Desde diciembre de 2017 hemos estado tratando a pacientes con hepatitis C en la región de Mykolaiv, en el sur de Ucrania, en colaboración con el Ministerio de Salud de ese país. A pesar de ser una enfermedad curable, alrededor del 5% de la población vive con esta enfermedad, y muchos de ellos permanecen sin tratamiento debido a una falta histórica de acceso y diagnóstico asequibles. Millones de personas en Ucrania continúan sufriendo en silencio el dolor de la hepatitis C. Estas son sus historias.
Olena Melnikova
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Olena Melnikova, de 42 años, ha sido directora interina en el departamento de Mykolaiv de la organización benéfica ucraniana “Red Ucraniana de personas viviendo con VIH” (All-Ukrainian network of people living with HIV, en inglés), desde su fundación en 2003. «Cuando comenzaron los primeros programas gratuitos de hepatitis C era muy difícil ser seleccionado. Lo que asustaba a la gente era la dificultad del tratamiento y sus terribles efectos secundarios. Diagnosticar la hepatitis C es otra dificultad, porque ya que no existen pruebas rápidas disponibles. Las pruebas de diagnóstico son muy costosas, no todos pueden pagarlas».
A nivel global, al menos 71 millones de personas sufren de hepatitis C crónica. Cuando no es tratada, la hepatitis C puede provocar insuficiencia hepática y cáncer de hígado. La enfermedad mata a más de 700.000 personas anualmente en todo el mundo.
Ihor Skalko
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Ihor, de 53 años, es un abogado que vive en Ucrania. Fue diagnosticado con hepatitis C hace once años. “No sé cuando me infecté de hepatitis C. Me realicé la prueba de diagnóstico por curiosidad. Después de dar positivo en 2007, traté de olvidarlo inmediatamente porque sabía que no había acceso al tratamiento en Ucrania«.
“Cuando uno de los pacientes de nuestra organización estaba muriendo de cirrosis hepática, me di cuenta que podría ser hepatitis C. Entonces recordé mi diagnostico y pensé que podría ser el siguiente”, mencionó Ihor.
La hepatitis C también puede tener consecuencias sociales y económicas para las personas que viven con ella. Particularmente si están coinfectados con VIH, los pacientes son severamente estigmatizados. Muchos se enfrentan a la discriminación en sus comunidades y pueden perder sus trabajos. Además de esto, los efectos psicológicos son de gran alcance, especialmente cuando el tratamiento no está disponible.
Las personas que viven con VIH son extremadamente vulnerables a una progresión más rápida de la hepatitis C, lo que las hace más propensas a morir de cirrosis y cáncer de hígado. Es una de las principales causas de muerte en todo el mundo para las personas que viven con VIH.
Iryna Parakhonko
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Desde 2003, Iryna Parakhonko ha sido presidenta de “Time of life” (El tiempo de la vida), que se especializa en ayudar a las personas que viven con VIH. Desde 2005 ha sido miembro de los consejos de coordinación regionales y municipales que luchan contra el VIH / SIDA en Mykolaiv.
“En los últimos 14 años hemos brindado apoyo social y psicológico a las personas que viven con VIH. Todos los pacientes tienen acceso gratuito a la terapia antirretroviral. Apoyamos a quienes han vivido con VIH y están coinfectados con hepatitis C. Es decepcionante y me siento impotente cuando una persona sana, que ya ha recibido terapia antiretroviral y anteriormente tenía una inmunidad normal, comienza a morir lentamente por una cirrosis causada por la hepatitis C. No hay casi nada que podamos hacer al respecto «.
Iryna es una enfermera de 52 años que se graduó de la escuela médica post-secundaria de Kiev. Descubrió que tenía hepatitis C en 1999.
Pero la hepatitis C es curable. Los medicamentos antivirales de acción directa tratan rápida y eficazmente la enfermedad, y tienen una tasa de curación alta.
En Ucrania, MSF comenzó a ofrecer tratamientos para la hepatitis C a personas coinfectadas con VIH en la región de Mykolaiv, ubicada en el sur del país, desde 2017. Las personas que anteriormente se inyectaron drogas o están en terapia de sustitución de opiáceos y trabajadores de la salud infectados con hepatitis C también reciben tratamiento.
Andrii Konovalov
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Andrii Konovalov descubrió que era VIH positivo cuando tenía 24 años. Durante los siguientes 10 años, Andrii estaba listo para morir en cualquier momento. Una reunión con un trabajador social de MSF en 1999 cambió radicalmente su actitud hacia la vida. En aquel entonces, estábamos gestionando un proyecto médico y de apoyo social para personas que viven con VIH / SIDA en la región de Mykolaiv.
Andrii recibió tratamiento para la hepatitis C a través de un programa de tratamiento gratuito en 2015. Sin embargo, su tratamiento fue muy difícil debido a los efectos secundarios. Ahora usa su experiencia en la lucha contra la enfermedad para ayudar a otros pacientes en nuestro proyecto, donde ha estado trabajando como educador de acompañamiento entre pares desde octubre de 2017.
“El proyecto de MSF utiliza nuevos medicamentos que no tienen efectos secundarios tan graves. Los pacientes pueden tolerar mucho mejor este tratamiento, pero aún así necesitan apoyo y hago mi mejor esfuerzo como educador de acompañamiento entre pares para brindarlo. Puedo decir que la gente confía en mí, veo lo importante que es apoyar a una persona durante los momentos difíciles de la vida «.