Durante la primera semana de 2018, hemos atendido a 33 pacientes con heridas relacionadas con explosiones en la ciudad de Raqa, en Siria. Entre ellas, 13 eran menores de 18 años.
Los pacientes sufren estas lesiones cuando regresan a sus hogares: y es que la ciudad está plagada de minas antipersona, trampas y restos de artefactos explosivos sin detonar.
Estamos extremadamente preocupados por la escasa actividad de desminado seguro en la región, debida principalmente por la falta de equipo técnico con experiencia en esta ardua tarea.
Desde el pasado 17 de octubre, cuando el conflicto en Raqa amainó, nuestros equipos han tratado a 271 personas con lesiones por explosión, 64 de las cuales ya estaban muertas o a punto de morir cuando llegaron a las puertas de nuestra clínica.
Desde que los intensos enfrentamientos disminuyeron, miles de habitantes han regresado a la ciudad, y se prevé que la afluencia de un gran número de personas continúe.
Los artefactos explosivos improvisados y los restos de municiones sin detonar son todavía una gran amenaza para la población de civil, y es probable que durante los próximos meses las víctimas de explosiones, incluyendo menores, vayan en aumento.
Los habitantes de Raqa desean poder regresar de forma segura a sus hogares, negocios y campos. Por ello, hacemos un llamamiento a todas las partes en conflicto y a sus aliados, así como a organizaciones de desminado y donantes, a incrementar la limpieza de las minas dentro de los hogares y los suburbios y, a aumentar la educación sobre el riesgo de las minas. El objetivo, proteger a las personas de estas muertes y heridas evitables.
Proporcionamos servicios de atención médica gratuitos a las personas necesitadas independientemente de su religión, raza o afiliación política. No aceptamos fondos de ningún gobierno, organización religiosa o agencias internacionales para nuestros proyectos en Siria.