El condado de Marsabit se encuentra ahora en una fase de crisis de nivel tres, con tasas de desnutrición aguda altas o superiores a las habituales. Si la asistencia médica y humanitaria no mejora, esta situación podría continuar hasta septiembre de 2022. A pesar de la prolongada crisis de la sequía, la región ha sido testigo de la escasa inversión en nutrición por parte del gobierno nacional y del condado.
Ya se perdió 60% del ganado
En el área de Illeret, los casos de desnutrición se han ido incrementando en los hogares debido a que las personas beben menos leche por el deterioro de la salud y muerte del ganado de esta comunidad de pastoreo.
Telite, de 26 años y madre de seis hijos de la aldea de Lomadang, tiene gemelos que se encuentran en la etapa de lactancia y actualmente forman parte de nuestro programa de nutrición debido a su desnutrición aguda moderada y severa, respectivamente. La leche materna de Telite es insuficiente, ya que ella difícilmente tiene algo para comer.
“Teníamos 20 cabezas de ganado y una oveja también”, dice Telite, “pero todas murieron. Recogimos los cadáveres cerca de la carretera para quemarlos».
Los recursos de pastos y agua han disminuido, por lo que las personas tienen que caminar largas distancias para encontrar zonas de pastoreo para el ganado y para el uso doméstico. Los hogares difícilmente tienen una comida al día. “Ahora junto leña para vender cerca de Etiopía” cuenta Telite. “También voy por agua al pozo y la vendo. Si consigo dinero compro harina para las gachas, pero algunas veces cuando no vendo, solo nos dormimos con hambre”.
La situación empeoró por la reducción del acceso a los alimentos en el mercado y la disminución del comercio, ya que los precios de los comestibles se han disparado entre un 25% y un 50%. Esta falta de comida ha llevado a las familias a compartir los suplementos alimenticios que le dan a los niños con desnutrición.
La crisis de desnutrición se agrava
En febrero de 2022, realizamos una evaluación en cinco subcondados de Marsabit. El subcondado de Horr Norte, concretamente en Illeret, presentaba la peor situación de seguridad alimentaria y el mayor número de niños y niñas con desnutrición. Un examen masivo realizado por UNICEF en Marsabit, también en febrero, mostró una tasa crítica de desnutrición aguda global del 23,3%. Once infantes con malnutrición que eran pacientes en el programa murieron entre mediados de febrero y mediados de marzo.
Mientras las cifras de desnutrición aumentan en Illeret, la gestión de pacientes que necesitan tratamiento en el centro de salud ha sido todo un reto. El centro de referencia más cercano está a cinco horas conduciendo, con apenas un vehículo de transporte público, lo que exacerba el impacto del limitado personal médico y medicamentos en las instalaciones de salud pública.
El Ministerio de Salud y sus socios realizaron actividades de divulgación para apoyar la gestión integrada de la desnutrición aguda en algunos subcondados. Estas actividades no pudieron mantenerse con regularidad y se redujo la capacidad para identificar a las niñas y los niños con desnutrición y el seguimiento de casos en la comunidad.
“Se necesitan más fondos y coordinación para poder satisfacer las necesidades críticas de la población y hacer frente a la desnutrición. Las actividades de alcance comunitario deben ofrecer una evaluación y apoyo nutricional periódicos», asevera Edi Atte, director de MSF en el país.
“En el pasado, los retos de logística y recursos humanos hacían que las clínicas de alcance comunitario solo se realizarán sólo una o dos veces por mes, con lo que se perdía el progreso del tratamiento a niños y niñas con desnutrición y sus consultas de seguimiento». continúa Atte.
Nuestra actividad
Hemos estado trabajando con el Ministerio de Salud y sus socios para reforzar las actividades de gestión de la nutrición en Illeret. Nuestros equipos ayudan en la revisión, diagnóstico y adecuada atención de los niños y niñas con desnutrición. La búsqueda activa de casos y la vigilancia han aumentado el número de niños y niñas que tienen acceso a esta atención.
“Desde que comenzamos nuestra intervención en marzo,” nos comparte Edi Atte, “ha habido un incremento en las admisiones de niños y niñas con desnutrición grave, además de algunos que no responden al tratamiento. Hemos mejorado las derivaciones al centro de estabilización de Illeret. Esto ha salvado vidas.”
También ayudamos a adaptar el departamento de hospitalización del Centro de Salud de Illeret para que ahora sea un centro de alimentación terapéutica con 10 camas. Las madres que residen en el centro reciben por lo menos tres comidas al día, para mejorar su lactancia.
¿Qué se debe hacer ahora?
Ahora está lloviendo en la región y se están realizando distribuciones de alimentos. Sin embargo, sigue existiendo una necesidad crítica por distribuciones de alimentos consistentes, de calidad y en cantidad adecuada para los hogares. Hay que encontrar soluciones a largo plazo para ayudar a las personas a acceder al agua, un problema que continúa impactando en la salud de los más pequeños.
«Pedimos urgentemente que se mantenga la distribución de alimentos a todos los hogares de Illeret y que se aumenten los recursos humanos del Centro de Salud de Illeret,” dice Edi Atte. “Los donantes deben actuar ahora para evitar las catástrofes humanitarias que continuarán si no se hace más rápidamente»