La situación humanitaria es crítica en los asentamientos de desplazados del noreste de Nigeria, donde solo en lo que va de agosto han muerto al menos 33 niños mientras la población sigue aumentando por miles.
Para hacer frente a esta crisis, hemos lanzado actividades de urgencia para ofrecer cuidados pediátricos y nutricionales en los campos de acogida de Bama, en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria.
En esta zona del país, miles de personas viven sin techo y sin asistencia sanitaria, por lo que llamamos a las autoridades nigerianas a tomar medidas antes de que la situación empeore aún más.
Solo al campo situado en la localidad de Bama han llegado 10.000 nuevos desplazados desde el pasado abril. La mayoría huye del conflicto entre los grupos armados no estatales y las fuerzas militares y presentan condiciones de salud muy deterioradas.
Ante esta realidad, los servicios de asistencia no le han seguido el paso al incremento poblacional en estos asentamientos. En el campo de Bama se alcanzó la capacidad máxima -de 25.000 personas- el pasado julio y se calcula que ya hay otros 6.000 desplazados durmiendo a cielo raso ya que no hay techo para todos.
Estimamos que, del total de la población del campo, 6.000 son niños de menores de 5 años. «La gente ni tiene utensilios básicos para cocinar sus raciones de comida deshidratada y el agua no está disponible en cantidades suficientes para cubrir las necesidades mínimas», explica Katja Lorenz, nuestra representante en Abuya.
«Algunos niños ya están en estado crítico cuando llegan y la pobre asistencia y el pobre cuidado médico deteriora aún más su estado», añade Lorenz.
La desnutrición y enfermedades varias como la malaria y la diarrea acuosa tienen consecuencias catastróficas en los menores y, en la actualidad, el único hospital de la zona no está operativo, lo que obliga a largos desplazamientos hasta la capital del estado de Borno (Maiduguri) para recibir tratamientos.