas, especialmente para el VIH, la tuberculosis, la diabetes y la hipertensión. Ahora luchan por acceder a los servicios médicos debido a la escala del daño a las infraestructuras y los grandes desafíos que supone la sobrevivencia diaria.
“La ciudad permanece en crisis 10 días después de la tormenta, y ahora se enfrenta principalmente a una crisis de suministro de agua y saneamiento en hospitales, clínicas y comunidades. Si no se actúa correctamente, podría profundizarse la crisis de salud, caracterizada por enfermedades transmitidas por el agua”, asevera el Dr. Mani Thandrayen, líder del equipo médico de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Durban. “Hemos estado apoyando a cuatro de los refugios desde el fin de semana de Pascua, ayudando a satisfacer las necesidades inmediatas de sus residentes, entre ellas la alimentación, acceso al agua, utensilios de cocina, mantas, colchones y otros artículos básicos”.
Hemos distribuido alimentos y mantas, colchones, utensilios de cocina y productos básicos de higiene a 500 personas y proporcionado electrodomésticos de cocina en albergues comunitarios.
Para evitar brotes de enfermedades tras las inundaciones, también instalamos 25 baños portátiles en tres refugios y proporcionamos cuatro tanques de agua para el almacenamiento de agua potable.
Durante las primeras visitas a la comunidad por parte de nuestro equipo, se hizo evidente que muchas personas traumatizadas se estaban recuperando de la pérdida de familiares y sus hogares y necesitaban asesoramiento. Desde entonces, las y los consejeros registrados que trabajan para MSF, así como personal médico y de enfermería, se han unido a las clínicas móviles bajo la gestión de los departamentos de salud provinciales y municipales. En los próximos días, estos equipos tendrán como objetivo llevar servicios médicos a todos los albergues del municipio.
“Estamos viviendo una tragedia diaria. Estoy tan abrumada que me cuesta recordar mi propio número de teléfono”, dice Nozipho Sithole, una residente de la comunidad de Ntuzuma que perdió su casa y ahora ayuda a administrar el refugio en Ntuzuma Community Hall.
Continuaremos brindando apoyo puntual a las clínicas y refugios que necesitan servicios de agua y saneamiento y estamos trabajando con las autoridades para explorar la posibilidad de soluciones para el tratamiento de agua y la perforación de pozos comunitarios.