En Sudán del Sur, se espera que más de siete millones de personas enfrenten inseguridad alimentaria aguda entre ahora y julio.
Entre ellas, los pacientes infectados con tuberculosis y VIH están altamente impactados, ya que la intensidad del tratamiento es muy difícil de soportar con el estómago vacío.
Algunos de ellos sufren dolores severos, mientras que otros deciden reducir o incluso detener la medicación para hacerlo más soportable; poniendo sus vidas en riesgo.
Nadie debería tener que elegir entre tomar medicación que salva vidas y vivir sin dolor. Sin embargo, esta es la situación a la que cada vez más pacientes infectados con tuberculosis y VIH deben enfrentarse en Leer, en el Estado de Unidad.
Mientras su tratamiento médico puede implicar hasta ocho pastillas al día y durar el resto de sus vidas, los pacientes tienen que lidiar con la falta de alimentos, lo que puede causarles dolores severos y mareos. Luego deben elegir entre tomar la medicación y sufrir diariamente o dejarla y ver cómo su salud se deteriora.
“Usualmente reduzco mi tratamiento para adaptarme a los alimentos que como. Si veo que solo voy a tener una comida al día, entonces tal vez tomo la mitad de mi medicación.
Sé que eso no es bueno para mi salud, pero no tengo otra opción. Si tomo el tratamiento sin comer, me mareo, tiemblo y tengo dolores severos en el estómago”.
James, paciente de 60 años.
¿Qué está pasando en Sudán del Sur?
Propenso a inundaciones severas e inseguridad recurrente, el condado de Leer en Sudán del Sur es un lugar bastante aislado y difícil para vivir.
Durante varios años, la gente ha sido desconfiada a cultivar su tierra por temor a perderlo todo, otra vez. Por lo tanto, dependen de los alimentos disponibles en el mercado, que la inflación está haciendo cada vez más difícil de comprar, o de la asistencia alimentaria, que se ha reducido considerablemente debido a los recortes presupuestarios.
Además, el desplazamiento de la población de un Sudán devastado por la guerra ejerce una mayor presión sobre los suministros de alimentos en la zona y aumenta las necesidades de atención médica.
Desde abril de 2023, más de 60.000 personas, entre retornadas y refugiadas, se han asentado en el Estado de Unidad. Como resultado, la desnutrición se extiende por toda la población, creando un círculo vicioso.
Por un lado, puede tener un impacto directo en seguimiento a la terapia de TB/VIH, ya que la intensidad del tratamiento es muy difícil de soportar con el estómago vacío, y por otro lado, es un factor de riesgo importante para la enfermedad, ya que las defensas inmunológicas se reducen considerablemente.
El apoyo alimentario y nutricional para los pacientes de TB y VIH (además de otros mecanismos de apoyo, como el transporte) es uno de los “facilitadores del tratamiento” clave, que ha demostrado mejorar la condición de salud del paciente, influir en la adherencia al tratamiento y los resultados generales.
Crisis nutricional en Sudán del Sur: cada vez más profunda
“La inseguridad alimentaria se está convirtiendo en un problema. Tenemos una cohorte de más de 600 pacientes coinfectados con tuberculosis y VIH, y muchos de ellos nos dicen que ya no pueden seguir el tratamiento adecuadamente debido a la falta de alimentos.
O lo reducen o lo detienen hasta que la situación mejore. Esto no es sin consecuencias. Recibimos cada vez más pacientes en una etapa avanzada, en una condición grave, que se están volviendo muy difíciles de tratar, y otros están desarrollando resistencia a los antimicrobianos.
Solíamos ver 8 nuevos pacientes al mes, pero recientemente esa cifra se ha duplicado y ha aumentado a 16 al mes. Vemos que aumenta la tasa de abandono.
Si no se apoya a las personas con comida, nuestro programa no tendrá éxito. A nivel nacional, MSF está profundamente preocupado por la prevalencia continua de VIH/TB en Sudán del Sur.”
Daniel Mekonen, nuestro líder del equipo médico en Leer.
Comenzamos a trabajar en Leer, Unidad, en 1989. Seguimos siendo una de las pocas organizaciones que brindan atención médica a la población en la zona.
Mientras la desnutrición aumenta, la distribución de alimentos entre la población es insuficiente y sin criterios de prioridad.
Otras organizaciones y agencias que brindan apoyo y asistencia alimentaria deberían aumentar sus esfuerzos y considerar cómo orientar y priorizar específicamente a los grupos vulnerables como los pacientes de VIH/TB.