Filipinas enfrenta una media de veinte ciclones tropicales al año. En los últimos años, su intensidad ha aumentado, causando graves pérdidas de vidas y propiedades. La tormenta tropical Trami es un ejemplo reciente de este impacto. Las inundaciones provocadas dejaron a muchas comunidades vulnerables sin medicamentos y servicios básicos.
La última tormenta tropical que azotó el país fue especialmente mortífera y causó cuantiosos daños. La fuerte tormenta tropical Trami entró en la zona de responsabilidad de Filipinas el 21 de octubre y tocó tierra el 24 de octubre.
En esos cuatro días, Trami trajo lluvias intensas a toda la región de Luzón y Visayas, provocando inundaciones y corrimientos de tierra generalizados. Más de 7 millones de personas se han visto afectadas en 17 regiones del país, con más de 100 muertos.
La provincia de Camarines Sur es una de las más afectadas, con 36 de los 37 municipios inundados. Se han producido grandes daños materiales y económicos, y las familias han perdido sus casas y sus cosechas a causa de las inundaciones.
El 26 de octubre, nuestro equipo fue de las primeras organizaciones en llegar a la zona y empezar a responder a las necesidades más urgentes de la población afectada por las inundaciones.
La Dra. Marve Duka Fernandez, jefa del equipo médico de MSF, nos cuenta lo que ha visto en Camarines Sur.
¿Cuáles son las necesidades sobre el terreno?
«Algunas de las zonas que hemos visitado acaban de ver cómo bajan las aguas. Estas comunidades necesitan agua potable y medicamentos básicos, porque han quedado aisladas de los servicios médicos.
Los que padecen enfermedades crónicas tienen carencias en sus medicamentos de mantenimiento. La exposición a las aguas de la inundación durante varios días ha provocado heridas abiertas, infecciones fúngicas y el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores, como la leptospirosis.
Durante nuestras sesiones informativas en la comunidad, una de las preocupaciones que más mencionaron fue su medio de vida. Cuando les ofrecemos sesiones de información psicosocial y tratan de mirar hacia adelante, hacia lo que vendrá después de la inundación y la limpieza, en realidad están pensando en lo difícil que será volver a construir, porque sus fuentes de sustento -campos de arroz, animales de granja, herramientas- han sido arrasadas, destruidas.»
¿Qué ha hecho MSF para ayudar?
- Hemos evaluado las zonas más afectadas, coordinándonos con las autoridades y visitando las comunidades. Nos hemos centrado en el municipio de Bula, en Camarines Sur, que es la zona cero de las inundaciones repentinas. Este municipio es contiguo al río, y en él viven decenas de miles de personas.
- Hemos ido a dos barangays (comunidades locales), Fabrica y Ombao Polpog, y hemos llevado a cabo clínicas móviles en cada uno de ellos, con sesiones de salud mental y apoyo psicosocial para la comunidad, especialmente para los habitantes de primera línea.
- También hemos distribuido kits de higiene, así como agua potable en bidones que se pueden rellenar.
- También hemos hecho un seguimiento en una sección periférica de San Miguel y hemos llevado clínicas móviles a los barangays de Casugad y Salvación. Es un servicio integral de clínicas, apoyo a la salud mental, kits de higiene y distribución de agua a estos barangays identificados.
El acceso y el suministro son los principales retos
«Cuando llegamos, muchos barangays seguían inundados, o las carreteras para acceder a ellos seguían sumergidas, y eran inaccesibles para vehículos ligeros. Nuestro equipo se coordinó con las autoridades locales para llegar a estas zonas en barco o en camión, de modo que pudiéramos evaluar las necesidades y determinar cómo transportar los suministros y a nuestro equipo.
Otro reto es disponer de todos los medicamentos y materiales necesarios, así como de un equipo completo que podamos llevar a la comunidad.
Los medicamentos son un problema, y se debe a una combinación de factores. La mayoría de las tiendas y almacenes de aquí se inundaron, y sus reservas proceden de Manila. Pero han llegado muy pocos suministros, y hay retrasos en las entregas de medicamentos. También se inundaron las vías públicas, o ha habido controles, así como algunos problemas de seguridad.
La demanda en Camarines Sur es alta debido a que la población, tras perder sus medicamentos en las inundaciones de la tormenta tropical Trami, ha vaciado las tiendas locales. Esto afecta nuestros servicios, ya que estos medicamentos son esenciales. Por eso, trasladamos nuestro propio suministro desde Manila.
Trabajar con voluntarios locales
«Lo que ha sido realmente positivo en Camarines Sur es la presencia de voluntarios que han venido a nosotros desde sus propias asociaciones y hospitales. Se trata de médicos, enfermeras, voluntarios de la unidad de gobierno local (LGU) y particulares, que nos han proporcionado información, recursos y tiempo.
Trabajamos con médicos y enfermeros voluntarios del Centro Médico de Bicol. Trabajamos con enfermeras del Departamento de Salud y de la Unidad de Salud Rural de Bula. Y siempre que vamos a los barangays, nos reciben los trabajadores sanitarios de los barangays, que también han sufrido inundaciones, pero están ahí para ayudar a sus barangays. Podemos realizar clínicas móviles con ellos, nos ayudan con el triaje y las consultas, y con la dispensación de medicamentos».
Durante dos semanas, hemos visitado y evaluado varios municipios de Camarines Sur por las repercusiones de la tormenta tropical Trami. En Barangay Sua, Camaligan, distribuimos 90 bidones con agua potable a 190 familias. Después, centramos nuestro esfuerzo en el municipio de Bula, donde nuestro equipo visitó varios barangays (o municipios) para determinar las necesidades más urgentes.
En los barangays de Fabrica, Ombao Polpog, San Miguel y Casugad, hemos distribuido 700 kits de higiene y 1.110 bidones con agua potable. En colaboración con voluntarios locales, también hemos realizado 1.449 consultas médicas y ha proporcionado apoyo psicosocial a 238 afectados mediante sesiones individuales y de grupo en los barangays de Fabrica, Ombao Polpog, San Miguel, Casugad y Salvación. También programamos clínicas móviles y la distribución de bidones y kits de higiene en el barangay Salvacion.
Nuestra intervención en Filipinas por la tormenta tropical Trami finalizó el 8 de noviembre al haber pasado la fase más aguda de la emergencia que motivó nuestra respuesta.
