La pandemia de COVID-19 está afectando peligrosamente el sistema de salud general en Bolivia, poniendo en riesgo acceso a la atención materna, sexual y reproductiva esencial en la región de La Paz y El Alto. Se necesita que las autoridades implementen de manera urgente un plan de contingencia para asegurar que los servicios médicos que salvan vidas puedan seguir funcionando, ya que de lo contrario las consecuencias podrían ser fatales para las mujeres embarazadas y los bebés recién nacidos.
En todo el mundo, incluso en los países con mayores recursos, el COVID-19 está llevando al límite a los servicios sanitarios. A pesar de los esfuerzos del gobierno boliviano por controlar la pandemia, el país está enfrentando una severa crisis de salud con más de 60.000 casos de COVID-19 reportados y más de 2.000 muertes, sin mencionar las probables muertes adicionales causadas indirectamente por la disrupción de los servicios de salud durante este período. El impacto del COVID-19 en el sistema de salud boliviano se hace cada día más visible a medida que más centros de salud cierran o reducen sus actividades. En la región de La Paz y El Alto, al menos cinco estructuras de salud de nivel secundario enfrentan serias interrupciones de sus servicios, principalmente debido a la falta de equipo personal de protección (EPP) adecuado y de los recursos humanos necesarios. Esta situación crítica representa una gran amenaza para la salud de mujeres y niños.
“Durante las últimas semanas, nuestro equipo se ha venido enfrentando a mayores dificultades para garantizar el acceso de las mujeres con complicaciones en el parto, ya que para esto contamos con los servicios de hospitales públicos, que cada vez más se encuentran agobiados ante la necesidad de responder al COVID-19. Una mujer murió luego de que se le negó la atención oportuna en un hospital, adonde había sido derivada con una ambulancia de MSF”, dice Adriana Palomares Páez, Coordinadora General de MSF en Bolivia.
Desde 2019, MSF apoya a dos maternidades en los centros de salud pública Franz Tamayo y San Roque en El Alto. La organización brinda atención directa gratuita, de calidad y adaptada culturalmente en las maternidades, que incluye un sistema de referencia por ambulancia para emergencias y casos complejos, con el objetivo de contribuir a aumentar el acceso a partos seguros y disminuir la mortalidad y la morbilidad materna entre mujeres y adolescentes en el área. Las víctimas de violencia sexual y de género también reciben atención médica y de salud mental adaptada. Desde el comienzo de su intervención, MSF ayudó a traer al mundo de manera segura a más de 500 recién nacidos, con un promedio de 60 nacimientos por mes.
“Durante la primera quincena de julio, ya realizamos 82 partos en las dos maternidades apoyadas por MSF, dos veces más que en junio durante el mismo período. Las mujeres vienen de más lejos, lo que significa que no pueden acceder a los servicios de atención materna en las zonas en las que viven. Una de las pocas maternidades públicas funcionales en El Alto cerró a principios de mes debido a una sospecha de un caso de COVID-19 entre el personal,” explica la Coordinadora General de MSF. “Nos preocupa que en las próximas semanas la situación continúe deteriorándose ya que los casos de COVID-19 siguen aumentando en el país. Se necesitan medidas urgentes para evitar un mayor colapso del sistema de salud».
Se deben asignar de inmediato recursos adicionales, como personal y EPP, para garantizar que al menos un hospital público de segundo nivel en El Alto / La Paz pueda brindar atención de emergencia segura a mujeres embarazadas, madres lactantes y recién nacidos. Pedimos a las autoridades que se comprometan a implementar un plan de contingencia para reanudar los servicios de salud materna y sexual y reproductiva que salvan vidas en la región lo antes posible.
“El acceso a la atención médica para mujeres y niños debe seguir siendo una prioridad. Sin una acción inmediata, la situación actual podría conducir a una mayor pérdida de vidas y profundizar aún más la crisis causada por la pandemia en el país”, agrega Palomares Páez.