Zimbabue: así luchamos contra el cáncer de cuello uterino

La enfermera de MSF Tendai Chigurah visita a Florence, paciente con cáncer de cuello uterino, en su casa. ©Melanie Wenger/COSMOS

Las tasas de cáncer de cuello uterino aumentan en todo el mundo, pero sobre en los países en desarrollo como Zimbabue, donde esta enfermedad es la principal causa de muerte para muchas mujeres. Allí se diagnostican unos 5.000 casos y se producen unas 1.000 muertes al año. La clave: detectar y prevenir.

Sin embargo, en la provincia de Masvingo, en el centro del país, una simple y efectiva prueba de detección está logrando parar una ‘tragedia previsible’.

Cuando Margaret Muza se enteró de que en el hospital local ofrecían pruebas para detectar los síntomas iniciales del cáncer cervical, no pudo evitar pensar en su hija mayor, muerta hace unos años a causa de esta misma enfermedad.

“Se lo detectaron muy tarde porque, cuando empezó a tener problemas, ella no nos dijo nada”, explica Margaret tras concertar una cita para hacerse las pruebas en el hospital de Chimombe, uno de los seis centros de salud que ofrecen servicios de prevención del cáncer en el distrito de Gutu, en el centro de Zimbabue.

El día de la prueba, Margaret tomó el polvoriento camino de piedras que está cerca de su casa y se dirigió hacia el hospital: tardó algo más de dos horas. Cuando llegó, se colocó al final de una de las largas filas que había en el exterior y esperó pacientemente su turno junto a un montón de madres acompañadas de sus bebés.

Cuando estaba cómodamente tumbada en la sala de diagnósticos, la enfermera le explicó cómo sería el simple proceso al que la iban a someter: le aplicarían ácido acético diluido -un componente de vinagre ordinario- en el cuello uterino y utilizarían una cámara para proyectar las imágenes en primer plano en el monitor contiguo.

Congelar las lesiones

A diferencia de los test de Pap, esta técnica proporciona un diagnóstico instantáneo. En cuestión de minutos, en la pantalla se podía ver nítidamente cómo habían aparecido unos parches blancos alrededor de la boca del cuello uterino. La enfermera los reconoció inmediatamente como lesiones precancerosas precoces; parches de células infectadas que, si no se trataban, podrían llegar a desarrollar un cáncer agresivo.

Margaret se asustó mucho cuando le informaron del diagnóstico. Tenía miedo que, como su hija, también pudiera llegar a tener cáncer. De ser así, además era consciente de que nunca podría permitirse el largo y caro tratamiento solo disponible en Harare, la capital. Sin embargo, la enfermera le explicó que podría ofrecerle un tratamiento de crioterapia y que solo tardaría cinco minutos en aplicárselo. Únicamente tenía que colocar óxido nitroso líquido en los parches que habían aparecido y, con ello, podría congelar las lesiones y detener su desarrollo.

El proceso sería doloroso, le explicó la enfermera, pero se curaría rápidamente. Incluso podría volver a casa inmediatamente después de ser tratada.

No pueden pagar el tratamiento

Margaret es una de las muchas mujeres en África subsahariana que, de no ser tratadas, correrían un serio peligro de morir por un cáncer de cuello uterino.

En Zimbabue, las posibilidades de diagnóstico y tratamiento para el cáncer son extremadamente escasas a diferencia de los países desarrollados, que cuentan con programas sofisticados y financiados por los sistemas de salud pública.

En muchos países en desarrollo, entre ellos Zimbabue, los pocos servicios disponibles de radiografía y de laboratorio se encuentran en las grandes ciudades. Sin seguro médico, los enormes costes de las biopsias, cirugías y tratamientos hacen que muchas mujeres, especialmente en las zonas rurales, renuncien al tratamiento y mueran solas y en silenciosa agonía.

Esto hace que la detección precoz y la prevención del cáncer de cuello uterino en los países en desarrollo sean aún de mayor importancia.

 

A. ¿Cómo se produce el cáncer de cuello uterino?

Una enfermedad deshumanizante

Florence Munyaradzi, de 54 años, no sabía que tenía cáncer de cuello uterino hasta que fue demasiado tarde. En enero de 2016, debido a que se sentía débil y sufría hemorragias, visitó el hospital rural de Gutu para hacerse una prueba. Allí, los médicos la remitieron al hospital de misiones más cercano, que aun así está a varias horas de distancia, para que la hicieran una biopsia.

Varios vecinos de su aldea le prestaron dinero para la biopsia, pero Florence estaba demasiado débil como para después regresar allí y recoger los resultados. Visitó numerosos centros médicos para buscar ayuda. En julio de 2016, nuestra organización le ofreció apoyo económico para que se sometiera a una histerectomía (extirpación de útero), pero ya apenas se podía hacer nada por ella. Ingresó en un hospital en enero de 2017 con cáncer terminal y murió a los pocos días.

En 2014, tras ver cómo tantas mujeres zimbabuenses estaban sin acceso a pruebas de detección y tratamiento, y comprobar la enorme cantidad de muertes innecesarias que se producían, empezamos a trabajar con el Ministerio de Salud para llevar a cabo exámenes preventivos en la policlínica de Epworth, en Harare.

«El cáncer de cuello uterino es una enfermedad muy deshumanizante», explica Severine Caluwaerts, una de nuestras obstetras y ginecólogas. «Puedes sangrar mucho, llegar a la incontinencia o sufrir un gran dolor. Para una organización especializada en emergencias como la nuestra, este programa podría parecer inusual, pero resulta trágico perder a mujeres a causa de enfermedades prevenibles como el cáncer de cuello uterino, cuando existen tratamientos efectivos. Nosotros sabíamos que nuestro trabajo aquí podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte y por eso decidimos venir».

B. Tres maneras de prevenir el cáncer cervical en los países en desarrollo

Las mujeres como Florence son la razón por la que apoyamos al Ministerio de Salud en el distrito de Gutu mediante la realización de exámenes de detección de cáncer y ofreciendo crioterapia in situ para las mujeres que asisten a cinco hospitales rurales (con un sexto centro apoyado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, FPNU)-. Desde 2015, se han examinado a más de 6.500 y 558 han recibido tratamiento de crioterapia.

A las mujeres que presentan lesiones más extensas, se las deriva a la capital para que se les trate con el Procedimiento de Escisión Electroquirúrgica en Bucle (PEEB). En estos casos, organizamos el transporte de ida y vuelta y cubrimos todos los gastos médicos.

El proyecto nació del esfuerzo y cariño de dos enfermeras de MSF, las hermanas Tendai Chigura y Mercy Mandizvo, que a su vez, han formado a otras tres enfermeras y a un oficial clínico para que hagan exámenes y lleven a cabo sesiones de crioterapia en los seis hospitales.

«Siempre que la mujer esté de acuerdo, y generalmente lo está, creemos que la detección y el tratamiento deben hacerse en una sola visita«, comenta Tendai. «En MSF, queremos que todas las pacientes atendidas en nuestros programas de VIH y de planificación familiar pasen siempre, de manera rutinaria, por un examen preventivo”.

Con la ayuda de las enfermeras, Tendai y Mercy se las arreglaron para montar una sala de detección completamente equipada en cada uno de los seis hospitales. Desde entonces, animan a todas las mujeres que acuden al hospital a que se hagan una prueba.

Las sesiones de educación sanitaria se imparten en las salas de espera, mientras que los promotores de salud viajan por los pueblos y visitan a las mujeres en sus casas para dar charlas. El objetivo, aumentar la concienciación y prevención del cáncer cervical.

Cada vez más, las mujeres de Zimbabue conocen la enfermedad. Sin embargo, sin la información adecuada y sobre cómo acceder a los servicios, las mujeres no pueden comenzar a prevenir los riesgos a los que se enfrentan.

«Existen un montón de percepciones erróneas sobre el cáncer de cuello uterino”, comenta Mercy. «A veces, las mujeres se avergüenzan porque es una enfermedad que se transmite sexualmente. El vínculo que tiene con el VIH hace que también haya mucho estigma«.

Tanto Tendai como Mercy mantienen un estrecho contacto con las mujeres que han sido diagnosticadas con formas de cáncer más graves y que necesitan ser derivadas para tratamiento en la capital.

Protección contra el virus del papiloma humano (VPH)

Ahora, en las zonas rurales de Zimbabue, miles de mujeres tienen acceso a la detección y tratamiento de las lesiones precancerosas. No obstante, la mejor manera de evitar que la enfermedad se desarrolle es vacunar a las niñas contra el VPH antes de que lleguen a la madurez sexual y estén expuestas al virus del VIH. Por ello, este año, junto al Ministerio de Salud, apoyaremos la vacunación de más de 10.000 niñas de 9 a 14 años en el distrito de Gutu.

Seis meses después de haberse hecho la prueba y de haber pasado por la crioterapia, Margaret regresó al centro médico para hacerse una consulta de seguimiento.

«Me han dicho que ya no tengo lesiones», afirmaba con una sonrisa en los labios. Aunque el  resultado se recibió con una enorme alegría por parte de toda su familia, Margaret no podía ocultar la tristeza que sentía por la ausencia de su hija. “Yo tuve la oportunidad de que un profesional detectara mis lesiones antes de que fuera demasiado tarde. Mi hija no tuvo la misma suerte», reconocía.

Desde 2014, trabajamos con el Ministerio de Salud de Zimbabue para proporcionar una amplia gama de estrategias para prevenir el cáncer de cuello uterino en los centros de atención primaria del distrito de Gutu. Para ello, nos hemos valido de los paquetes de salud reproductiva y de VIH ya existentes. Hoy en día, en el Epworth Polyclinic de Harare, las mujeres que viven con VIH son sometidas a inspección visual con detección de ácido acético (VIA), crioterapia y procedimientos LEEP. En 2016, 2.305 mujeres fueron examinadas, 353 recibieron tratamiento de crioterapia y a 131 les aplicaron procedimientos PEEL. Prestamos apoyo en cinco centros médicos de la provincia de Gutu para la realización de exámenes VIA a todas las mujeres en edad fértil y para llevar a cabo crioterapia. Desde 2016, se han examinado a más de 6.500 mujeres y casi un 10% (558 pacientes) han sido tratadas con la técnicas de crioterapia implementadas allí.

También trabajamos con los ministerios nacionales de salud de distintos países con el fin de realizar exámenes y tratamiento tempranos en Kibera, Kenia (VIA y referencias para tratamiento); Chiradzulu, Malawi (VIA, crioterapia y referencias para LEEP), Filipinas (crioterapia) y Swazilandia (VIA, crioterapia, referencias para LEEP). Además, hemos apoyado las campañas de vacunación contra el VPH en Sudáfrica (2015) y en las zonas empobrecidas de Manila, Filipinas (2017), y planeamos vacunar a más de 10.000 niñas (9-14 años) en la provincia de Gutu, Zimbabue solo en 2017.

Solo proporcionamos detección y tratamiento de pre-lesiones de cáncer de cuello uterino y no estamos directamente involucrados en el tratamiento de cáncer invasivo. Sin embargo, en ciertas situaciones como en las Zimbabue, ayudamos con la gestión de referencias, biopsias y cirugía.

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