El Día Mundial de la Lucha contra el Sida 2023 plantea como eje temático “Que lideren las comunidades”. De acuerdo con lo anunciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dicho tópico ha sido seleccionado a fin de dar cuenta de la importancia de las comunidades en la respuesta a la infección por el VIH.
¿Cuál es el objetivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida?
El Día Mundial de la Lucha contra el Sida se conmemora el 1 de diciembre de cada año con el fin de concientizar a la población sobre la importancia de tratar al VIH como un problema de salud pública internacional.
Esta fecha resulta clave para reflexionar sobre los avances realizados en materia de tratamiento, control y prevención, así como también para concientizar sobre los obstáculos que aún quedan por superar para efectivamente ponerle fin a la epidemia de VIH en el año 2030.
¿Qué es el sida y cómo se transmite?
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) debilita el sistema inmunitario y puede llegar a causar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), dejando las defensas naturales débiles a cualquier infección
El VIH se transmite por la sangre y los fluidos corporales de las personas infectadas, tales como sangre, leche materna, semen y secreciones vaginales.
Tal como afirma la OMS, no se transmite por besos o abrazos ni por compartir alimentos. También puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo y el parto.
¿Cuáles son los síntomas del VIH?
Los síntomas de la infección por el VIH difieren de acuerdo al estadio en que se encuentre la persona infectada.
En las primeras semanas posteriores al contagio, algunos casos no manifiestan ningún síntoma, mientras que otros presentan un síndrome gripal que puede abarcar fiebre, dolor de cabeza y garganta y erupción cutánea.
De acuerdo con la OMS, una vez que la infección debilita progresivamente el sistema inmunitario, pueden aparecer otros síntomas tales como:
- Inflamación de los ganglios linfáticos.
- Pérdida de peso.
- Fiebre.
- Diarrea.
- Tos.
Si la persona infectada no recibe tratamiento puede desencadenar en enfermedades graves como las siguientes:
- Tuberculosis.
- Meningitis por criptococos.
- Infecciones bacterianas graves.
- Cánceres como los linfomas o el sarcoma de Kaposi.
¿Cómo se diagnostica el VIH?
A través de un análisis de sangre buscando anticuerpos se puede confirmar la presencia del virus de VIH.
En el caso de los bebés, que pueden tener anticuerpos de la madre, son necesarias pruebas más complejas que no están disponibles en la mayoría de los lugares más afectados por la epidemia.
Sin embargo, muchas personas viven con VIH durante años sin mostrar síntoma alguno y pueden no conocer su estado.
¿Cuál es el tratamiento contra el VIH?
Si bien el VIH no tiene cura, las combinaciones de medicamentos antirretrovirales (ARV), o terapias combinadas, ayudan a combatir el virus: permiten a los afectados vivir más y mejor sin que su sistema inmune se deteriore rápidamente.
El tratamiento también reduce la probabilidad de transmisión del virus hasta en un 96%: el tratamiento es por tanto una forma eficacísima de prevención.
¿Cómo prevenir la infección de VIH?
La enfermedad por VIH es prevenible. El riesgo de contraerla puede reducirse a través de:
- El uso de preservativos masculinos o femeninos durante las relaciones sexuales.
- La realización de pruebas de VIH y de otras infecciones de transmisión sexual.
- La circuncisión quirúrgica masculina voluntaria.
- El uso de los servicios de reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables.
A su vez, se puede indicar bajo receta médica la administración de medicamentos o el uso de dispositivos médicos que ayudan a prevenir el VIH, como:
- Antirretrovíricos, como profilaxis anterior a la exposición por vía oral y productos de acción prolongada. También se pueden utilizar para prevenir la transmisión del VIH de la madre al niño.
- Anillos vaginales de dapivirina.
- Cabotegravir inyectable de acción prolongada.
Lucha contra el sida en Honduras: la importancia de romper con los estigmas
“Las trabajadoras sexuales siempre tenemos riesgos en nuestra labor. Muchos hombres se quitan el preservativo sin nuestro consentimiento y esto ya es una emergencia para nosotras”, dice Carolina, una mujer de 37 años que lleva más de 10 trabajando en las calles del centro de San Pedro Sula, una de las ciudades más peligrosas de Honduras.
La mujer cuenta su testimonio en un consultorio de nuestra clínica que hemos establecido hace más de dos años en el barrio Guamilito. Fue justamente a este lugar al que Carolina acudió tras el episodio de violencia sexual que vivió aquella vez. Aquí recibió el tratamiento de Profilaxis Post Exposición (PEP). El mismo implica una serie de medicamentos que, tomados en el tiempo y la forma adecuada, previenen el contagio del VIH. Hasta los 5 días, las pacientes pueden además prevenir un embarazo.
Atender casos como este es una de las razones de la existencia de nuestra clínica, pues la violencia sexual puede traer muchas consecuencias médicas y psicológicas y las personas trabajadoras sexuales y de la población LGBTIQ+ son especialmente vulnerables.
“Uno de los focos de esta clínica es también trabajar en la prevención del VIH con la Profilaxis Preexposición o PrEP, que se toma antes de una relación de riesgo o de manera continua , con el fin de reducir la incidencia de este virus en poblaciones que no reciben un tratamiento adecuado por falta de recursos en el sistema, pero también por cuenta del estigma y la discriminación de parte de ciertos profesionales de la salud”, describe afirma Joaquim Guinart, coordinador de nuestro proyecto en esta región.
Hasta la fecha, en la Clínica de San Pedro Sula se han realizado más de 177 tratamientos PEP a personas que han estado en situaciones de relaciones sexuales de riesgo o por violencia sexual. Además, más de 240 personas han recibido PrEP de los cuales el 50% de las personas continúan en tratamiento por identificarse aún en riesgo de infección.
Además, nuestros equipos médicos y de promoción de la salud trabajan en la sensibilización sobre la importancia de este tratamiento gratuito y confidencial a las poblaciones clave.
Sin embargo, el objetivo de las actividades nuestras actividades va más allá de la atención de estos casos. “La asistencia en la prevención del VIH es una de las puertas de entrada a una visión integral de la atención a estas poblaciones con salud sexual y reproductiva, salud mental y apoyo social.”, afirma Laureline Lasserre, oficial de asuntos humanitarios de nuestro proyecto en la región.
“Estamos hablando de personas que suelen vivir en contextos de mucha vulnerabilidad socioeconómica, en los que además tienen que enfrentar múltiples barreras para acceder a servicios médicos dignos, sin prejuicios y sin sufrir violencia física y psicológica”, agrega.
En la Clínica de San Pedro Sula, nuestros equipos brindan atención en salud mental, educación en salud y acompañamiento social. Además, ofrecen atención integral a víctimas y sobrevivientes de violencia sexual, control del embarazo, planificación familiar y tratamiento de ITS.
En los últimos dos años, se han realizado más de 1.400 consultas médicas, 1.075 consultas de salud mental y 1.319 consulta de trabajo social. Y, a través de las actividades comunitarias, se han beneficiado más de 15.577 personas.