La administración del Presidente Joe Biden anunció ayer que ampliará el uso de la perjudicial política de expulsión del Título 42 para incluir a las personas migrantes de Venezuela. Según las nuevas normas, quienes provengan de aquel país y crucen la frontera estadounidense a través de sus puertas de entrada serán expulsados a México. Al mismo tiempo, el gobierno de Biden anunció la puesta en marcha de un programa que permitirá que 24.000 migrantes de Venezuela que tengan un patrocinador financiero y cumplan otros criterios de elegibilidad puedan entrar a Estados Unidos de forma segura.
Como organización médico-humanitaria, llevamos mucho tiempo pidiendo el fin del Título 42, una orden de salud pública que se ha utilizado indebidamente durante la pandemia de COVID-19 para cerrar de forma efectiva la frontera sur de Estados Unidos a solicitantes de asilo. El Título 42 ha provocado más de dos millones de expulsiones en menos de tres años. Sin embargo, hasta ahora, el Título 42 no había sido aplicado en la población proveniente de Venezuela.
Nuestra organización ha estado respondiendo a las necesidades sanitarias y humanitarias a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México en ciudades como Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Piedras Negras; en donde muchas personas migrantes y solicitantes de asilo están varados tras haber sido expulsadas de Estados Unidos. Ya hemos comprobado que estas personas viven en condiciones extremadamente difíciles en las ciudades fronterizas y en otros lugares de México, con dificultades para acceder a la comida, el agua, el saneamiento y la atención médica y psicológica, como una consecuencia directa del Título 42.
Al respecto, Avril Benoît, directora ejecutiva de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Estados Unidos, afirmó: “Una vez más, pedimos al gobierno de Biden que ponga fin al Título 42. Esta administración debe cumplir su promesa de construir un sistema migratorio seguro y humano que incluya la adopción de medidas rápidas para reabrir y proveer adecuadamente de recursos a la tramitación del asilo en la frontera sur de Estados Unidos. El enfoque de la administración es básicamente un paso adelante, dos pasos gigantescos hacia atrás, y esto tiene costos terribles para miles de personas migrantes y solicitantes de asilo”.