La tragedia ocurrida en la madrugada del 28 de marzo en un centro de detención de migrantes del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez muestra, una vez más, las consecuencias de políticas y tratos inhumanos a la población migrante en México.
Como organización médico-humanitaria que asiste a personas migrantes en distintos puntos de la ruta en América Central y México, expresamos nuestro profundo rechazo a la persecución y la criminalización a las personas migrantes.
Nuestros pensamientos están con las víctimas y sobrevivientes de esta tragedia.
Esperamos que las investigaciones arrojen resultados contundentes y que las autoridades pertinentes tomen acciones inmediatas para evitar que algo así vuelva a ocurrir.
Desde Médicos Sin Fronteras sostenemos que migrar es un derecho y las personas migrantes deben tener acceso a albergues, servicios básicos y salud de calidad durante la ruta.