«¿Cómo es posible que la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo sea curable, y que aun así acabó, una vez más, con la vida de casi 1.7 millones de personas el año pasado?
Para nosotros la respuesta es clara: cada año aumentan los casos de formas de tuberculosis resistentes a los medicamentos (DR). Sin embargo, la brecha diagnóstica sigue siendo masiva: cuatro de cada cinco personas con TB-DR no son diagnosticadas y solo la mitad de los pacientes que comienzan el tratamiento logran curarse.
Los dos medicamentos más nuevos para tratar la TB-DR (bedaquilina y delamanid) están disponibles desde hace cinco años y está demostrado que ambos pueden ayudar a salvar más vidas. Sin embargo, menos del 5% de las personas que necesitan estos medicamentos los están recibiendo a día de hoy.
De hecho, el porcentaje de cobertura en 2016 no ha mejorado con respecto al de 2015.
Médicos Sin Fronteras (MSF) y el informe Out of Step de la iniciativa internacional Stop TB han puesto al descubierto que, en general, los países con la mayor carga de TB tienen serias dificultades a la hora de implementar las prácticas y herramientas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para comenzar a vencer de una vez por todas a esta epidemia.
El próximo mes en Moscú, los ministros de salud de la mayor parte de los países del mundo se reunirán en la primera conferencia ministerial mundial para acabar con la tuberculosis. En septiembre de 2018, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, los líderes mundiales tendrán la oportunidad de asistir a la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre TB, que será también la primera reunión de este tipo que organice la ONU.
¿Es posible por tanto que la TB esté por fin comenzando a obtener la atención global que tanto merece? No tenemos la respuesta a esta pregunta, pero lo que sí sabemos es que hay que adoptar un compromiso serio e inmediato para comenzar a cambiar el rumbo de la tuberculosis. Los países con una carga elevada de ciudadanos con TB deben dar un paso al frente y aumentar el acceso al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Y para ello tienen que facilitar también el acceso a los tratamientos más nuevos para la TB-DR. Los gobiernos deben priorizar los esfuerzos para desarrollar nuevos regímenes de tratamiento de TB que funcionen contra todas las formas de TB. De lo contrario, si seguimos esperando, tendremos que lamentar otras casi 2 millones de víctimas cada año».
Escrito por Dr Isaac Chikwanha, responsable médico para TB, VIH y Hepatitis C, en la Campaña de Acceso de MSF