La epidemia aún no está bajo control y aparecieron nuevos casos a más de cien kilómetros de distancia del epicentro. Si bien el conflicto en curso en la región puede representar un desafío adicional para la intervención, la respuesta al brote fue inmediata y algunas novedades en el enfoque médico pueden ayudar a que la intervención sea más efectiva.
El primer caso de brote se registró en Mangina, una pequeña ciudad al noroeste de Beni. El virus se propagó a otras partes de Kivu Norte y cruzó la frontera con la provincia de Ituri, al norte de Kivu Norte. Hasta la fecha se han reportado 181 casos, de los cuales 146 han sido confirmados por pruebas de laboratorio. 80 personas murieron a causa de la enfermedad y 50 se han recuperado.
“El número de casos confirmados de Ébola no se está disparando pero la situación sigue siendo preocupante. Hay pacientes confirmados en ciudades grandes como Beni y Butembo, pero también en lugares alejados del epicentro, cerca de la frontera con Uganda. Eso hace que sea difícil contener la epidemia. Al igual que con todos los brotes de Ébola, es difícil predecir cómo puede evolucionar pero estamos listos para reaccionar y apoyar al Ministerio de Salud cada vez que aparezcan nuevos casos», declara Laurence Sailly, coordinadora de emergencias de MSF.
MSF colabora con el Ministerio de Salud en los centros de tratamiento de Ébola en Mangina y Butembo (Kivu del Norte) y en Tchomia (Ituri, cerca de la frontera con Uganda); este último se estableció rápidamente después de que se reportara un nuevo caso confirmado y uno de nuestros equipos realizara una investigación en el sitio. También llevamos a cabo actividades de promoción de la salud y de prevención y control de infecciones para proteger las estructuras sanitarias entre los pueblos y ciudades afectados.
Algunas novedades en el tratamiento pueden desempeñar un papel significativo en una respuesta más rápida y efectiva ante el brote. Por ejemplo, las muestras de sangre de los pacientes con casos sospechosos de Ébola ahora son examinadas en un laboratorio que fue instalado en los centros de tratamiento de Ébola. Esto permite a los equipos reaccionar más rápido a la cambiante condición médica de los pacientes.
Esta es también la primera vez que se usan cinco medicamentos en desarrollo para tratar a los pacientes con Ébola en la República Democrática del Congo, y el tener la capacidad de realizar pruebas en el lugar implica que a las personas con nuevos casos confirmados se les ofrecen estos nuevos tratamientos dentro de las 24 horas posteriores a su confirmación positiva como portadores del virus. En Tchomia, donde no existía un Centro de Tratamiento de Ébola cuando se reportó el primer caso, el primer paciente estuvo bajo tratamiento dentro de las 72 horas posteriores a su diagnóstico.
La mortalidad entre los pacientes con Ébola es muy elevada, de aproximadamente el 50%: estos medicamentos tienen el potencial de aumentar las probabilidades de sobrevivencia.
«Es muy positivo tener cinco moléculas que parecen ser prometedoras, aunque actualmente no hay evidencia científica que demuestre que alguno de estos medicamentos funcione para las personas con Ébola. Pero es un buen avance. Podemos ofrecer a los pacientes con Ébola el acceso a medicamentos que pueden salvar sus vidas a la vez que nos preparamos para la implementación de un ensayo clínico que, con suerte, determinará la eficacia y la seguridad de los mismos», aseveró la médica y experta en Ébola de MSF, Hilde De Clerk.
Debido a que esta parte de la República Democrática del Congo está densamente poblada y hay muchos movimientos de población y comercio, es difícil identificar y rastrear todas las cadenas activas de transmisión. «Una posible clave para controlar con éxito el brote es una reacción rápida», explica Laurence Sailly, coordinadora de emergencias de MSF. «Cada vez que se encuentra un nuevo caso confirmado de Ébola, se envía un equipo pequeño y multidisciplinario de respuesta rápida (enfermero, epidemiólogo, logista, promotor de salud, médico) para trabajar en este nuevo punto y prepararse para una posible intervención más grande». MSF envió a estos equipos a Luotu y Tchomia inmediatamente después de que se detectara a un paciente confirmado de Ébola en estas áreas.
Las actividades de inmunización con la vacuna contra el Ébola (rVSVDG-ZEBOV) siguieron rápidamente a la declaración de la epidemia. La OMS y el ministerio de salud están administrando las vacunas a las personas que tuvieron contacto con pacientes con Ébola. Además de eso, MSF también está realizando actividades de vacunación, que se ofrecen particularmente a los trabajadores de primera línea (trabajadores sanitarios, personal involucrado en entierros y figuras religiosas), que corren un mayor riesgo de infectarse. Hasta ahora, han sido vacunadas un total de 13.750 personas.
Mientras se desarrollan nuevos enfoques en la intervención, los pilares tradicionales de la respuesta contra el Ébola siguen siendo críticos. Si bien los movimientos en esta área inestable a veces puede ser difíciles, la investigación de alertas y el rastreo de contactos siguen desempeñando un papel importante, especialmente mientras que el patrón geográfico disperso de nuevos casos deja pocas dudas sobre la complejidad del desafío.