Antes de la reunión de ministros de salud del G20 en Berlín, la Presidenta Internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF) llamó a los gobiernos a abordar urgentemente tres de las problemáticas más preocupantes para el trabajo de la organización: los ataques a hospitales e instalaciones médicas, la preparación y respuesta ante emergencias, y las infecciones resistentes a los medicamentos.
“Los desafíos en salud que enfrenta el mundo demandan un cambio que requerirá su atención, recursos y liderazgo”, dijo la Dra. Joanne Liu, Presidenta Internacional de MSF. “Estamos llamando a los gobiernos más poderosos del mundo a hacer cambios urgentes que puedan aliviar el sufrimiento de las personas que se encuentran en algunas de las situaciones más precarias del mundo, y que podrían mejorar el acceso a medicamentos y atención médica que estas personas necesitan”.
Específicamente, llamamos a los gobiernos del G20 a abordar:
1. Ataques a instalaciones médicas
De Yemen a Siria, y desde Sudán del Sur a Afganistán y más, las instalaciones médicas están siendo saqueadas, quemadas y bombardeadas por actores estatales y no-estales que forman parte de los conflictos, llevando a la muerte de miles de civiles, incluyendo a pacientes, doctores y enfermeros. Estos ataques también privan a la población afectada de los servicios de salud básicos que necesitan.
A pesar del apoyo unánime del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la Resolución 2286 de protección a la misión médica hace un año, nada ha cambiado en el terreno.
“Los ataques a instalaciones médicas civiles, incluyendo los bombardeos directos y ataques aéreos por Estados sobre hospitales y clínicas, parecen ser en algunos contextos una deliberada estrategia de guerra”, indicó Liu. “No puede haber más demora. Deben empezar su discusión sobre el refuerzo de los sistemas de salud buscando una manera de ponerle fin a la destrucción deliberada de los sistemas de salud propiamente dichos. Urgimos a los gobiernos del G20 a transformar la Resolución 2286 en medidas concretas en zonas de guerra, para poder frenar los ataques a hospitales y personas cuya responsabilidad es tratar a los heridos y enfermos”.
2. Preparación y respuesta ante emergencias
Cuando se declaró el brote de Ébola en África Occidental en 2014, sólo unos pocos gobiernos y organizaciones, incluyendo a MSF, brindaron respuesta.
Los gobiernos del G20 deben apoyar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para asegurar que las personas afectadas estén en el centro de la respuesta en caso de emergencias y brotes, y poner a disposición de la OMS los recursos necesarios para desempeñar este rol, colaborando estrechamente con las autoridades nacionales.
Los países deben tener incentivos para declarar los brotes a la OMS con transparencia y rapidez, para permitir una respuesta coordinada y eficiente. Además, la preparación para emergencias no debe limitarse a enfermedades infecciosas consideradas como amenazas desde una distorsionada perspectiva de seguridad.
«Estar preparado para emergencias resulta esencial pero no es suficiente», explicó Liu. «No tiene sentido estar preparado si no hay ninguna respuesta cuando miles de personas se enferman o mueren. Los gobiernos del G20 deben enfocarse en el bienestar de las personas cuando se encuentran en medio de emergencias y brotes, en lugar de abordarlo desde la amenaza que tales emergencias o brotes le representan a sus propios países«.
Además, los esfuerzos de investigación y desarrollo (I + D) ya no pueden ignorar las enfermedades que predominantemente afectan a los países y, a menudo, a las comunidades pobres y marginadas a las que desde MSF asistimos. Los gobiernos del G20 deberían apoyar los recientes esfuerzos de la OMS y de la Coalición para la Innovación y la Prevención de Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés) para abordar estos vacíos, asegurando que los resultados de tales esfuerzos de I + D sean asequibles y estén disponibles para las personas que lo necesitan en todos los países.
3. Resistencia Antimicrobiana (AMR, por sus siglas en inglés) y tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR, por sus siglas en inglés)
Médicos Sin Fronteras le da la bienvenida a los compromisos asumidos por todos los gobiernos en la Declaración de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la AMR en septiembre pasado, pero aún le preocupa que los estados del G20 retrocedan en sus compromisos de garantizar que la respuesta a la AMR sea verdaderamente global, motivada por las necesidades de los pacientes y adaptada a las necesidades de todos los sistemas de salud, especialmente los de escasos recursos.
«Los gobiernos del G20 deben asegurar que la inversión pública para el desarrollo efectivo de medicamentos, vacunas y diagnósticos para las infecciones resistentes a los medicamentos se traduzca en productos que todas las personas necesitadas puedan tener acceso», dijo Liu.
«Esto sólo puede lograrse separando o desvinculando los costos de la investigación y desarrollo del precio y el volumen de ventas de los productos finales. También consideramos urgente que los gobiernos del G20 eviten hacer políticas que socavan o restringen el acceso a los antibióticos para las poblaciones desatendidas».
Los estados del G20 deberían centrarse particularmente en la tuberculosis resistente a los medicamentos, que representó más de un tercio de todas las muertes causadas por la resistencia antimicrobiana en 2015. Los gobiernos necesitan convertir las estadísticas globales de la tuberculosis, asegurando que los países afectados implementan las mejores prácticas y recomendadas por la OMS. Médicos Sin Fronteras también llama a los gobiernos del G20 a apoyar el esfuerzo para desarrollar nuevos y asequibles tratamientos de tuberculosis que puedan curar todas las formas de la enfermedad en un mes o menos, especialmente la iniciativa de I + D 3Ps (Push, Pull, Pool). El proyecto 3P es una iniciativa que apunta a llevar a cabo una investigación colaborativa para desarrollar nuevos tratamientos contra la tuberculosis, con financiación procedente de una innovadora combinación de subsidios y recompensas.