Cada día, cientos de personas migrantes llegan a Costa Rica tras haber atravesado la selva del Darién que divide a Colombia y Panamá.
En ese trayecto, sufren el impacto de la hostilidad de la naturaleza y de los riesgos de seguridad en una de las rutas terrestres más peligrosas del mundo, en particular, por los múltiples casos de violencia sexual contra esta población.
Por esa razón, desde mediados de abril comenzamos una intervención para facilitar el acceso a servicios de atención médica y psicológica para personas migrantes sobrevivientes de violencia sexual.
En las instalaciones de la Estación Migratoria del Sur (EMI Sur), trabajamos con nuestro socio local Cadena y en coordinación con las autoridades de salud y otros actores a través de la sensibilización, identificación activa de casos y provisión de asistencia integral.
Durante los primeros días, las actividades se han enfocado a la atención integral de las personas sobrevivientes de violencia sexual. En el primer mes de actividades hemos identificado a 135 sobrevivientes de violencia sexual provenientes del Darién.
De igual manera, se implementan formaciones a todas las organizaciones presentes en el EMI Sur sobre la ruta de captación activa y pasiva de casos de violencia sexual, acordando su implementación inmediata en todos sus procesos.
Migrantes sobrevivientes de violencia sexual: atención médica y psicológica
“La idea es que personal de medicina, enfermería, psicología y trabajo social, refuerce las estrategias destinadas a la captación activa de casos dentro de la consulta médica o en espacios estratégicos como la sala de curación de heridas, a través de diálogos específicos con preguntas clave.”
Carlos Estrella, nuestro coordinador del proyecto en Costa Rica
La suspensión de nuestras actividades en El Darién está generando un grave impacto en la atención médica y humanitaria que reciben las personas migrantes, especialmente aquellas que han sobrevivido a eventos de violencia sexual durante ese trayecto.
“Este proyecto tiene el objetivo de disminuir el impacto de ese vacío. Nuestra prioridad inmediata es brindar la atención dentro de las 72 horas posteriores al evento de violencia sexual porque es donde se pueden prevenir la mayor cantidad de secuelas físicas y mentales, principalmente el contagio de VIH, pero no estar en El Darién implica el riesgo de no llegar en ese tiempo».
Carlos Estrella, nuestro coordinador del proyecto en Costa Rica
Inicialmente, el proyecto está pensado para una duración de dos meses, luego de los cuales se hará una evaluación para definir los siguientes pasos dentro de la estrategia operacional.
“En última instancia, lo que pretendemos con esta iniciativa es desarrollar una estrategia de atención médica interdisciplinaria e integral que reduzca la revictimización y ofrezca los tratamientos e intervenciones que las pacientes necesitan en un espacio confidencial.”
Carlos Estrella, nuestro coordinador del proyecto en Costa Rica