Madeleine Walder, coordinadora de nuestro proyecto para la atención de la población de migrantes y refugiados en México durante los últimos nueve meses, nos habla de la terrible situación a la que se enfrentan miles de personas en tránsito por México.
¿Por qué tantos centroamericanos huyen de sus países?
El reclutamiento forzado de bandas criminales, generalmente hacia los adolescentes, las amenazas directas hacia ellos y sus familias; personas cuyos familiares han sido asesinados, torturados, atacados o abusados… Hay mujeres jóvenes que deben huir debido a amenazas de violencia sexual por parte de los miembros de las pandillas que las obligan a ser sus ‘novias’. Esto es un tipo de esclavitud sexual. También hay mujeres que huyen debido a la violencia doméstica; personas en busca de oportunidades económicas ya que no hay trabajo para ellos en sus países o las extorsiones de bandas criminales hacen que no pueden sobrevivir con sus negocios: tienen que entregar al crimen organizado sus ganancias. También hay personas que viajan en busca de sus familiares desaparecidos.
¿A qué se enfrentan cuando viajan por México? ¿Qué peligros corren?
Principalmente son muy vulnerables a la violencia física por parte de bandas criminales, delincuentes y autoridades. El abuso y las violaciones se reportan, desafortunada y frecuentemente, tanto hacia hombres como hacia mujeres. También se reportan violaciones en grupo.
Algunos de ellos sufren secuestros; durante el secuestro, los migrantes suelen ser torturados, maltratados, abusados sexualmente, violados, forzados a trabajar, mientras que sus secuestradores extorsionan a sus familias por dinero. Sufren extorsiones por parte de bandas criminales, autoridades y delincuentes menores, que les cobran dinero para poder subir y bajar de los trenes o cruzar puntos de control no oficiales, lo cual es bastante normal.
Cuando vienen a nosotros para recibir asistencia médica, generalmente tienen hambre, presentan síntomas de deshidratación, infecciones de la piel, fatiga, estrés agudo, ansiedad y depresión debido a las difíciles condiciones que enfrentan durante el viaje. También hemos tratado lesiones sufridas debido a que tienen que viajar en la parte superior del tren (daños en las partes del cuerpo al tratar de subir a bordo, algunos migrantes se caen del tren y algunos han perdido extremidades a consecuencia de ello). Por supuesto, también heridas por violencia.
¿Qué ayuda humanitaria está proporcionando MSF a migrantes y refugiados?
Proporcionamos atención integral de primer nivel a migrantes en dos refugios en el sur de México (Tenosique y Coatzacoalcos), con un equipo de psicólogos, médicos y trabajadores sociales. Brindamos atención en salud mental, atención médica primaria y apoyo social (orientación, información sobre la ruta del migrante y los derechos legales, derivaciones a instituciones de servicios de médicos y de salud mental de segundo y tercer nivel). También proporcionamos servicios médicos y psicosociales en Reynosa, ubicado al extremo norte del país para migrantes y refugiados, así como para personas que han sido recientemente deportadas de los EE. UU.
¿Cuál sería el perfil de los inmigrantes y refugiados?
La gran mayoría de los migrantes que vemos en los albergues de migrantes son hombres de entre 15 y 40 años, la mayoría son de Honduras, seguidos de Salvador y Guatemala. Recientemente, hemos visto un aumento notable de alrededor del 20% en mujeres, niños, menores no acompañados y familias completas.
¿Cuál es el motivo de esta situación? ¿Qué otras cosas han cambiado en relación con tu llegada al proyecto y ahora que te vas?
Cuando llegué, en septiembre pasado, el flujo migratorio era bastante bajo, pero desde finales de 2017, el flujo migratorio aumentó constantemente, casi duplicándose en el primer trimestre de 2018 en comparación con el último trimestre de 2017. Esto probablemente se deba a la necesidad constante de huir de sus países debido a los altos niveles de violencia.
¿Qué desafíos enfrenta el personal de MSF al brindar esta atención?
Los desafíos incluyen el acceso a las personas que migran: se estima que solo el 20% de los migrantes pasa por los albergues de migrantes y, como tal, muchas personas viajan sin beneficiarse de nuestras actividades. Los tipos de casos que vemos son desafiantes en términos de estrés y gestión de las emociones: el equipo escucha muchas historias violentas y conmovedoras contadas por los migrantes y refugiados en México.
El contexto mexicano es muy diferente dado que la población se está moviendo constantemente, por lo que es un desafío acceder a esta población y el impacto de nuestros programas es muy difícil de medir.
Desde 2012, brindamos atención médica y de salud mental en México a migrantes y refugiados provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador a lo largo de la ruta migratoria por México. Adaptamos nuestra estrategia de intervención a medida que la crisis avanzó y cambió: desde el trabajo realizado en refugios de migrantes y en clínicas móviles a lo largo de las líneas ferroviarias, al llevado a cabo en varias localizaciones en la ruta de migrantes (Tenosique, Tabasco; Coatzacoalcos, Veracruz; Reynosa, Tamaulipas) así como en un Centro de Atención Integral (CAI) para víctimas de violencia extrema en la Ciudad de México. Este centro abrió en 2016 como la última estrategia para responder a las necesidades médicas y humanitarias de las personas en tránsito.