Bulgaria: cerramos nuestras operaciones

Tras más de un año en Bulgaria, cerramos nuestro programa médico en el centro de recepción y registro de Harmanli en octubre de 2024.

Nuestra presencia en Bulgaria inició en julio de 2023 en un contexto de aumento de la demanda de asilo y de crisis en los países vecinos. La misma pretendía dar respuesta a una evidente brecha en el sistema de atención sanitaria a los solicitantes de asilo. Durante más de un año, prestamos atención sanitaria esencial en el centro de recepción de Harmanli, en Bulgaria. Allí se encuentra la mayor instalación de recepción abierta del país.

Nuestro trabajo en Bulgaria

Nuestros equipos brindaron atención médica general, salud sexual y reproductiva, salud mental y tratamiento de enfermedades crónicas. Realizamos más de 8.800 consultas de atención primaria. Para prevenir brotes infecciosos como la sarna, desinfectamos 147 habitaciones y 823 colchones. También formamos en prácticas de higiene tanto al personal del campo como a los residentes. Estos se enfrentaban a frecuentes brotes de sarna y chinches debido a las condiciones de hacinamiento, el saneamiento limitado y el acceso insuficiente a recursos médicos.

Pusimos en marcha un programa de control de vectores, formando al personal del campo y a los refugiados en promoción de la salud y desinfección. Nuestro equipo considera que el campo quedó en mejor estado que cuando llegaron.

Actividad artística realizada en sesión grupal de salud mental. ©MSF

Un año después, los cambios en los patrones de migración y las políticas gubernamentales más estrictas para el estatuto de refugiado han disminuido la urgencia observada inicialmente. La tasa de ocupación de los campamentos se redujo considerablemente.

En la actualidad, el campamento alberga a unos 900 residentes -menos de la mitad de su capacidad-, principalmente solicitantes de asilo sirios, muchos de los cuales pretenden continuar con su viaje hacia Europa. Las políticas de refugiados han provocado un reciente aumento de las denegaciones de asilo a sirios, por lo que muchas personas se encuentran ahora en una situación jurídica precaria.

A pesar de las mejoras gracias a una presencia más regular de médicos, aún hay necesidades sin cubrir. La atención de salud mental -un área crítica dados los traumas sufridos por muchos solicitantes de asilo- ha sido una de las principales contribuciones de MSF, pero incluso este servicio sigue siendo limitado.

Nos gustaría aprovechar la oportunidad para agradecer a todos nuestros colegas y socios en Bulgaria su duro trabajo y su compromiso con los valores humanitarios que tanto valoramos como organización.

Sonia Balleron, jefa de misión de MSF responsable de los programas en Bulgaria.

«MSF continúa solidarizándose con las personas afectadas por la migración y se mantiene firme en nuestro compromiso de proporcionar asistencia humanitaria a los necesitados», finaliza.

Sesión grupal de promoción de la salud enfocada en salud de la mujer en el centro de recepción en Harmanli, Bulgaria.
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