En coordinación con la Comisión Humanitaria del Catatumbo, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha comenzado a prestar servicios médicos a comunidades de zonas rurales afectadas por la violencia que se vive en esta subregión del nororiente de Colombia desde mediados de enero.
Nuestros equipos prestan servicios de salud a comunidades confinadas en Ábrego y próximamente en Teorama, en el nororiente de Colombia, tras la crisis de violencia desatada en la subregión desde mediados de enero.
Desde el 10 de febrero, un equipo conformado por médicos, enfermeras y psicólogas realiza consultas médicas, de enfermería y de salud mental; sesiones grupales de psicoeducación y pruebas de laboratorio en zona rural de Ábrego y luego lo realizarán en zona rural de Teorama, en donde las restricciones de movilidad han imposibilitado la entrada de personal médico y la salida de las poblaciones a otras estructuras de salud.
“Desde hace dos semanas hemos monitoreado la situación y hemos constatado que el mayor vacío de atención en salud persiste en las zonas rurales. El objetivo es ofrecer asistencia a la población más vulnerable y con necesidades médico-humanitarias significativas no atendidas en Catatumbo”, dice Cisco Otero, coordinador de MSF en Colombia.
Según el Equipo Local de Coordinación de las organizaciones humanitarias en Catatumbo, al menos 84.694 personas han resultado afectadas por los enfrentamientos y actos violentos. De ese total, 52.286 fueron víctimas de desplazamiento forzado, 26.730 están afectadas por restricciones de movilidad y 5.678 por confinamiento.
MSF es una organización humanitaria internacional que brinda atención médica a poblaciones afectadas por catástrofes naturales, conflictos armados, epidemias, pandemias y enfermedades olvidadas. Nuestro trabajo está guiado por la ética médica y por los principios de la acción humanitaria de independencia, neutralidad e imparcialidad.
