El centro Zervou es el resultado de una política agresiva de contención de “centros de acceso cerrado y controlado” financiada por la Unión Europea en ubicaciones remotas en cinco islas del Egeo, donde se ubican a las personas que buscan seguridad en Grecia mientras procesan sus solicitudes de asilo. Se abrieron tres de estos centros en Samos, Leros y Kos, y se planean abrir otros dos en 2023, en Lesbos y Chios respectivamente.
La gente llega a Grecia angustiada, la mayoría ha huido del conflicto o la persecución en sus países de origen, tras haber tenido exposición a niveles atroces de violencia durante sus viajes. Y ahora se les recibe con doble capa de alambre de púas, rayos X e identificación biométrica.
“Las personas en el centro de Zervou nos cuentan que han sobrevivido a la trata, la agresión sexual, trabajos forzados y palizas”, nos cuenta nuestro jefe de misión Nicholas Papachrysostomou.“Algunas personas han tenido que ver a sus propias familias morir durante retornos forzados previos o en naufragios. Los centros similares a prisiones no satisfacen sus necesidades básicas y causan daños prevenibles a su salud física y mental”, concluye.
Solo las personas con una tarjeta de identificación del asilo pueden ingresar y salir del centro de Zervou, pero registrarse y obtener esta tarjeta de identificación puede tardar 25 días o más. Por lo tanto, todas las personas recién llegadas están efectivamente detenidas, sin la libertad de movimiento. Hasta ahora, la dirección del centro ha permitido la salida de personas sin identificación a citas médicas o legales, pero esto podría cambiar en cualquier momento.
El impacto en la salud mental de las y los solicitantes de asilo
Muchas personas que han pasado previamente por experiencias traumáticas encuentran que su condición de salud se ve agravada por las condiciones que se llevan, similares a las de una prisión, la segregación y la infraestructura de seguridad.
Entre septiembre 2021 y septiembre 2022, se registró que el 40% de nuestros pacientes de salud mental tenían síntomas relacionados con traumas psicológicos. Durante el año pasado, nuestros equipos han visto altos niveles de sufrimiento generalizado en la salud mental de personas en el centro de Zervou y la demanda de nuestros servicios de salud mental ha sido constantemente alta.
En Zervou, se realiza un proceso de asilo apresurado
En Samos y Lesbos, a las personas se les suele pedir su primera entrevista inmediatamente después de salir de la cuarentena, con muy poco tiempo para recuperarse de su viaje, sin comprender el procedimiento para solicitar asilo y sin posibilidad de buscar asistencia legal o prepararse para la entrevista.
“Otro factor de estrés importante para nuestros pacientes es la falta de claridad que rodea al proceso de asilo” asevera Balleron. “El costo en su salud mental y física es innegable y claramente visible”, comenta.
Uno de nuestros pacientes es sobreviviente de tortura, aunque esto no fue identificado por las autoridades de asilo. En consecuencia, no se informó a la persona sobre su derecho al apoyo médico y psicoemocional, ni se le redirigió a sus servicios médicos o psicológicos. Fue a su entrevista de asilo sin haber recibido ningún asesoramiento legal, y posteriormente, su solicitud de asilo fue rechazada dos veces.
El centro de Zervou es un ambiente hostil
“Si comparamos el centro de Zervou con otros campos, es justo decir que el centro cerrado es una mejora en algunos aspectos”, dice Balleron. “Las personas se quedan en contenedores en lugar de tiendas de campaña, y hay menos hacinamiento que en los campos anteriores. Sin embargo, el centro de Zervou es un ambiente hostil y no logra recibir a las personas en condiciones humanas y dignas”.
Las condiciones de vida en el centro son precarias como resultado de problemas en la infraestructura, y se enfrenta a cortes de agua y frecuentes averias en el aire acondicionado y calefacción.
Además, la ubicación tan remota del centro de Zervou dificulta que las personas interactúen con la sociedad local. El centro cerrado de acceso controlado planificado en Lesbos está aún más aislado, ubicado a 33 kilómetros de la ciudad de Mitilene, lo que agrega una barrera significativa para los servicios y subraya nuevamente la lógica de segregación y detención de facto que sustenta estos centros.
“Nuestra experiencia brindando ayuda en el centro de Zervou remarca los peligros de los centros cerrados” afirma Papachrysostomou. “Los solicitantes de asilo necesitan acceso a atención médica oportuna y de calidad. Las autoridades deben invertir en condiciones de recepción dignas y alojamiento seguro, así como viviendas dentro de las comunidades y programas de integración”.
“Las personas necesitan seguridad, soporte y ambientes humanos para registrar y procesar su solicitud de asilo sin el riesgo de volver a sufrir un trauma, tal y como lo establece la legislación internacional, de la Unión Europea y nacional” concluye Papachrysostomou.